Por Carlos Manuel Bernal López 
Entre los anaqueles, las esculturas de madera y la magia que distinguen a la Casa de la Memoria Escénica, ocurrió la presentación de las obras ganadoras del Premio Especial El Anaquel 2024 en la Sala Abelardo Estorino de la institución matancera.
A 30 años de la fundación del espacio encargado de rescatar, proteger y difundir el patrimonio escénico de la Isla, los autores de los textos premiados abordaron el espíritu y la significación de la Casa como eslabón fundamental en la salvaguarda histórica.
Un jurado compuesto por destacadas personalidades de las artes escénicas en el país, evaluó las obras presentadas hasta su dictamen definitivo. Lo premiados en texto fueron Jessica Mesa Duarte, Pablo Lleonart, Abel González Fagundo y Norge Céspedes. Cada galardonado recibió un anaquel alegórico al premio, creado por el artista Edel Arencibia.
Junto a estudiantes y público en general, el dramaturgo y director de la entidad Ulises Rodríguez Febles recibió de manos de la actriz y directora de Teatro Icarón Miriam Muñoz una donación de archivos y documentos pertenecientes a la familia Muñoz Benítez, que desde hoy permanecerán en el resguardo de la Casa de la Memoria Escénica, ese sitio devenido templo y faro en el derrotero de la cultura cubana.
El Anaquel de la fotografía
Por primera vez en las 18 ediciones de entrega del Premio El Anaquel, la fotografía tuvo su espacio entre las obras premiadas. El artista del lente Frank Alexis Ortega Sosa recibió el galardón por la serie fotográfica titulada «Ilustres guardianes de una casa».
La muestra quedó expuesta en una de las paredes de la institución matancera, como testimonio vívido de las esculturas de madera que custodian la Casa, cuales guardianes de obras emblemáticas del teatro nacional. En diálogo lírico y con alta fuerza dramática, las instantáneas ganadoras del Premio Especial resaltan la fragilidad y belleza del arte que conservan en la gran Casa de la calle Milanés.