El desierto de Danakil, situado en la depresión de Afar en el noreste de Etiopía, es uno de los lugares más inhóspitos del mundo, caracterizado por sus extremas condiciones ambientales.
Con temperaturas que a menudo superan los 35 grados Celsius y alcanzan hasta 47 grados en junio, el desierto alberga manantiales de agua hiperácida, aire tóxico y varios volcanes activos, siendo el cráter Dallol una de sus formaciones más notables, con estanques ácidos y actividad hidrotermal.
A pesar de su peligrosidad, el pueblo Afar ha habitado esta región durante más de dos mil años, mostrando una notable capacidad de adaptación al calor extremo y viviendo en un entorno que desafía la supervivencia humana.