El paseo de Narváez resultó la locación designada para acoger la pequeña actividad cultural en homenaje al orfebre mayor de Matanzas, Agustín Drake Aldama.
Un gran corazón giratorio pintado en rojo, última obra del maestro, constituyó el evento principal de la noche. La escultura, pensada como pieza para la Bienal de la Habana, comenzó su proceso de montaje en febrero último.
Desafortunadamente su autor, quién falleciera hace unos meses, no pudo contemplar su obra ya finalizada. El corazón al otro lado del río San Juan, resulta símbolo, de todos aquellos que no nos acompañan en cuerpo más sí en alma.
Durante el evento estuvieron presentes la primera secretaria del Partido en la provincia, Susely Morfa González, el gobernador Mario Sabines Lorenzo, y personalidades de la cultura del territorio matancero.