La profundidad del magma, de unos cuatro kilómetros, significa que en cuestión de horas podría producirse una erupción, según explicó a RÚV el vulcanólogo Thorvaldur Thordarson.

La cercana ciudad de Grindavík también está siendo evacuada. La policía dijo que la evacuación “va bien” y que en los últimos días sólo había unas pocas personas en la ciudad, añadió la emisora ​​pública.

En un comunicado publicado en su sitio web, la Laguna Azul anunció que había iniciado una evacuación de sus instalaciones debido al “aumento de la actividad sísmica en un área conocida, a unos pocos kilómetros de distancia”.

Las operaciones estarían cerradas al menos hasta el final del domingo, cuando se reevaluaría la situación, dijo.

“Continuaremos siguiendo de cerca las directrices y recomendaciones de las autoridades, trabajando en colaboración con ellas para monitorear la progresión de los eventos”, agrega el comunicado.

Ubicada a poco menos de una hora de la capital y ciudad más grande de Islandia, Reykjavik, la Laguna Azul es una de las atracciones turísticas más populares del país.

El sitio es parte de la península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia, una gruesa franja de tierra que apunta al oeste hacia el Océano Atlántico Norte desde Reykjavik. Además de la Laguna Azul, la península alberga el principal aeropuerto de Islandia, el Aeropuerto Internacional de Keflavik.

Islandia es una de las zonas volcánicas más activas del planeta. En lugar de tener un volcán central, la península de Reykjanes está dominada por un valle del rift, con campos y conos de lava.

En noviembre, la Laguna Azul estuvo cerrada durante una semana después de que se midieran 1400 terremotos en apenas 24 horas. (CMB)