Las manos precisan cada detalle mientras los ojos hacen lo suyo en busca de alguna imperfección. Cada puntada guarda horas de trabajo. El giro de la aguja marca un nuevo tejido. Resulta un proceso lento, requiere precisión, paciencia y amor de quien lo ejerce. Llega el momento del punto de cierre, ya el tejido está completo. Lo que antes solo era un rollo de lana ahora es un hermoso vestido.

El bordado constituye un arte del cual existen evidencias de hace más de 3000 años en tumbas egipcias aunque su comercialización aumentó en la Edad Media con el fin de distinguir unas caballerías de otras.

La Revolución industrial trajo consigo cambios en el ámbito textil con el empleo de nuevas tecnologías y la generalización del bordado  a todas las esferas de la sociedad.

Cada 30 de julio a nivel internacional se conmemora el Día mundial del bordado. Fecha que resalta la importancia y perdurabilidad de esta manifestación de la costura.

Existen diferentes tipos de tejidos, por ejemplo el punto de cruz que crea patrones en forma de «X».  También hay otras técnicas como el bordado a mano, el bordado en cinta  y con cuentas así como  en punto de cadeneta, de realce, matizado, plano, de oro, en blanco y lleno

En el mundo de la moda diseñadores como Alexander McQueen y Valentino y llevan el bordado a otro nivel con sus diseños en detalles de la alta costura.

En la actualidad una de las técnicas más usuales constituye el bordado industrial. Este tipo propicia mayor elegancia y acabado a los diseños así como es posible plasmarlo en diversidad de productos textiles.

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