El programa Catalejo, que cada domingo trasmite Habana Radio a partir de las diez de la mañana, cumple el objetivo esencial de la emisora reconocida como La voz del patrimonio cubano.
Durante la fría madrugada de este lunes -Catalejo se retrasmite los lunes a partir de las cuatro de la mañana- disfruté del último programa de un año que ya concluye, siempre con admiración y agradecimiento por los responsables de su realización.
Desde que los matanceros pudimos acceder a las emisiones de Habana Radio, gracias a la inserción de la provincia en la Red de Oficinas del Historiador y Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, conocí una programación radial de amplio espectro cultural y envidiable factura.
La emisora, radicada en el edificio de la Lonja del Comercio, en Ciudad de La Habana, y dirigida por la periodista Magda Resik, fue fundada el 28 de enero de 1999, como parte del empeño de Eusebio Leal Spengler de socializar todo el trabajo de rescate y restauración que venía ejecutándose en la ciudad.
Entre los memorables espacios de la emisora, señalo por la frecuencia con que llegué a escucharlos a partir de los tiempos y horarios que me resultaron propicios, programas como Parece que fue ayer, La pupila asombrada, Tribuna del Historiador, Victrola y Catalejo. A este último dedico hoy mi comprometida y breve reseña.
Catalejo lo descubrí poco antes del fallecimiento, el pasado mes de junio, de su director, el Maestro de radialistas Felipe Morfa.
Cálidamente conducido por el filólogo, crítico y ensayista Mario Masvidal y la guionista y colaboradora de distintas publicaciones, María Caridad Duranza, el programa nos sorprende en cada emisión por rescatar del olvido importantes compositores e intérpretes de la música cubana e internacional.
Ausentes habituales del universo sonoro de la isla, algunos como consecuencia del paso del tiempo y el injusto olvido de glorias pasadas, reaparecen en este espacio radial de 3 horas que llegan a parecernos escasas, como resultado a veces asombroso de las memorias rescatadas y el aporte de nuevos descubrimientos.
Es que Catalejo, más allá de reproducir temas emblemáticos de la música de tiempos lejanos o próximos, lo hace con abundante información de las producciones discográficas, la trayectoria de agrupaciones musicales que hicieron historia no siempre reconocidas en nuestro ámbito y la significación que representan en el devenir de la creación musical entre otro muchos merecimientos.
Y es que el programa cuenta con la participación de invitados, especialistas y creadores que favorecen el diálogo y llegan a ofrecernos elementos de la producción discográfica no siempre conocidos entre los oyentes.
La simple mención de los aportes de grupos como el dúo de Mirta y Raúl o la agrupación Los 5 u 4*, por solo citar algunos que llegaron a ser verdaderamente novedosos y precursores en la consecución de efectos sonoros en grabaciones realizadas mediante tecnologías desactualizadas, constituyen ejemplos del alcance del programa radial.
El rescate de momentos preciosos para comprender el recorrido de la cancionística cubana, del pop rock nacional de los sesenta, o los estilos y conceptos musicales, con grabaciones muchas veces obtenidas en archivos olvidados, hacen de Catalejo un programa imprescindible para todos los que atizamos el recuerdo y aún para las nuevas generaciones necesitadas de conocer el amplio patrimonio musical cubano y el contexto internacional en que escribió muchas de sus mejores páginas. (ALH)
*Abandonaron el país.