Ichiro Suzuki se convirtió en el primer pelotero nacido en Asia en llegar al Salón de la Fama.
Todavía delgado y ágil a los 51 años, Ichiro fue reconocido por ser una máquina de hits que alcanzó el club de los 3 000 imparables en MLB, a pesar de no debutar en la liga hasta a los 27 años. A lo largo de 19 campañas con los Marineros, Yankees y Marlins, dio 3 089 imparables, bateó .311, se robó 509 bases, fue 10 veces All-Star y ganador del Guante de Oro y tres veces ganador del Bate de Plata en el jardín derecho. Y eso ni siquiera incluye sus 1 287 hits y tres honores de JMV de la Liga del Pacífico en Japón.
Ichiro se robó el show con un discurso de unos 20 minutos, donde hizo bromas, habló de su dedicación diaria y describió su trayectoria de Japón a los Estados Unidos.
“Soy novato una vez más”, empezó Ichiro, el primer jugador asiático con placa en Cooperstown y quien próximamente será exaltado al Salón de la Fama de Béisbol en Japón, siendo también el primero en tener ambos honores. “Al ver ahora a estas figuras a mi alrededor, me doy cuenta de que una vez más soy un novato. Gracias por darme la bienvenida de manera tan cálida a su equipo”.
Para Ichiro, un estudioso de la historia del béisbol, ésta fue su novena visita a Cooperstown. Las otras veces habían sido mayormente de índole personal, para ver todo lo que ofrece el Salón de la Fama. Ahora, fue con todo lo que conlleva ser un nuevo miembro del Museo de los Inmortales.