Brasil tiene en marcha hoy en Sao Paulo la mayor planta global de producción de mosquitos Aedes aegypti, con técnica biológica que bloquea la transmisión de dengue, zika y chikungunya, tras superar un récord histórico de contagios.
A inicios de octubre, la empresa británica Oxitec inauguró la instalación capaz de producir hasta 190 millones de esos insectos por semana, con una particularidad: están infectados con la bacteria Wolbachia, una aliada invisible.
Lejos de ser una amenaza, estos zancudos modificados genéticamente son una estrategia de vanguardia.
Wolbachia actúa como un escudo biológico, bloqueando la capacidad del virus de reproducirse dentro del insecto. Además, se transmite de generación en generación, multiplicando su efecto protector sin intervención humana adicional.
Cada semana, millones de larvas son enviadas en cajas compactas que solo necesitan agua para activarse. Una vez liberadas, las nuevas generaciones de mosquitos cubren zonas de hasta cinco mil metros cuadrados por paquete, reduciendo drásticamente la transmisión de males.
La planta de Oxitec representa un avance clave dentro del plan nacional de Brasil para expandir el método Wolbachia, especialmente tras la peor crisis de dengue en su historia.
Solo en 2024, el país registró más de cuatro millones de casos probables y casi cuatro mil muertes atribuidas a la enfermedad.
Hasta hace poco, el récord de la mayor fábrica de este tipo lo ostentaba Wolbito, en Curitiba. Pero con la apertura de la nueva instalación en la ciudad paulista Campinas, ese título ha cambiado de manos.
No se trata de quién tiene la planta más grande. Se trata de sumar esfuerzos para salvar vidas, declaró Fabiano Pimenta, subsecretario de Salud y Vigilancia Ambiental.
«La sinergia entre estas iniciativas es una victoria para la salud pública brasileña», refirió.
La creación de esta megaestructura responde directamente al llamado de la Organización Mundial de la Salud, que urge a los países a adoptar tecnologías innovadoras y escalables para el control de vectores.
Con la creciente propagación del dengue en América Latina y Asia-Pacífico, la demanda global por soluciones efectivas alcanza niveles sin precedentes.
Estamos preparados para responder de inmediato a los planes de expansión del Ministerio de Salud, aseguró Natalia Verza Ferreira, directora ejecutiva de Oxitec Brasil.
«Nuestro objetivo es llevar esta tecnología a todas las comunidades del país de manera rápida, eficiente y accesible», apuntó.
La empresa solicitó en marzo la aprobación regulatoria de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria. Si recibe luz verde, Brasil estaría aún más cerca de convertirse en un referente mundial en biotecnología aplicada a la salud pública.