“Gracias a Tota no me cortaron el pie completo, solo la puntica del dedo», señaló con voz emocionada y de agradecimiento Raúl Castro Socorro, paciente con diabetes desde hace tres décadas.

Desde el año 2022 recibe cuidados especializados por parte del colectivo que atiende a personas con esa enfermedad en el policlínico Octavio de la Concepción y de la Pedraja, en Alacranes.

A la Licenciada en Enfermería Francisca Cristina González Migue, Tota, con cuarenta y un años de experiencia, le  apasiona la labor que realiza con personas que conviven con lesiones provocadas por la diabetes.

“Hay que tener experiencia para poder atenderlos y que su pie mejore para que pueda reincorporarse a su cotidianidad, a su vida diaria”, señala.

La sensibilidad y la confianza que brinda a los pacientes caracteriza a esta mujer. “Las personas con pie diabético están propensas a perder las extremidades, de ahí que el cuidado que deben tener resulta importante”.

Ella conoce las particularidades de este padecimiento como la palma de su mano. En los pacientes con úlceras aplica Heberprot- P o factor de crecimiento epidérmico humano recombinante, como muchos suelen llamarlo, y evita la amputación.

“Aquí lunes, miércoles y viernes realizamos las curas del pie diabético y administramos el medicamento, mientras que martes, jueves y sábado realizamos pesquisas.

«Yo me siento bien en esta actividad. Los pacientes confían en mí y en caso de presentar algún problema lo comunican. Al paciente diabético debemos verlo como un todo. Tienes que ponerle empeño y dedicación porque es una profesión difícil y compleja, pero hermosa”, detalla la Licenciada.

Durante el transcurso de las pesquisas detectan a personas que no presentan úlceras, pero que requieren cuidados especiales para que no aparezcan. La alternativa, además de ser oportuna, permite valorar a pacientes con lesiones que por desconocimiento o temor no habían acudido a la consulta. Explicarles e insertarlos a la posibilidad terapéutica de la institución reduce el índice de amputaciones y las heridas cicatrizan en menor tiempo.

La especialista resalta que los científicos demostraron la efectividad del Heberprot- P, pero cada quien debe cuidar su calidad de vida y su salud.

Muchas personas no saben la cuantía de un solo frasco de Heberprot-P, y por momentos olvidan las intensas curas y la labor de todo un equipo de especialistas para evitar una amputación.

Otros suelen ser como Raúl, y disciplinados acuden de inmediato al médico para obtener una cura y encontrar a personas como Tota que salven sus piernas con el medicamento capaz de devolver la fe y  la esperanza en el sistema de salud cubano. (ALH))

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