Los guapos del 13 de Marzo

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Contaba entonces veinticuatro años. Era un joven de temple y de los principales líderes estudiantiles de la época, por quienes sus compañeros y el estudiantado en general de la FEU sentían un vivo afecto.

De gran firmeza, resuelto siempre a enfrentar cualquier injusticia, aunque quizás el rasgo más visible en el curso de la corta vida de José Antonio Echeverría, además de su valor, fue el haber sido por encima de todo un defensor de la causa justa.

Fiel seguidor de las ideas de Mella, fue también un convencido de que la lucha armada era la única vía para alcanzar la total independencia de la nación.

Era un amante de la filatelia, le gustaba la música y el baile, enamorado, que sentía pasión por lo deportes, como bien destaca el historiador Ernesto Álvarez Blanco en el relato biográfico Subiendo como un sol la escalinata.

Nada, un joven multiplicado hoy en las nuevas generaciones de cubanos que, herederas de su ejemplo, sostienen y defienden la obra revolucionaria.

Al evocarlo, aquellos que lo conocieron significan ese aspecto fundamental de su espíritu: el deseo de sacar al país de la manera más rápida posible del yugo batistiano y lograr una transformación social de fondo, sentimiento que dejó firme en lo pactado en la Carta de México, al lado de Fidel Castro.

A lo largo de los años, cada episodio difícil de la Revolución vuelve a despertar la curiosidad por el líder estudiantil, quien priorizó siempre los intereses patrióticos a pesar de no llevar una vida de estrecheces.

Homenaje hoy a los mártires del 13 de Marzo

Justamente hoy se cumplen 66 años de aquella fecha ya memorable en la historia de Cuba, cuando un grupo de jóvenes liderados por José Antonio Echeverría decidieron atacar el Palacio Presidencial y tomar Radio Reloj para descabezar a la dictadura sangrienta, una empresa harto aventurada y que tuvo un resultado inmerecido.

Los historiadores insisten en que pese a no haber logrado su objetivo, aquella acción tuvo una importancia capital en la epopeya revolucionaria cubana, ante todo, porque conmovió la conciencia social y consiguió sacudir a un régimen que acentuaba el terror y la penuria en el país.

El recuerdo perdura también porque se hicieron proféticas las palabras del líder estudiantil, al escribir que «…Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque, tenga o no, nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar la senda del triunfo».

Y así fue. El propio Fidel atribuyó una significación particular a este hecho y sobre todo al papel de José Antonio, cuando el 13 de marzo de 1960, dijo: «Fue el más alto exponente del estudiantado universitario y el joven más brillante en la Universidad en los últimos años… sobre todo, un ejemplo que es orgullo de nuestra generación, que se gestó aquí como líder, no solo estudiantil, sino como líder revolucionario de todo el pueblo en la Universidad de La Habana».

Algunos de aquellos guapos del 13 de Marzo no sobrevivieron para ver la realización de su sueño, pero murieron peleando y en cierto modo, con su temeraria acción, cimentaron la lucha insurreccional en la Sierra Maestra y la victoria de los barbudos en enero de 1959.

Acerca Ventura de Jésus

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