Desde muy joven, Eddy Medina Delgado sintió la necesidad de ayudar a los demás. En la comunidad Oliva, a pocos kilómetros de Unión de Reyes, nació este hombre que solo conoce de la satisfacción de sentirse útil. Su familia le inculcó la importancia de los actos de bondad y solidaridad, como el gesto de donar sangre, y fue así como, a los 18 años, decidió convertirse en donante voluntario.
Recuerda su primera experiencia: “Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba en el centro de donación. Una vez que el personal médico comenzó el proceso, entendí los beneficios de mi sangre para salvar vidas.”
En cuestión de minutos, sintió alivio y orgullo de contribuir a una causa tan noble.
Con orgullo dice que acumula más de 100 donaciones y cada vez que extiende su brazo salva la vida de muchos. Por tal razón, el trabajador del policlínico José Machado, de Unión de Reyes, decidió realizar una iniciativa para conocer los donantes voluntarios que conviven en el sureño municipio matancero.
La comunidad de Oliva se destaca por la cantidad de donantes voluntarios de sangre.
Edith no solo dona sangre: también se ha convertido en un defensor activo de la causa. Participa en campañas de concientización, organiza eventos y comparte su historia con los más jóvenes. Para él, cada donación representa una oportunidad para salvar vidas y ofrecer esperanza a quienes más lo necesitan.
Su compromiso ha dejado una huella en la comunidad de Oliva e inspira a muchos a seguir sus pasos. Para él, su gesto solidario no solo equivale a un acto humanitario, sino una forma de vida que refleja su deseo inquebrantable de ayudar a los demás.
La historia de Eddy representa un testimonio del poder del altruismo y la importancia de la donación de sangre. En cada gota que ofrece, lleva consigo la esperanza de un futuro más saludable. (ALH)