La decimoquinta edición del Festival Internacional Timbalaye 2023 llegó hasta Matanzas dentro de su ruta de la rumba, presente en diez ciudades de Cuba.

Y no pudo ser de otra manera que con inicio en los márgenes seminales del yumurino barrio La Marina, locación cultural de icónicos rasgos sonoros y afrocubanos. Integrantes de la Academia La Rumba Soy Yo demostraron a visitantes de Brasil, México e Italia la defensa de las raíces identitarias desde la urbe fundadora de la primera sociedad rumbera de Cuba.

El recorrido continuó por el Castillo de San Severino, fortaleza devenida construcción fundacional más antigua de la ciudad. La presentación del grupo portador Gangá de Longobá permitió una retrospectiva por el proceso de sincretismo cultural cubano a partir de la música, el folklore y la danza.

El escritor, etnólogo y presidente de honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba Miguel Barnet donó una bandeja ceremonial proveniente de Nigeria durante periodo esclavista. Tal pieza original fue utilizada por niños africanos para atender con bebidas y alimentos a reyezuelos de la época.

«La memoria de un país es la dueña del tiempo y el tiempo sin memoria jamás sería tiempo. Un país sin memoria es un árbol sin raíces», definió Barnet, Hijo Adoptivo de Matanzas.

Desde el pasado 20 de agosto este evento recorrió de occidente a oriente el país en jornadas dedicadas a los instrumentos musicales como parte esencial de la identidad cultural de los pueblos. Asimismo, Timbalaye 2023 regala tanto a cubanos como foráneos la oportunidad de conocer desde los cimientos el patrimonio histórico nacional.

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