Hace apenas unos días, se cerraron las cortinas del Campeonato Mundial de Atletismo, que se estuvo efectuando en la ciudad de Budapest, Hungría, donde Cuba estuvo representada con una delegación de 27 atletas.

Nuestro país rompió todos los pronósticos competitivos, al anexarse tres preseas, incluyendo una de plata y dos de bronce que estuvieron en la cuenta del triple salto: Lázaro Martínez, Cristian Nápoles y Leyanis Pérez, respectivamente; sin contar la actuación de Liadagmís Povea, que finalizó en la cuarta posición, y del saltador de altura Luis Enrique Zayas, que tuvo su mejor salto del año.

Para nuestra delegación, esta temporada se puede catalogar como buena en comparación con la anterior, donde no pudo alcanzar medalla alguna. No obstante, con esta actuación no podemos conformarnos ni estamos del todo satisfechos. Todavía nos falta mucho para que Cuba se sitúe a la altura de lo que fue años atrás en esta disciplina a nivel centroamericano, panamericano, mundial y olímpico.

Podemos recordar que, por limitarnos a Matanzas, esta provincia aportaba una gran cantidad de atletas a la preselección nacional, muchos de ellos con marca y récord en los distintos eventos en que participaban.

Si nos remontamos al pasado siglo, un matancero fue el primero en figurar en una Olimpiada Mundial de Atletismo, con récord en la distancia de los 100 metros planos con 10 segundos flat. Este fue José “Pepe” Barrientos en 1928, en la Olimpiada de Amsterdam, Holanda, pero la comisión no le reconoció ese récord al sostener que corría a favor del viento.

En lo que respecta al triple salto, la primera cubana que implementó un récord nacional y centroamericano fue Eloina Echevarría Torriente, al clavar sus pinchos a 14 metros de latitud.

Eloina participó en importantes eventos internacionales, incluyendo copas mundiales o de las Américas, e implementó récords centroamericanos, en Memorial Barrientos o Juegos Panamericanos (sus 14 metros estuvieron vigentes largo tiempo).

También otro recordista nacional y centroamericano fue el saltador de altura, ya desaparecido, Miguel Durañona, primer cubano en rebasar los dos metros. Su tiempo fue roto posteriormente por otro matancero, Marino Drake, y a su vez esa marca también se vio superada por obra del gigante Javier Sotomayor en la ciudad de Barcelona, vigente hasta la actualidad.

Entre los recordistas mundiales salidos de nuestra provincia figura la jabalinista Osleidys Menéndez, quien envió su implemento a los 65 metros y así implementó récord global en esa especialidad. También su logro permaneció vigente durante muchos años, hasta que también se rompió.

En lo que respecta a la velocidad, en aquella época Cuba mantenía el dominio en toda el área centroamericana y del Caribe, así como parte del continente, cuando se hacía una selección con vista a cualquier evento de atletismo lo mismo en los 100 y 200 metros planos como en el relevo 4 por 100, además, del 4 por 400. Entonces aparecieron figuras de la talla de Silvia Chivás, Yeya Pentón, Hilda Elisa Ramos, Miguelina Colián o Bertha Díaz, a quienes se sumaron las yumurinas Mercedes Mesa y Elsa Jiménez, corredoras que hicieron historia en cada evento internacional.

Una vez repasados estos logros, volveremos, en próximas líneas, a rememorar la huella de nuestra provincia en este ámbito. (ALH)

Reynol Yll Lavín/Girón

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