Entre 1902 y 1904 vio la luz bajo la dirección del sabio matancero Carlos de la Torre y Huerta el Manual o guía para los exámenes de maestros cubanos.
Al inicio de la primera Ocupación Militar Norteamericana en Cuba (1899-1902), los maestros cubanos se preparaban por el Manual para maestros (1899), del pedagogo estadounidense Alexis E. Frye (1859-1936). No obstante, varios pedagogos cubanos decidieron elaborar un compendio propio, según el programa aprobado por la Junta de Superintendentes de Escuelas Públicas de la Isla de Cuba.
Por esta razón se publicó entre 1901 y 1904 el Manual o guía para los exámenes de maestros cubanos (1901-1904), bajo la dirección del naturalista y pedagogo matancero Carlos de la Torre y Huerta (1858-1950). Este Manual constaba de diez tomos. Los dos primeros de 1901 abarcaban las materias de primer grado. Los tres siguientes, de 1902, trataron sobre segundo grado. Los últimos tomos salieron en 1904, con materias correspondientes a primero, segundo y tercer grado. Se publicó como parte de la “Biblioteca del Maestro Cubano”.
En algunos de estos volúmenes aparecieron los programas oficiales de las materias a evaluar, que generalmente coincidían con el contenido del texto. La guía se utilizó oficialmente hasta 1909, pero por mucho tiempo fue una valiosa fuente de consulta y autosuperación para los maestros cubanos.
En la introducción del primer tomo de 1901, titulada “A los maestros” y escrita por Carlos de la Torre a nombre de los autores, se planteó que se había tratado de lograr que: “(…)la precipitación en el desempeño de su cometido no perjudicara en lo más mínimo el propósito que perseguían, teniendo muy en cuenta, sobre todo, las dificultades con que, por fuerza, habían de tropezar los maestros residentes fuera de esta capital para adquirir los innumerables y costosos libros de estudio y de consulta(…).”
Por esta razón, los temas tratados eran bastante extensos, lo cual daba al maestro los conocimientos mínimos para presentarse a los exámenes. Sobre los temas de historia de Cuba agregó que habían “(…)sido objeto de nuestro más atento cuidado(…)”.
Por último, se planteó: “De la utilidad que pueda acarrear a la enseñanza nuestra obra, no somos nosotros, sino los mismos Maestros, quienes juzgarán en su práctica profesional. De todos modos, nuestro esfuerzo es hijo de la buena voluntad que nos ha animado y del profundo afecto y consideración que profesamos a todos los maestros y maestras que tan solícita y patrióticamente propenden, en los interesantes días que corren, a la regeneración moral e intelectual de nuestra patria”.
Pedagogía y humanidades
Una de las materias más interesantes del Manual o guía fue lo relativo a la Pedagogía, a la cual se le dedicó el tomo I (1904), pues revela la intención de preparar sólidamente a los maestros, en correspondencia con el objeto de esta ciencia y las necesidades de la escuela cubana. Se evidencia el propósito consciente de modernizar la educación en el país de forma científica. Aparecen definiciones de conceptos fundamentales como educación, instrucción y pedagogía. Este tomo, primer texto cubano titulado “Pedagogía”, puso las esencias de esta ciencia al alcance de los maestros.
Otros aspectos teóricos que se incluyeron fueron las relaciones entre la instrucción y la educación, los principios de la educación, la educación física, intelectual y moral; así como la relación de la pedagogía con otras ciencias. También los principales métodos y procedimientos de enseñanza, los medios auxiliares, la enseñanza objetiva, así como aspectos de la didáctica de cada asignatura que se impartía en la escuela primaria. Aparecen, además, contenidos sobre organización e higiene escolar.
Un aspecto a destacar fue la incorporación de temas, denominados Métodos de Enseñanza o Metodología, que incluían las cuestiones didácticas concretas de cada materia de estudio. Por ejemplo, se incluían lecciones ya preparadas a modo de ejemplo, como en el tomo II (1901), donde aparecieron planes de clase modelos. Otros temas fueron el uso de objetos en la enseñanza de la aritmética y los diferentes métodos para enseñar a leer, entre otras cuestiones interesantes y necesarias para la labor de los maestros.
La Historia de Cuba fue la única materia histórica incluida en los diferentes tomos del Manual o guía…. No aparecen contenidos de historia universal, de América o de Estados Unidos. El libro tuvo entre sus objetivos principales fortalecer el conocimiento de la historia patria por los maestros, así como resaltar la significación de esta asignatura según las condiciones en que vivía el país. El primer tomo de 1901 estuvo dedicado por completo a la historia de Cuba. Se considera que fue escrito por el historiador Vidal Morales.
El tomo I (1902) y el tomo V (1904), también se consagraron exclusivamente a la Historia de Cuba. Esta materia resultó ser, en extensión, la más favorecida en el Manual o guía…. Se plantea que el capítulo “Los primeros habitantes de Cuba”, fue escrito por Carlos de la Torre. Debe destacarse además la inclusión de una extensa biografía de José Martí, lo cual fue muy importante para la labor educativa en las escuelas públicas.
Amplia fue la presencia del idioma español en el Manual o guía…. Aparecen aspectos de Lectura, Lenguaje, Gramática, Escritura, Ortografía y Composición. Se ofrecieron modelos y hubo un espacio significativo para los ejercicios prácticos. En la parte metodológica se expusieron con profundidad los diferentes métodos para la enseñanza de la lectura. El tomo III (1904) incluyó un anexo dedicado a la Escritura, reflejo del interés de los autores por la buena caligrafía. Se señaló que los maestros debían tener “…una letra clara y elegante…”, se resaltó la importancia de la buena postura, los principales defectos al escribir y se aconsejó su autocorrección.
Aunque solo se incluyó en un tomo, la Moral e Instrucción Cívica también apareció entre los contenidos a estudiar por los maestros cubanos. Fueron incorporados temas importantes para la recién estrenada vida republicana, como los deberes y derechos del hombre, el estado y el gobierno, los deberes y derechos consignados en la Constitución de la República, así como los diferentes niveles y estructuras de la organización estatal.
El Manual o guía propició a los maestros superarse en relación con la Música y el Dibujo. En el primer caso con los contenidos de sonidos, escalas, tonos, claves, entre muchos otros. Mientras que, acerca del dibujo, siempre aparecían lecciones prácticas de actividades a realizar, con el dibujo lineal y de adorno como priorizados. Se insistió en la realización de dibujos sobre paisajes naturales cubanos.
Presencia de las ciencias
En el caso de la Aritmética y demás contenidos de matemática, fueron incluidos varios capítulos. Se exigió a los maestros dominar la resolución de problemas, por lo cual se incorporaron gran cantidad de ejemplos. En relación con su metodología se hicieron recomendaciones de diferentes métodos, los cuales fueron presentados en sus aspectos positivos y limitaciones. En el caso de cuarto grado en adelante, se aconsejó priorizar el método heurístico.
Sobre las ciencias naturales, el Manual o guía destacó los aspectos más generales de su enseñanza. Se combatió la memorización y se defendió la observación. La Geografía se dirigió a fortalecer el conocimiento de la geografía de Cuba. Sobre geografía universal aparecieron contenidos sobre fenómenos y accidentes geográficos, los continentes, la biogeografía, y la geografía política y económica. La parte dedicada a la Metodología de la Geografía ofreció recomendaciones para el uso de mapas, el estudio del entorno natural de la escuela y de la localidad, las excursiones, entre otros aspectos.
Las ciencias naturales abarcaron Nociones de Física y Química, que se iniciaban con el objeto de estudio de cada ciencia, para después estudiar los fenómenos físicos y químicos. Existió la intención de aplicar los contenidos a la vida cotidiana y a las experiencias y vivencias de maestros y alumnos, los que, además, siempre están presentados en función de demostrar la unidad de la naturaleza.
Otros contenidos vinculados a las ciencias naturales fueron la Historia Natural, denominación que abarcó las Ciencias biológicas. Aparecieron contenidos sobre Agricultura, pues se reconoció su importancia para el desarrollo del país, por lo cual se trataban las labores agrícolas, principales cultivos cubanos y nociones de ganadería y zootecnia.
La Fisiología y la Higiene tuvieron una amplia presencia en el Manual o guía. Se consideró que era una materia indispensable para el buen desarrollo del proceso docente que debía ser conocida por los maestros. Fueron tratadas cuestiones generales de la anatomía y fisiología humana, y de la salud de los niños, como el cuidado de los ojos y los dientes. Además, temas propios de la higiene escolar, como la higiene de la actividad docente, el mobiliario escolar y las principales enfermedades escolares.
Una obra del patriotismo cubano
Otros aspectos generales del Manual o guía deben ser destacados. En primer lugar, su carácter electivo, en correspondencia con las mejores tradiciones del pensamiento cubano. Además de superar a los maestros, tuvo la intención de prepararlos para asumir sus propios métodos de enseñanza, de acuerdo a las condiciones en las que desarrollasen su labor.
Esta es la razón de la gran cantidad de autores citados en los diferentes tomos. Desde grandes pensadores como Sócrates, Johann H. Pestalozzi, Johann F. Herbart, Herbert Spencer y Gabriel Compayré, hasta los cubanos Félix Varela y José de la Luz y Caballero. De este último se publicó, en el tomo III (1902), un epígrafe sobre el método de Luz Caballero, que incluyó sus “Instrucciones a los maestros para practicar el método explicativo”.
Resalta la presencia de la educación comparada en el Manual o guía…. Son variadas las alusiones a las formas de enseñar determinados contenidos en otros países, a modo de ejemplos de buenas prácticas pedagógicas. En el tomo II (1901) aparecen tres epígrafes sobre la enseñanza de la historia en Cuba, Francia y Prusia. Algunas partes de obras de Alexis E. Frye, como clases modelo de geografía, fueron aprovechadas.
Fue novedosa la incorporación de temas nunca estudiados en la educación cubana. Esto ratifica el espíritu modernizador de sus autores, quienes confiaron en la elevación de la escuela por la vía científica. Un ejemplo fue la presencia, entre los temas de Moral e Instrucción Cívica, de los derechos y deberes del niño, así como de los deberes del hombre para con los animales.
Un aspecto que lo distinguió fue el patriotismo. El Manual o guía… fue, de una forma creativa y novedosa, una obra patriótica. Fueron muy variadas y nada sutiles las formas utilizadas para ratificar el amor a Cuba, a su historia heroica de luchas y sacrificios por la libertad, así como la confianza en el futuro. Al estudiar los tiempos verbales se planteó: “Ejemplos: Presente: Cuba ES una república. Pasado o pretérito: Cuba FUE una colonia. Venidero o futuro: Cuba SERÁ feliz”.
Carlos de la Torre supo nuclear en esta patriótica empresa a los más brillantes intelectuales cubanos del momento. Pedagogos como Manuel Valdés Rodríguez y Alfredo M. Aguayo, e historiadores como Vidal Morales, Enrique Collazo y José Miró Argenter, los dos últimos destacadas figuras de la oficialidad mambisa. Además de Manuel Sanguily, Nicolás Heredia, Esteban Borrero, entre otros, y una personalidad de la cultura cubana como el músico Ignacio Cervantes.
Como obra colectiva, el Manual o guía… tuvo más virtudes que defectos. La mayoría de los señalamientos que puedan realizarse corresponden a su tiempo y pedir más a sus autores sería injusto. El saldo pedagógico del Manual o guía para los exámenes de maestros cubanos fue muy favorable. Fue, al mismo tiempo, una obra del patriotismo cubano. (LLOLL)