Crear música es una de las experiencias más fabulosas del ser humano, por cuanto transmite diferentes sensaciones que estremecen, alientan, entristecen o alegran el día.

La música consiste en la combinación de sonidos vocales o instrumentales, es una de las más antiguas formas de arte y ha estado presente en prácticamente todas las culturas humanas.

Se puede crear con fines estéticos, recreativos, ceremoniales, terapéuticos o de comunicación, y se pueden emplear métodos  tradicionales con instrumentos y voces, improvisar con objetos de uso cotidiano o utilizar programas informáticos.

Las obras responden a contextos históricos, culturales y estéticos específicos y su valoración depende de lo que una sociedad considere como arte, de ahí la transformación de los gustos poblacionales.

La música se caracteriza por organizar los sonidos y producir secuencias estéticas. Si bien todos los sonidos podrían ser musicales, en cada cultura sólo algunos sonidos son considerados estrictamente música.

Su nombre proviene del griego y quiere decir relativo a las musas. Su origen no ha podido ser determinado, y se estima que comenzó en la prehistoria de la humanidad, a partir de ritos religiosos y del apareamiento. La danza y el canto formaban parte de manifestaciones religiosas o chamánicas, rituales de sanación, cantos de batalla o de cacería, o bailes para atraer la lluvia.

La primera canción de la que se tiene registro es un fragmento musical escrito en Sumeria en el año 1400 antes de nuestra era, cuando ya existían instrumentos de percusión y de cuerdas.

En la música occidental los elementos fundamentales de la música son melodía, ritmo y armonía, pero su ejecución ha variado tanto que la electrónica es actualmente uno de los géneros de mayor expansión y difusión en todo el mundo.

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