Derivados de la caña de azúcar: ¿una estrategia oportuna?

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Diciembre debe marcar el inicio de la zafra 2022-2023 en Matanzas, y con ella la producción de los derivados de la caña de azúcar como una de las prioridades en la primera etapa de la nueva contienda. La provincia trabaja para asegurar el oportuno pitazo de arrancada, y su larga y memorable historia azucarera le deben una meritoria respuesta.

En 1598 existían en Matanzas cañaverales con más de 40 años, y desde 1595, pequeños ingenios elaboraban azúcar en cantidad suficiente para exportar. (1)  

La producción de meladuras a partir de las cepas de caña disponibles y su derivación en aguardientes, siropes y alimento animal, entre otros fines posibles, es una fuente temprana de recursos y financiamientos, tan necesarios a la economía del país como a la propia industria azucarera. Cumplida esa primera etapa continuarán las operaciones para fabricar el crudo planificado.

Alcanzar estos beneficios requiere una arrancada eficiente, ya atrasada con respecto a la propuesta inicial prevista para noviembre. Poner a punto la industria, los equipos agrícolas y toda la infraestructura que garantizan el desarrollo de una zafra, es tarea de primer orden para los azucareros matanceros.

Las consabidas restricciones financieras, así como el limitado y tardío aseguramiento de recursos imprescindibles, retardan las reparaciones y dan al traste con el empeño de iniciar una zafra temprana. Definida la voluntad para estimular la producción de derivados, es importante no dejar escapar el mejor momento de la materia prima existente.

Pero lograr una arrancada óptima posibilita recuperar atrasos y propicia mejores operaciones para el posterior avance de una campaña enfrentada a múltiples dificultades.

La producción de derivados de la caña de azúcar en Matanzas cuenta también de larga data. En los últimos años del siglo XVIII, entre los ingenios mayores algunos  instalaron alambiques para la destilación de alcohol. En su libro El azúcar en Matanzas y sus dueños en La Habana, Perret Ballester señala el reporte de producciones de aguardiente en el antiguo distrito de Alacranes.

Ya para 1846, el propio autor apunta la existencia de alambiques instalados en 20 ingenios de la jurisdicción de Cárdenas, con una producción de 5836 pipas de aguardiente, aunque se le señala un desagradable sabor a mosto.

…hacia 1850, se descubrió el proceso que permitía obtener un ron con el sabor y calidad que tiene en la actualidad, y así se inició el gran desarrollo de la industria licorera. (2)

Cabe destacar que el gustado ron Habana Club se comercializa desde 1934, aunque la historia de su fabricación data de 1878 en la destilería que abrió en Cárdenas el vizcaíno José Arechabala, según nos cuenta Ciro Bianchi en una de sus entregas dominicales.

Como otro elemento de juicio  es preciso recordar que el esplendor económico- social alcanzado por la urbe yumurina durante el siglo XIX tuvo su base material en el pujante desarrollo de la industria azucarera, sustentado en la explotación del trabajo esclavo.

Hacia fines del siglo XVIII Matanzas carece de significación en la historia azucarera. En 1827 produce ya el 25 por ciento del azúcar cubano. (3)

Solo para ofrecer un referente del impetuoso auge de la industria azucarera en la provincia de Matanzas a partir del siglo XIX, cito la tabla estadística que ofrece Perret Ballestero en su mencionado libro, donde apunta para 1802 la existencia de 39 ingenios activos, solo en la jurisdicción de Matanzas.

Para 1813 en la propia jurisdicción la cifra de ingenios reportados asciende a 57, y en 1840 ya alcanza el número de 145. A partir de 1841 las estadísticas ya reflejan toda la provincia, y dan cuenta de 358 ingenios en el territorio. La mayor cifra de estos ingenios en territorio matancero pertenece al año 1878, cuando ascendieron  hasta 517.

Al inicio del siglo XX la provincia cuenta con 64 ingenios activos, los que disminuirán hacia el año 1931 hasta 24. Al momento del triunfo revolucionario de enero de 1959, la provincia de Matanzas contaba con 24 centrales azucareros.

Es necesario esclarecer que a diferencia de los antiguos ingenios, los centrales que ahora se reportan constituyen verdaderos complejos industriales donde se han introducido importantes y significativos adelantos tecnológicos y ampliado considerablemente sus capacidades de molida.

Asociado al crecimiento de la industria azucarera hay que evaluar el desarrollo alcanzado por la producción de sus derivados en la provincia de Matanzas.

Al igual que la producción de alcoholes, la refinación del azúcar con técnicas avanzadas aparece en la geografía de la provincia a mediados del siglo XIX, con la construcción de refinerías asociadas a los centrales o como industrias independientes. Las ciudades de Matanzas y Cárdenas muestran el mayor número de refinerías, aunque Perico y Calimete contaron con importantes instalaciones.

Además de los alcoholes y la refinación de azúcares, la elaboración de levaduras, glucosa, fructosa, caramelos, miel urea para la alimentación animal, tableros de bagazo y generación de energía eléctrica, entre otras producciones, hallaron condiciones propicias en la provincia para su desarrollo.

La voluntad de la dirección del país en desarrollar la industria de los derivados ha estado presente a lo largo del proceso revolucionario. Para ello propició estudios, laboratorios e institutos de investigaciones científicas entre otras importantes acciones. Es dado recordar que para la campaña azucarera de 1970, la llamada Zafra de los  Diez Millones, junto al volumen de azúcar planificado el país se propuso la producción aproximada de 4 millones de toneladas de melaza. (4)

La grave situación económica tras la desaparición del campo socialista, en especial de la Unión Soviética, y la caída de los precios del azúcar en los años 90 con la consecuente depauperación de la industria, dieron lugar a la tarea Álvaro Reinoso, que costó a la provincia el cierre de más de una docena de centrales azucareros. En los últimos años otros centrales habían cerrado por diferentes causas.

Aún con las medidas de protección a los trabajadores del sector cuyos centros de trabajo fueron desactivados, el costo económico y social de la medida dejó un saldo de indescriptible dramatismo para la familia azucarera. Al respecto el destacado machetero Héroe del Trabajo de la República de Cuba, Reynaldo Castro Yebra, no escapa al sentimiento de abandono ante el estado en que quedaron los centrales cerrados.

Si a mí me preguntan directamente digo que no se tenían que haber cerrado. Pero, ¿cómo se va mantener un central si no hay cañas? (…) El azúcar se puso a 4 y 5 centavos, no pagaba los gastos. (5)  

Como consecuencia de la declinación de la producción azucarera otros renglones sufrieron igual deterioro. Muchos países se vieron precisados a reconvertir  la industria del dulce, como Brazil, que emprendió la producción de biocombustibles a partir de la caña de azúcar.

En Cuba existía un antecedente con respecto a la producción de biocombustibles. Durante la Segunda Guerra Mundial se generó una gran escasez de gasolina y en el país se produjo un combustible compuesto por una mezcla de gasolina y alcohol, denominado carburante nacional o “mofuco”. Ante la demanda, solo en Matanzas a inicios de los años cuarenta fueron construidas 10 destilerías, más tarde desactivadas.

Ya en los 90, en las condiciones impuestas por el Período Especial y el encarecimiento de los alimentos, la situación exigía otros análisis. En las reflexiones de Fidel Castro publicadas el 16 de mayo de 2007 por el órgano de la juventud cubana, el Comandante en Jefe hace referencia al debate suscitado sobre el polémico asunto durante el VI Encuentro Hemisférico de La Habana,

…cuando se discutió el tema de la producción de biocombustibles a partir de alimentos, que son cada vez más caros, la inmensa mayoría se opuso con indignación.(6)

El sucinto recorrido por momentos del quehacer azucarero de la provincia, expresan de algún modo la necesidad de hallar respuestas ante la situación cambiante que generan los procesos económico-sociales a través de los tiempos.

Ante las actuales dificultades que enfrenta el mundo, con una acción multiplicada en Cuba como consecuencias de epidemias, fenómenos naturales y el recrudecido bloqueo imperialista, es preciso aprovechar milimétricamente todas las oportunidades por difíciles que puedan parecer.

La diversificación de las producciones a partir de la caña de azúcar es un imperativo y una oportunidad y como tales hay que asumirlas, siempre con el necesario respeto y protección de la naturaleza.

Al respecto, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el mes de junio último en reunión con directivos, técnicos industriales y productores de caña, puntualizaba que Cuba contaba con potencialidades para …”producir un sinnúmero de productos para la alimentación humana y animal, y la capacidad de generar decenas de derivados”. (7)

La zafra 2022-2023 recién inició en el país y apenas faltan unas pocas jornadas para escuchar el esperado pitazo de la arrancada en Matanzas. Llegado el momento corresponde garantizar molidas estables, eficientes y extraer a los jugos todo su potencial azucarero. Obtener la gama de productos derivados previstos para la etapa constituye una fuente importante de recursos.

Aprovechar las potencialidades existentes depende también de la voluntad y la capacidad de los azucareros matanceros para cumplir el empeño, decisivo para emprender el camino de la recuperación de una industria que más allá de su significación económica, forma parte indisoluble de la cultura y la identidad cubanas. (ALH)

Textos consultados:

1. Perret Ballester, Alberto. El azúcar en Matanzas y sus dueños en La Habana. Editorial de Ciencias Sociales, 2007, pág 13

2. Ibídem pág 233

3. Moreno Fraginals, Manuel. El ingenio. Complejo económico social cubano del azúcar. La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 1978 t. 1, pág 141

4. Véase Blanco Kastiñeira, Katiuska, Fidel, Ediciones Alejandro del Centro Fidel Castro Ruz, 2022, pág 352

5. Álvarez Rodríguez Maylan, La callada molienda. Ediciones La Memoria. Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, La Habana, 2013, pág 105

6. Castro Ruz, Fidel. Reflexiones. Sobre Vi Encuentro Hemisférico de La Habana. Juventud Rebelde, 16 de mayo de 2007

7. Véanse publicaciones periódicas cubanas de junio de 2022, donde se exponen conceptos del nuevo modelo de gestión para el rescate de la industria azucarera.

Acerca Ángel Rodríguez Pérez

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