“Triunfo de Finlay” es una obra de arte unió para siempre la figura del científico cubano Carlos J. Finlay con el nombre del pintor matancero Esteban Valderrama.

Reproducida en múltiples publicaciones, la pintura “Triunfo de Finlay” es un ejemplo de la estrecha relación entre ciencia y arte. La historia que cuenta está imbricada en la esencia de la nación cubana y la lucha porque prevalezcan la verdad y la justicia.

La vida de un artista

Esteban Valderrama Peña fue un gran pintor academicista cubano, que nació en Matanzas el 16 de marzo de 1892. Tras cursar la primera enseñanza, recibió una pensión del Gobierno Provincial para ingresar en la Academia de San Alejandro, en La Habana. Viajó a Europa en 1908 y estudió en la Academia de Bellas Artes San Fernando, de Madrid. También lo hizo en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Escuela Politécnica, ambas en la capital francesa. En estas instituciones recibió reconocimientos por los notables resultados de su aprendizaje.

En 1915 se le confirió el premio del Concurso para Portada de la revista literaria Mundial, dirigida por el poeta nicaragüense Rubén Darío. De regreso a Cuba en 1914, ingresó en la Universidad de La Habana, donde se graduó de Doctor en Filosofía y Letras y en Pedagogía. En 1917 diseñó el escudo provincial de Matanzas.

Esteban Valderrama Peña. Fotografía que aparece en el Magazine La Lucha (1924). Archivo del autor.

Comenzó entonces a dibujar para el periódico El Heraldo de Cuba, dirigido entonces por el prestigioso periodista Manuel Márquez Sterling. Se destacó por los retratos, a página completa, de los héroes de la independencia en las ediciones dominicales. A partir de entonces realizó numerosos cuadros por encargos de carácter oficial. Varios se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Matanzas.

El 2 de agosto de 1918 Estaban Valderrama comenzó a formar parte del claustro de profesores de la Academia de Pintura San Alejandro. Allí trabajó en las cátedras de Anatomía Artística, Historia del Arte, Colorido y Composición y la de Perspectiva. Dirigió la institución en tres momentos: 1935, de 1939 a 1942, y en 1949. Participó, además, en la fundación de la Escuela Elemental de Artes Plásticas Anexa.

Fue un pintor muy laureado. En 1915 expuso el cuadro “Fundamental”, primer premio de la Academia Nacional de Artes y Letras de La Habana. El retrato al pastel “General Menocal”, obtuvo medalla de bronce en la Panama-Pacific International Exposition. “Campesinos cubanos” ganó medalla de oro en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1930 y medalla de oro en un Salón Nacional del Círculo de Bellas Artes de La Habana.

Es muy célebre su óleo sobre la muerte de José Martí, el cual, sin embargo, no existe en la actualidad. Fue destruido por el propio Valderrama debido a las críticas que recibió. Se salvó para la posteridad por fotografías que se le hicieron al momento de ser exhibido en 1918. Entre sus obras maestras aparecen las pinturas “El Origen del Escudo y La Bandera de Cuba” y “Pamona y Mercurio”. También el retrato de José Martí, tamaño natural, que se conserva en México, así como los de José Raúl Capablanca y Franklin Delano Roosevelt. Como escultor se destacó el busto del patriota Rafael Morales y González.

Esteban Valderrama murió en La Habana, el 14 de abril de 1964.

El triunfo de Finlay

Dentro de las obras más reconocidas de Esteban Valderrama se destacó el óleo mural “Triunfo de Finlay”. Según recoge la historia, le fue encargado en 1942 por el gobierno constitucional de Fulgencio Batista, tras una demanda victoriosa en defensa de Carlos J. Finlay como verdadero y único autor del descubrimiento del mosquito Aedes aegipty como trasmisor de la fiebre amarilla. Fue exhibida de forma permanente en el Palacio Presidencial. Para la periodista y crítica de arte Loló de la Torriente, fue “…una de sus obras mejores…”.

“Triunfo de Finlay” se dedicó a un momento trascendental para la medicina cubana y mundial. Está ambientado históricamente en el periodo de la primera ocupación militar norteamericana en Cuba. En él, Valderrama destacó el protagonismo del sabio cubano ante el grupo de médicos estadounidenses que comprobó experimentalmente su teoría científica.

Representa un hecho ocurrido el 1 de agosto de 1900. Ese día, en una casa de la calle Aguacate, número 110, casi esquina a Teniente Rey, Finlay recibió a los miembros de la comisión. Ante ellos expuso los resultados de las investigaciones que realizaba sobre la fiebre amarilla desde hacía más de veinte años. El nombre de “Triunfo de Finlay” destaca que, a los estadounidenses, tras la incredulidad inicial, no le había quedado más remedio que escuchar al médico cubano. Además, se hace referencia a que ese hecho fue la puerta para el camino que llevó a la comprobación, definitiva y triunfal, de la teoría de Finlay.

En su obra Valderrama mostró una típica vivienda cubana. La habitación está ventilada con amplias puertas. Estas poseen vitrales coloridos y el techo está sostenido por fuertes vigas. Una puerta abierta permite observar la vegetación del patio interior. Se deja ver un escritorio de trabajo, provisto de gavetas, que tiene encima instrumentos científicos, libros y papeles manuscritos. También hay una butaca para sentarse a trabajar. Los instrumentos son una jeringuilla para inyección, un termómetro y un colorímetro, en sus estuches. Sobresale el microscopio óptico binocular, uno de los primeros utilizados en América. Además, hay un ábaco para cálculos matemáticos.

El cuadro en la pared contiene una representación de la “Magna carta”, otorgada en Inglaterra en 1215, que prometía una serie de derechos ante al absolutismo real. Aún constituye un símbolo y es frecuentemente citada por políticos y activistas angloparlantes y respetada por las comunidades legales británicas y estadounidenses. Se ha considerado “el documento constitucional más grande de todos los tiempos: la fundación de la libertad del individuo contra la autoridad arbitraria del déspota”. La presencia de este documento histórico puede deberse al origen inglés de Finlay por la vía paterna. También es posible que Valderrama lo hubiese utilizado como símbolo de la justicia que había coronado el esfuerzo de Finlay.

El grupo humano representado en «Triunfo de Finlay» lo integran seis personas, todos médicos. Tres visten de civil y el resto usa uniforme militar. Estos últimos difieren en el color de la vestimenta: blanco, azul oscuro y carmelita. En este detalle se han querido ver los colores de la bandera del 4 de septiembre de 1933, movimiento castrense que significó la entrada de Batista en la política cubana. Además, simbolizan las instituciones armadas del país: el blanco a la marina de guerra, el azul oscuro a la policía y el carmelita al ejército.

Explicación del contenido del cuadro «Triunfo de Finlay».  (Cuaderno de Historia Sanitaria, 15)

A la derecha abre el grupo Carlos J. Finlay. Está vestido con un traje oscuro y en sus manos sostiene una jabonera de porcelana que contiene huevos del mosquito Aedes aegipty. Le sigue, un poco atrás y a su lado, el médico cubano Antonio Díaz Albertini. Con uniforme blanco y los brazos colocados a la espalda aparece Walter Reed, jefe de la comisión estadounidense. Después, James Carroll, con uniforme azul oscuro y los brazos cruzados sobre el pecho. Le continúa Jesse Lazear, quien viste uniforme carmelita y es, además de Finlay, el único con barba. Por último, en el borde izquierdo, sobre el buró y con el mentón apoyado en su mano izquierda, Carlos Eduardo Finlay, hijo del sabio cubano.

En esta entrevista colectiva los médicos estadounidenses escucharon las explicaciones de Finlay, quien les entregó información científica derivada de sus investigaciones y huevos de mosquito. De estos provino el ejemplar del cual se dejó picar el médico Jesse Lazear, quien murió de fiebre amarilla el 25 de septiembre de 1900.

 

La obra pictórica “Triunfo de Finlay”, del matancero Esteban Valderrama, representó un momento cumbre en el proceso de eliminación de la fiebre amarilla como problema de salud en Cuba y las Antillas. La visita de la comisión médica estadounidense a Finlay fue, al decir del historiador José López Sánchez,

“(…)el origen real, único y verdadero que motivó un cambio de actitud de la comisión, y su decisión de experimentar con mosquitos”.

Destino de una pintura

Ejecutada para la decoración del Palacio Presidencial de La Habana, la obra “Triunfo de Finlay” puede ser admirada en la sede de la Academia de Ciencias de Cuba, calle Cuba 460, entre Aguiar y Teniente Rey, Habana Vieja. Se colocó allí en 1963, como parte del Museo Histórico de las Ciencias Carlos J. Finlay, por el historiador José López Sánchez. En esta acción participó el propio Valderrama, con ayuda del pintor Ramón Loy.

«Triunfo de Finlay» en la sede de la Academia de Ciencias de Cuba, La Habana. Archivo del autor.

También es posible disfrutar de este lienzo en la Colección Ramos, de la ciudad de Miami. Según algunas fuentes Roberto Ramos, un cubano coleccionista, adquirió una copia en España, restauró y llevó a la Florida. Forma parte de la colección de Daytona Beach “Cuban Masters Collection” y está valorado en 600,000 dólares.

«Triunfo de Finlay» en la Colección Ramos, Miami. Archivo del autor.

La verdad es que “Triunfo de Finlay” forma parte del patrimonio de las artes plásticas cubanas. Representa, no sólo la victoria de la idea defendida con convicción por un hombre de ciencia, sino también el premio al logro científico más grande del pueblo cubano en todos los tiempos. (LLOLL)

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