El amor por el trabajo que realiza complementa  al joven rescatista del Comando 1 de Matanzas, Ernesto Luis Linares García. A sí mismo se caracteriza como una persona callada, tranquila, de carácter jovial., que prefiere ante todo compartir en familia.

Ocho meses después del incendio de grandes proporciones en la Base de Supertanqueros, las mismas caras se juntaron para ayudar a los  necesitados. Por momentos dolorosos e inolvidables pasó nuevamente el pueblo matancero, y muchos fueron los valientes.

En cuanto conoció la noticia del derrumbe en la chimenea de la CTE Antonio Guiteras, Ernesto  no pudo contenerse en casa. Una llamada telefónica bastó para que se reincorporase a las labores de rescate y salvamento.  No importó el día feriado, ni la difícil situación de transporte para trasladarse hacia la urbe yumurina.

“Lo que me motivó a dar el paso al frente fue saber que estaban todos mis compañeros trabajando allí, que había dos personas atrapadas de las cuales no se sabía dónde estaban y que había mucho trabajo que realizar.”

Al llegar al lugar de los hechos la principal tarea realizada por los rescatistas consistió en obtener los medios de protección, alistarse, subir hasta el interior de la chimenea y empezar a sacar escombros para poder hallar a la víctima que ya estaba localizada, así como encontrar la que no se sabía dónde estaba.

“El trabajo lo realizábamos por relevo, se hacía cada una hora y después, mientras el tiempo pasaba, los relevos eran más cortos porque existía el agotamiento en las personas. En el interior de la chimenea nos encontrábamos alrededor de 12 o 13 personas, porque se trata de un trabajo de unidad.”

Ernesto teme a las cámaras y los micrófonos, pues es de pocas palabras. No lo dice, pero desde dentro, el amor por la labor que desempeña traspasa cualquier circunstancia.

En casa cuando supieron que darías el paso al frente, ¿cómo reaccionaron tus familiares más cercanos?

Muchas experiencias en tan pocas horas. ¿Cuál fue la más gratificante y la más triste?

«Para mí la mayor experiencia fue sacar a dos personas con vida y lo más triste fue que se perdieron dos compañeros. Para mí salvar vidas es lo mejor que me ha pasado, es lo que me gusta hacer, me siento realizado cuando estoy trabajando y que me preparo a diario para eso.

«Considero que amo lo que hago porque realizo las tareas con corazón, y poder ayudar a una persona necesitada, salvarle la vida, me reconforta.»

Ernesto desde el mes de febrero cursa estudios para especializarse en salvamento y rescate en la Escuela Nacional de Bomberos.

«Las principales metas que tengo ahora son terminar mi curso de superación, del que me quedan solo dos meses, y seguir preparándome».

Al llegar a casa el reconocimiento de los vecinos del barrio y el abrazo de los padres y de su hermano mayor recibieron al joven del sureño poblado de Unión de Reyes.

Escenas lamentables, dolorosas, han vivido los matanceros en menos de un año. La valentía, el amor hacia los más necesitados devuelven la esperanza de un pueblo que aún lamenta el fallecimiento de dos trabajadores de la Termoeléctrica, y actitudes como la de Ernesto Luis  Linares García, el joven técnico en Salvamento y rescate del Comando número 1 de Matanzas, lo hacen confiar en el porvenir. (ALH)

 

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