Han pasado más de veinte años desde que Jorge Yunior Gutiérrez Salomón comenzó su carrera artística. En la trayectoria, sus obras han llegado a museos importantes fuera de Cuba, de la mano de curadores destacados y han inspirado también a otros creadores.

Sin embargo, por encima del reconocimiento, el enfoque de Salomón sigue guiado por el instinto primario del artista: la necesidad de dar forma tangible a sus ideas y comunicarlas.

Desde su aguda visión como creador, Salomón aprecia las experiencias que le permiten enriquecer su ingenio e intercambiar con quienes buscan un acercamiento a su arte. Durante los últimos años, el artista se ha centrado en la creación de obras diversas, algunas de carácter efímero, y otras que poseen un fuerte vínculo con la espiritualidad y la esencia de su autor.

«En 2024 hice con mi equipo, algunas exposiciones, generalmente en Europa. Además estuve invitado a la Bienal de La Habana y como muestra central de Ríos Intermitentes hice una exposición que se llama Guaro 87. Es un resumen de muchos años de mi vida desde que nací en Holguín hasta la actualidad. Todo un proceso vivencial, etnológico, de cuestiones que ahondaban en mi condición de sacerdote de Ifá, de todos mis estudios de arte, mis vivencias familiares, representaciones bastante intimistas.

«También estuve vinculado a la agencia Turarte. Su director quería lograr que las personas de otros países, hospedadas en varios hoteles aquí, pudieran interactuar conmigo algunas horas en semana. Conocieron mi obra y en ocasiones hice imágenes para que ellos pudieran verme trabajando en vivo, puesto que siempre consumen los materiales audiovisuales de internet o televisión. Fue muy interesante, una experiencia más cercana.

«Para este año, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba recibirá algunas de mis obras, tanto de la muestra Guaro 87 como piezas que fueron exhibidas en Italia y en la Bienal de La Habana del 2022. Habrá además una muestra en el Pabellón Cuba que va a unir a los principales artistas de todo el país y ya comencé a trabajar en algunas de las piezas que van a estar ahí. Es la oportunidad para empezar a mostrar trabajos recientes de entre finales de diciembre y principios de enero.

«A mediados de año inauguraré una exposición personal, pretendemos que sea una muestra gigantesca. La curadoría de esta exposición estará auspiciada por el Ministerio de Cultura y el Consejo Nacional de las Artes Visuales de Cuba, y será en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales.

«Después de 24 años ahora mis obras se exhiben en museos, en galerías muy importantes. Grandes personalidades del mundo del arte trabajan con mi obra, y a veces me parece un tanto sorprendente que las personas, los críticos, vean mi trabajo y me reconozcan como un artista consolidado dentro del arte contemporáneo.

«Soy el muchacho que vino de Guaro, que se crió en barrios marginales, y me relaciono más con personas desvinculadas del arte que con los mismos artistas. Siempre he sido muy observador, camino la ciudad todo el tiempo y me voy llevando símbolos que la gente deja en los muros, en las puertas de las casas, en los negocios. Busco esos detalles de gente de a pie que sabe decir, hacer, volar y tomarse un trago.

«Lo primero es la cuestión humana, o sea, si dejas de reparar en pequeñeces o banalidades te vuelves una persona más centrada. Todo eso es parte del crecimiento: tu trabajo no crece si tú no creces como ser humano y mi obra evoluciona con la forma que enfrento la vida.

«Uno de los cambios que tuvo mi carrera como creador, como artista, es que he sido papá dos veces, tengo dos hijos hermosos y entonces ese vínculo que se crea de familia, hijos, esposa, te obliga a ver la vida con otro nivel de madurez, te da otras perspectivas y eso te hace tener un mayor compromiso, además de la disciplina de tantos años.

«El éxito que ha alcanzado mi trabajo me lo tomo con responsabilidad porque es mi compromiso y porque en buen cubano sabemos que son los frijoles con los que come la familia. Sigo yendo al estudio a trabajar y cuando escucho los críticos de arte diciendo que mi obra es un puente que une los universos plásticos de los años 80-90 con el arte más contemporáneo actual en Cuba y en Europa me quedo pasmado y me pregunto: ¿de verdad yo estoy haciendo todas esas cosas?

«Sencillamente tengo el hábito de trabajar, la necesidad de hacerlo. Cuando voy al estudio busco aprender. Al regresar a mi casa lo primero que le digo a mi esposa es que me la pasé muy bien haciendo este trabajo, me divertí mucho con esa técnica y aprendí mucho.

«Mis pretensiones han sido y son, crear y comunicar cosas que llevo por dentro, pero sin esperar llegar a algún lugar, solo viendo como el resultado me va sorprendiendo. Siempre estoy centrado en el acto, con la necesidad de crear, de modificar cosas, conductas, patrones sociales y de ser más autorreferencial.

Leysi Álvarez Fernández/Estudiante de Periodismo

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