Convención de Harry Potter revive la magia de fanáticos cubanos

La segunda Convención de Harry Potter en Cuba concluyó tras dos días de encuentros entre centenares de fanáticos de la saga y proyectos relacionados a la comunidad friki en la capital.

Yoel Salazar, organizador principal del evento,  explicó a Prensa Latina que contaron con la presencia de unas 500 personas de diferentes grupos etarios en la Vitrina de Valonia, espacio cultural de La Habana Vieja.

Cuando te adentras en este mundo de fantasía que viene del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, como Tolkien o J.K Rowling, te das cuenta que realmente sí tiene mucho auge y seguidores en Cuba,  opinó  Mónica, una joven de 21 años que se convirtió en fan durante la pandemia de Covid-19.

Una variedad de posters, calcomanías, cartas de Hogwarts, artesanías y accesorios, decoraban las mesas de los proyectos invitados, todos relacionados de alguna manera con la cultura friki, que tiene una fuerte presencia en el país desde hace años.

Lili, una de las colaboradoras del encuentro, reconoció la existencia de ciertos estigmas negativos en torno a quienes pertenecen a este mundo y por tanto calificó a la convención  como una idea atractiva y novedosa.

 

Este tipo de actividades anuales permiten el desarrollo y la aceptación personal tanto de niños como de adultos y fomentan la interacción y recreación sana entre personas con intereses similares, añadió la joven, que se presenta orgullosamente como una friki  amante de varias franquicias de fantasía.

Los fans también disfrutaron de ofertas gastronómicas, una pequeña galeria de obras inspiradas en criaturas mágicas  y personajes de la saga de Harry Potter hechos de cerámica, una  rifa y hasta un Torneo de las Casas de Hogwarts.

 

Muchos potterheads, término con el que se identifican los amantes de las obras de J.K Rowling pudieron, incluso, vivir la experiencia de colocarse el famoso sombrero seleccionador de la escuela  mágica Hogwarts, que decide la futura casa estudiantil de cada mago y bruja a la edad de  11 años.

Salazar, quien también es fundador y director del proyecto de Steampunk Echando Humo, destacó  que, pese a la apertura de diferentes espacios para la comunidad, es necesario todavía identificar los intereses de sus miembros y aceptar que ser friki no significa desvincularse de la identidad y las raíces cubanas. (ALH)

Tomado de Prensa Latina

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