Hace 75 años, Cárdenas y Varadero fueron sede del Noveno Congreso Nacional de Historia.
Los Congresos Nacionales de Historia fueron eventos en los que se expresó el nivel de las ciencias históricas en el país. Fueron auspiciados por la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales, con el apoyo de diferentes instituciones. Aunque cada evento tuvo un presidente, su principal animador fue Emilio Roig de Leuchsenring, historiador de la ciudad de La Habana y presidente de la Sociedad.
La idea inicial fue del historiador cardenense Herminio Portell Vilá, quien propuso, el 27 de febrero de 1942, en una sesión ordinaria de la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales, la celebración de estos eventos. Tendrían, según declaró, el propósito de
“…reunir a los historiadores y estudiantes de Historia para dar a conocer el resultado de sus investigaciones, discutirlas y adoptar sobre ellas resoluciones, de modo de popularizar el conocimiento de la Historia…”.
El primer Congreso Nacional de Historia se efectuó en La Habana del 8 al 12 de octubre de 1942. Entre esa fecha y 1960 se desarrollaron 13 de estos eventos, varios de ellos fuera de la capital del país. Uno de ellos se celebró, hace 75 años, en tierras matanceras, específicamente en Cárdenas y Varadero.
Un Congreso para la bandera
En el Octavo Congreso Nacional de Historia, que se realizó en Trinidad en octubre de 1949, la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales acordó realizar el evento correspondiente a 1950 en la ciudad de Cárdenas. Al respecto, destacó el historiador Mario Guiral Moreno:
“…Cárdenas, justamente llamada la Perla del Norte, [ha sido] elegida ya para la celebración en el próximo año, del Noveno Congreso Nacional de Historia, dedicado a rememorar el Centenario de la bandera cubana, por haber sido en dicha ciudad donde por primera vez ondeó en territorio patrio, agitada amorosamente por la brisa tropical, la enseña de la estrella solitaria, creada por Narciso López en 1849 —hace justamente cien años—y la cual habría de ser luego, desde el advenimiento de la República, nuestro pabellón nacional”.

Se escogió como sede a la ciudad de Cárdenas, junto a Varadero, con motivo del centenario de la bandera cubana, diseñada con indicación del general Narciso López por el poeta Miguel Teurbe Tolón. La confeccionó la esposa de este, Emilia Teurbe Tolón. Esta enseña ondeó por primera vez en Cuba el 19 de mayo de 1850, precisamente en Cárdenas, en el edificio del Hotel La Dominica.
El presidente del comité organizador del Noveno Congreso Nacional de Historia, como sucedió en todos los demás, fue el doctor Emilio Roig de Leuchsenring. Entre los vocales que le acompañaron estuvo el historiador cardenense Herminio Portell Vilá. El comité de admisión de trabajos estuvo integrado por cinco comisiones. Estas fueron “Sobre prehistoria de Cuba”, “Sobre historia de Cuba en general” y “Sobre historia de las ciencias médicas, matemáticas, fisicoquímicas y naturales”. Además, existieron las dedicadas a “Sobre la bandera cubana y el general Narciso López” y “Sobre la primera intervención norteamericana en Cuba (1899-1902)”.

El presidente del evento fue Miguel Varona Guerrero, militar, abogado e historiador cubano. Este escritor alcanzó el grado de comandante en el Ejército Libertador, donde fue ayudante del Generalísimo Máximo Gómez. Escribió el libro Guerra de Independencia de Cuba 1895-1898, publicado en tres tomos (1946). Participó en varios Congresos Nacionales de Historia.
Se nombró un vicepresidente por cada una de las provincias. En el caso de Matanzas lo fue el historiador cardenense Antonio M. Maicas. Entre las instituciones adheridas al evento estuvieron el Ateneo de Matanzas, el Liceo de Cárdenas y la empresa José Arrechabala, S. A. Los delegados de la Comisión Organizadora en Cárdenas fueron el mismo Antonio M. Maicas y Jorge Luis Zapico Meana.
Actividades del evento
El Noveno Congreso Nacional de Historia comenzó oficialmente el día 9 de octubre de 1950, en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Allí se realizó la acreditación con la entrega de monogramas a los congresistas y demás participantes. A las 2.30 pm fue la salida de La Habana hacia Cárdenas, donde llegaron sobre las 6.00 de la tarde. Media hora después hubo una recepción en el Ayuntamiento de la ciudad. Allí el presidente de esta instancia pronunció un discurso de salutación y bienvenida, que fue contestado por Emilio Roig de Leuchsenring, presidente del comité organizador del Congreso.

A las 7.00 pm los congresistas se dirigieron a Varadero. Se produjo entonces la apertura de las oficinas del Congreso en el Hotel Torres, lugar donde se hospedaron los participantes. Aquí sesionaron las sesiones de trabajo y se realizó la plenaria de clausura. Ese mismo día, a las 9.00 de la noche, el historiador Manuel I. Mesa Rodríguez pronunció, en la Logia Perseverancia, de la ciudad de Cárdenas, la conferencia “Narciso López en Cuba en 1850”.

El día 10 de octubre, tras la llegada a Cárdenas de los congresistas, se realizó un homenaje a la Bandera Nacional. Este incluyó la colocación de una ofrenda floral en el Monumento a la Bandera y unas palabras de la doctora Hortensia Pichardo. En su disertación, esta notable mujer de ciencia destacó:
“…el primer acto del Noveno Congreso Nacional de Historia es este homenaje a la bandera nacional, tributado por todos sus miembros ante el monumento que conmemora su Centenario en esta hermosa ciudad de Cárdenas, que tuvo el privilegio de ser la primera tierra cubana que la viera flotar. ¡Felices los pueblos que tienen la dicha de tributar públicamente homenaje de amor y respeto a su enseña nacional!”.
Después se realizó un homenaje a Narciso López, ante la estatua existente en la ciudad. Se colocó una ofrenda floral y leyó un discurso la doctora María Josefa Arrojo. Además, se desarrolló una gran manifestación cívica hasta el Mausoleo de los Mártires de la Independencia. Fue colocada otra ofrenda floral y el doctor Fernando Portuondo se dirigió a los presentes.

A las 11.00 de la mañana fue la sesión inaugural del Congreso en el Liceo de Cárdenas, donde la Banda de la Logia Perseverancia ejecutó el Himno Nacional. Seguidamente, el presidente del Liceo, doctor Gerardo Fernández, dirigió unas palabras a los presentes. Se produjo entonces la entrega de la presidencia del Congreso al comandante del Ejército Libertador doctor Miguel Varona Guerrero, por el doctor Emilio Roig de Leuchsenring, presidente del Comité Organizador. Más adelante, el historiador Antonio María Maicas pronunció el elogio “Homenaje al General Carlos María de Rojas y Cruzat”. La actividad concluyó con el discurso del doctor Miguel Varona Guerrero, presidente del Congreso. La tarde de ese día se dedicó a un recorrido por el acueducto de Cárdenas, Arechabala y Varadero.
En su discurso, Miguel Varona Guerrero señaló:
“Se fijó la sede del Congreso, en esta ciudad de Cárdenas, porque el hecho histórico aludido, de haber flameado en ella, por primera vez, el 19 de mayo de 1850 la bandera nacional, le ha dado el carácter de lugar histórico importante, acreedor a tal distinción, según lo acordado por los aludidos auspiciadores del acto”.
Las sesiones de trabajo, en el Hotel Torres, de Varadero, se desarrollaron el miércoles 11 de octubre hasta las 8.30 pm. Después se dio lectura de los acuerdos de las Secciones del Congreso, las mociones de carácter general y se aprobó el acta final. Se realizó un homenaje a José de la Luz y Caballero por el sesquicentenario de su nacimiento, que incluyó la conferencia “Luz y sus amigos anti esclavistas”, por el profesor Manuel I. Mesa Rodríguez. El discurso de clausura lo pronunció el historiador José Luciano Franco. En jueves 12, antes de regresar a La Habana, los congresistas visitaron el Museo Oscar María de Rojas y el Colegio Presbiteriano La Progresiva.
Balance final
El Noveno Congreso Nacional de Historia tuvo 166 participantes, con 46 trabajos inscritos. De ellos dos en la sección “Prehistoria de Cuba” y 22 en la de “Historia de Cuba en general”. En “Centenario de la bandera y de la toma de Cárdenas por el general Narciso López” hubo seis ponencias. “Estudio del período de la primera intervención nortea americana en Cuba, bajo el mando de los gobernadores militares John R. Brooke y Leonard Wood (1899-1902)”, contó con ocho trabajos. En la que trató sobre “Historia de las Ciencias Médicas, Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales”, se discutieron igual número.
Los 59 acuerdos tomados el Noveno Congreso Nacional de Historia, quedaron recogidos en el Acta Final del evento. En la declaración de principios que encabezó el acta se alertó acerca de la gravedad de la situación política internacional debido a la Guerra Fría. Además, se declaró el apoyo a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, aprobada por la ONU, la adhesión a la igualdad de géneros, y el repudio a todo tipo de discriminación social, fuera de índole racial, religiosa o clasista.
Sobre el “Homenaje a la bandera nacional, a Narciso López y a Cárdenas. Reafirmación de ideales nacionalistas”, se declaró lo siguiente:
“Formulamos nuestros votos, que constituyen al mismo tiempo demandas a gobernantes y gobernados, porque todos defendamos ese estado libre, in dependiente y soberano, que la estrella solitaria de nuestra bandera simboliza, sin supervivencias coloniales, ni intervenciones o injerencias extrañas en los asuntos nacionales o internacionales de la República; de modo que esa estrella de Cuba Libre no vea nunca opacado su simbolismo ni se con vierta en satélite económico o político de nación alguna”.
Entre los acuerdos de la sección “Prehistoria de Cuba”, sobresalió el que se dedicó a lamentar el fallecimiento del historiador y arqueólogo Juan Antonio Cosculluela Barreras. Autor del célebre libro Cuatro años en la ciénaga de Zapata (1918), al morir se desempeñaba como presidente de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología.

La ponencia de Emilio Roig de Leuchsenring que se tituló “Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos”, derivó varios importantes acuerdos, entre ellos:
“Declarar que Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos de Norteamérica, sino al propio esfuerzo de su pueblo, en su firme e inquebrantable voluntad de poner término a las injusticias, abusos, discriminaciones y explotaciones que padecía bajo el régimen despótico colonial y conquistar la libertad, democracia, justicia, cultura y civilización”.
“Declarar que el Estado norteamericano fue siempre enemigo de la independencia de Cuba y obstaculizó o anuló los trabajos de los patriotas cubanos tendientes a lograr el envío a la Isla de expediciones con material de guerra y medicinas y se opuso contumaz mente al reconocimiento de la beligerancia, ofreciendo en cambio, en varias ocasiones, el apoyo material a España para conservar la Isla bajo su dominio, y aun para recuperarla, si llegaba a perderla”.
“Recomendar al señor Ministro de Educación, que se revisen convenientemente los programas y textos de nuestra historia patria, para que en ellos aparezca claramente el hecho demostrado, de que Cuba no debe su Independencia a los Estados Unidos”.
Otros acuerdos, relacionados con la historia de Cuba, fueron que la guerra final de Cuba entre españoles, cubanos y americanos, se denominara oficialmente, en los libros de texto y por parte de los maestros cubanos, como Guerra Hispano-cubanoamericana. También que no se utilizaran las expresiones Grito de Yara ni Grito de Baire, y que se denominaran Guerra de Independencia de 1868 o Guerra de los Diez Años y Guerra de la Independencia de 1895 a las dos grandes luchas por la independencia mantenidas por los cubanos. Ambos acuerdos poseen total vigencia porque aún se cometen errores en ambos casos, sobre todo en los medios de difusión masiva del país.
También se decidió,
“…presentar al señor Presidente de la República y a los señores miembros del Senado y la Cámara de Representantes, una relación de aquellas obras de carácter nacional que juzgamos esenciales para lograr una oportuna, justa y digna conmemoración del Primer Centenario del Nacimiento de José Martí, el 28 de enero de 1953”.
La propuesta incluyó construir el monumento a José Martí en la Plaza Cívica. También la conservación de la casa en que nació el 28 de enero de 1853, el Rincón Martiano en las antiguas canteras de San Lázaro de La Habana, así como la casa y batey de la finca El Abra, en Isla de Pinos. Además, se solicitó la construcción o restauración de monumentos en Playitas de Cajobabo, La Mejorana, Dos Ríos, entre otros lugares relacionados con José Martí. Una acción estuvo dirigida a la divulgación, en ediciones populares, de los documentos político revolucionarios fundamentales del Apóstol.

Fueron muy pertinentes los acuerdos tomados en la sección “Sobre la primera intervención norteamericana en Cuba (1899-1902)”. Se dirigieron a destacar la lucha del pueblo cubano contra la anexión y la mala fe de varios de los estadistas estadounidenses, que trataron de impedir la independencia del país. Entre ellos estuvo el siguiente:
“El Noveno Congreso Nacional de Historia, reunido en la ciudad de Cárdenas, en conmemoración del Centenario de la Bandera Nacional, acuerda dirigirse al señor Presidente de la República en demanda de que sean retirados de la Plaza del Maine, en la ciudad de La Habana, los bustos que allí fueron erigidos por el dictador Gerardo Machado y Morales, a William McKinley, y Leonard Wood, teniendo en cuenta que la República no debe rendir ese homenaje público a quienes, como ellos, fueron en todo momento enemigos de Cuba y trataron de violar los compromisos y promesas formulados en los artículos primero y cuarto de la Resolución Conjunta, para anexar la Isla a los Estados Unidos o establecer un protectorado, y al no poder realizarlo así por la firme voluntad del pueblo cubano de ser libre, le impusieron como sustitutivo de la anexión, la Enmienda Platt”.
En lo relativo a historia de las ciencias en Cuba, el Noveno Congreso Nacional de Historia tomó un acuerdo que reflejó la crítica situación sanitaria que enfrentaba el país. Fue un llamado a la acción que contribuir al bienestar del pueblo cubano:
“Mientras el Ministerio de Salubridad y el pueblo en general, no presten la debida atención a este asunto, especialmente a la vacunación, cuidado de los abastos de agua, alimentos, leche, playas, piscinas, basuras, moscas, etc., continuaremos figurando, en materia de tifoidea, al nivel de los pueblos atrasados del mundo”.
El Noveno Congreso Nacional de Historia acordó, además, dar las gracias por su presencia en las labores y los actos del evento, al Sr. Bathuel Posada, alcalde municipal de Cárdenas. También al Sr. Gerardo Torres, presidente del Ayuntamiento y a los concejales, por la recepción ofrecida y por haber declarado a los congresistas Huéspedes de Honor de la ciudad. También se hizo constar la gratitud al Liceo de Cárdenas, que brindó sus salones para la sesión inaugural, y a la casa Arechabala, S. A., por la recepción que ofreció a los congresistas. Por último, se hizo constar la satisfacción por el primero y segundo premio obtenidos por Antonio María Maicas y José A. García Castañeda, respectivamente, en el concurso sobre la biografía del insigne patriota cardenense Carlos M. Rojas.
Acerca de las actividades realizadas en Cárdenas para celebrar el Centenario de la bandera, se tomó el acuerdo siguiente:
“Tributar homenaje público de exaltación y reconocimiento al Comité Pro-Centenario de la Bandera de Cárdenas, por la magnífica y eficiente labor que ha realizado en la organización de los actos llevados a cabo en dicha ciudad, para conmemorar el Centenario de nuestra enseña nacional y la toma de Cárdenas por el general Narciso López”.
Presencia de Matanzas
Entre los participantes en el Noveno Congreso Nacional de Historia estuvieron varios historiadores matanceros. Leopoldo Horrego Estuch presentó la ponencia “Miguel Figueroa, el fervor de un mensaje humano”. A su vez, Francisco J. Ponte Domínguez fue autor de “Estudio histórico acerca de la Alianza del Altar (Iglesia Católica-Romana) y el Trono Borbónico (Estado español), en persecución de la Francmasonería en Cuba, como delictuosa y separatista”. Luis Rodríguez Rivero participó con “Noticia Biográfica de Fernando Lles y Berdayes”. Antonio María Maicas expuso dos trabajos “Sobre el cincuentenario de la fundación del Colegio La Progresiva. (11 de noviembre de 1900)” y “Sobre el reconocimiento del Congreso acerca de que el Año de la Bandera se ha celebrado dignamente”. Por último, Francisco Müller Valdés disertó sobre “Contribución a la historia de la medicina en Cuba: La Clínica Modelo de Cárdenas”.
Entre los acuerdos finales del Noveno Congreso Nacional de Historia varios se relacionaron con las ponencias mencionadas. Uno se dedicó a exaltar la personalidad histórica de Miguel Figueroa como “…la voz más radical…” dentro del autonomismo. Se reconoció en Fernando Lles uno de los más altos pensadores cubanos de la primera mitad del siglo XX. Otro acuerdo se dirigió testimoniar un reconocimiento al colegio La Progresiva por su fecunda labor educacional. Quedó establecido que la primera Clínica Ginecológica establecida en Cuba, en una casa propia, independiente y especial para ella, fue la creada por el doctor Fernando Méndez Capote, en la ciudad de Cárdenas en 1893.

Además de los ponentes mencionados, hubo otros participantes matanceros. Ellos fueron Gerardo Fernández y Fernando Betancourt Godoy, director y secretario del Instituto de Cárdenas, respectivamente. También Adolfo Díaz y Pérez del Corcho, Jefe de Propaganda de Arechabala, S. A., y Rafael Palmer Rodríguez, coordinador de Prensa y Turismo del Ayuntamiento de Cárdenas. Del Instituto de Matanzas asistió Elio Leyva Luna y por el Colegio de Pedagogos de Cárdenas lo hizo Pablo Lista Almela. El Comité Pro-Centenario de la Bandera, asentado en la ciudad sede del Noveno Congreso Nacional de Historia, estuvo representado por su presidente Andrés Cazimajou y el tesorero, Jorge Luis Zapico.
En la historia
La mayoría de los 13 Congresos Nacionales de Historia celebrados entre 1942 y 1960 tuvieron ciudades patrimoniales como sede. De ellas, tres de las primeras villas fundadas en Cuba: cuatro en La Habana, igual número en Trinidad y dos en Santiago de Cuba. El décimo congreso tuvo sedes compartidas entre La Habana y Matanzas. De los dos restantes, uno se efectuó en Jiguaní, Oriente, y el otro en Cárdenas y Varadero, hace 75 años. Este fue el último Congreso Nacional de Historia que se realizó en según la periodicidad anual que caracterizó a estos eventos y en la fecha tradicional del mes de octubre.
El Noveno Congreso Nacional de Historia, al igual que los demás eventos de este carácter, fue una importante contribución al conocimiento del pasado histórico nacional. Puso de relieve importantes aspectos de las luchas del pueblo cubano por su libertad e independencia. Demostró, igualmente, el aporte heroico y digno de la ciudad de Cárdenas a la historia de Cuba.