La sala de ajedrez José Raúl Capablanca de la Atenas de Cuba cumplió recientemente 57 años de fundada..

Su inauguración acontecida el 27 de mayo de 1967 a instancias de los ajedrecistas matanceros, propició un espacio independiente de otras entidades o instituciones  donde desarrollar la práctica del juego ciencia.

Para la ocasión la sala fue dotada de bellos muebles con sus respectivos juegos y pizarras.  Al centro de la misma un gran cuadro de Ernesto Che Guevara jugando ajedrez, presidía el lugar. Contaba, además del salón principal otras dos habitaciones, un patio interior y baños.

En sus inicios llevó el nombre del destacado jugador y reconocida personalidad matancera Manuel Aguirre. Con el tiempo recibió otros apelativos hasta su bautizo oficial con el nombre del genial ajedrecista cubano y Tercer Campeón Mundial en la historia del juego, José Raúl Capablanca.

Ubicada en la céntrica calle Medio esquina Jovellanos, frente al conocido parque de La Rueda, desde sus inicios la sala acogió incontables encuentros, simultaneas y torneos ajedrecísticos.

La proliferación  de clubes obreros y estudiantiles, convertían la sala en espacio de sus prácticas y competencias. La celebración de torneos o simultaneas en fechas señaladas reunía en la institución a maestros, periodistas, bancarios, combatientes del Ministerio del Interior y muchos otros, que dotaban el espacio de un permanente movimiento ajedrecístico.

No siempre contó con entrenadores asalariados, recayendo en jugadores aficionados y activistas las diversas responsabilidades reguladas en un reglamento aprobado para el funcionamiento de la sala.

Entre sus activistas más destacados aún se recuerda a Aureliano Castellini, entusiasta jugador dotado  de una singular simpatía.

En el transcurso de los años la sala se honró con la presencia de reconocidos trebejistas del patio, así como de Grandes Maestros nacionales y extranjeros.

La institución llegó a disponer con valiosos juegos y relojes entregados por la Dirección de Deportes o mediante donaciones, así como una colección de revistas y publicaciones para la consulta y aprendizaje de los jugadores.

Durante los años 2011 y 2012 el inmueble fue sometido a una importante reparación que incluyó pisos, nuevas instalaciones sanitarias, carpintería y otras acciones constructivas.

Entonces la sala recibió equipos de climatización, una veintena de mesas nuevas con sus respectivas sillas y fueron repuestos los juegos en falta o deteriorados.

Para la fecha, convertida en centro de referencia nacional, recibió numerosas visitas y acogió la organización de importantes eventos.

La presencia habitual del Gran Maestro matancero Reynaldo Vera y la discusión de la Final del Campeonato de Cuba en 2016 con la participación del Gran Maestro Lenier Domínguez, distinguen momentos especiales de la institución matancera.

Actualmente la sala mantiene la enseñanza y entrenamiento regular de niños bajo la atención de los instructores que dispone la sala.

En cambio, la participación de trabajadores, estudiantes y otros aficionados, entre los llamados jugadores sociales que frecuentan la sala al final de la tarde, confronta frecuentes dificultades por el indebido cierre de la sala. Esta anormalidad se reitera durante los últimos tiempos y se acentúa casi todos los fines de semana.

Precisamente cuando la sala debería contribuir a la necesaria reanimación de la ciudad es necesario exigir su puntual funcionamiento sin privar a los sociales del sano entretenimiento. Por el contrario, podrían rescatar el trabajo de los activistas y propiciar la práctica social del juego ciencia.

Hoy se ha perdido el confort que mostró la sala. La rotura de los equipos de climatización, la falta de juegos, la pérdida o rotura de los relojes y el estado deplorable de algunas habitaciones desdicen el esfuerzo que otrora caracterizaron la llamada academia.

El cuadro con la imagen gloriosa del Guerrillero Heroico, francamente deteriorado, merece de una cuidadosa restauración. De no ser posible  sería necesario gestionar la creación de una obra semejante para restablecer la imagen icónica que durante años preside la histórica sala.

El uso frecuente del inmueble para reuniones  y otras actividades propias del organismo debería incluir e involucrar a los participantes en el rescate del perdido esplendor de la sala de ajedrez yumurina

La sala puede abrigar necesarias actividades, propias de la dirección administrativa, pero a su vez coadyuvar a que nunca se interrumpa la práctica sistemática de alumnos y aficionados.

A 57 años de su memorable fundación, en medio de complejas dificultades y limitaciones habría que repensarse el modo de devolver a la sala su dignidad y vital desempeño.

Visitada permanentemente por jóvenes y mayores habituales o viajeros nacionales y extranjeros que se detienen a medir fuerzas en el recinto académico , la práctica histórica del ajedrez matancero requiere de ese espacio, céntrico, vital. El ajedrez lo merece. La ciudad también.

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