Iván Felipe Silva encara el ciclo olímpico hacia Los Ángeles 2028 con optimismo y deseos de triunfo, para lo cual busca el enfoque necesario.
El judoca de Colón en la provincia de Matanzas, cataloga el último cuatrienio, donde se mantuvo en la élite mundial.

«Comencé el ciclo de buena manera. Obtuve medallas en paradas de Grand Prix y Grand Slam por la Federación Internacional de Judo, además de los títulos centroamericano y panamericano. Sin embargo, queda el sinsabor de no conseguir la medalla olímpica, cuya obtención es el objetivo de cada periodo», reconoció el multipremiado atleta.
Un cambio de división hará ahora que el subcampeón mundial de 2018 asuma protagonismo en los 100 kilogramos de peso.
«Esta subida de categoría era necesaria por temas de salud. El organismo empieza a ganar en peso producto de la edad. Incluso, ya me costaba perder para las competencias. Ahora me siento muy bien con este movimiento y he mejorado los niveles de fuerza mediante un trabajo diferente. Conozco a muchos atletas que han subido de división con resultado, por lo que enfrentarme a campos de entrenamiento para adaptar las rutinas a los nuevos rivales sería ideal».

La medalla olímpica esquiva para el atleta es una asignatura que desea superar.
«Debemos abrir la temporada en el Grand Slam de París, el cual puede ser un gran medidor para ver en qué sitio me encuentro con respecto a los demás contrincantes. Hay que seguir soñando y contando con fe para que salgan los buenos resultados. El enfoque es año a año y competencia por competencia. Cuando lleguemos al final del ciclo, ya veremos las condiciones para ganar esa medalla olímpica», refirió.
Iván Silva Morales ya piensa y entrena para cumplir sus propósitos, avalado por medallas y resultados internacionales que lo colocan entre los mejores judocas del continente.