» (…) no poseyendo más, en fin,
que mi memoria de las noches y
su vibrante delicadeza enorme;
no poseyendo más
entre cielo y tierra que
mi memoria, que este tiempo;
decido hacer mi testamento.
Es este:
les dejo
el tiempo, todo el tiempo.»
Poema Testamento de Eliseo Diego
Al final, que más se puede ofrecer sino el tiempo. Ese manojo de recuerdos que todos llevamos dentro. Como un reloj de arena el tiempo pasa, recicla, huye, se repite en la inmensidad del universo del que formamos parte apenas unos instantes. ¿En realidad, no somos nosotros los que pasamos por esas insondables profundidades del tiempo?
No hay que olvidarlo, ese momento es único, sagrado y cuando se vive intensamente, con amor y sabiduría, puede ser el mejor regalo que dejemos a nuestros semejantes.
Es cierto, los más viejos muchas veces mareamos a los demás con las letanías de nuestros recuerdos. De algún modo, cada acto o frase tienen un referente en el pasado y allá nos vamos a contar nuestras memorias.
Ahora mismo, cuando voy entrando con todo el brío de que soy capaz por los primeros días de enero de 2025, las redes sociales dan cuenta que el nuevo calendario tuvo su réplica más cercana en 1969, hacen ya 56 años. Ambos dieron inicio un miércoles y repiten día por día, semana por semana, los mismos ciclos y las mismas denominaciones.
Nos referimos al calendario gregoriano, que por más de cuatro siglos nos ha permitido organizar nuestro tiempo. Si usted dispone de un almanaque de 1969, lo puede colgar de la pared o colocarlo sobre su buró o mesa de trabajo. Con el podrá orientarse todos los días del recién inaugurado 2025.
Con una distancia de 56 años, ambos calendarios comunes recorren sus 365 días en una suerte de sorprendente coincidencia.
La curvita del tiempo
Es ahí, en esa curvita del tiempo, que se me antoja Einsteniano, donde me detengo a descargar las primeras memorias que acuden a la mente, recién iniciado el año.
En los primeros días de enero de 1969, con apenas 18 años de edad, andaba por el mundo como quien vive el inicio de todos los tiempos. Un mundo virtualmente inexplorado, recién concluido el 68 que se vivió con singular intensidad renovadora.
Entonces fui a parar con mis bártulos a Limonar, pequeño pueblo matancero a donde me enviaron a realizar las últimas prácticas docentes del Instituto Tecnológico Álvaro Reynoso.
De ese entrañable terruño donde me asenté por muchos años, retorno de despedir el 2024 en familia, precisamente ahora que se me ocurre redactar estas líneas.
Es en este minuto, cuando hago conciencia que ya vivimos el primer cuarto de siglo de una centuria que justo ayer divisábamos tan lejana, el año 1969 se muestra con todo el misterio de los tiempos por venir.
De ese modo corría enero de 1969 y los soviéticos sorprendían al mundo mientras realizaban el primer acople de dos naves espaciales tripuladas. Es el mismo mes que The Beatles, subieron a la azotea del edificio de Apple Record a ofrecer el que sería su último concierto en público.
El 2 de febrero moría Víctor Manuel, autor de Gitana tropical, pieza que inaugura el Vanguardismo de la pintura cubana.
Un mes más tarde, el 3 de marzo de 1969 el Gobierno cubano y el Frente de Liberación Nacional de Viet Nam del Sur, establecieron históricas relaciones oficiales. Ese propio año en el mes de septiembre falleció Ho Chi Minh, entrañable líder del pueblo vietnamita.
En abril de aquel año moría en La Habana el sabio Fernando Ortiz Fernández, reconocido como tercer descubridor de Cuba.
El 14 de julio de 1969 en el central Antonio Guiteras de Puerto Padre en la actual provincia de Holguín, dio inicio oficial la conocida Zafra de los diez millones. Es el 20 de julio del memorable año cuando el astronauta norteamericano Neils Armstrong se convierte en el primer hombre en pisar la superficie lunar.
En agosto tuvo lugar en las afueras de Nueva York el recordado Festival de Woodstock.
El mes de noviembre de 1969 está marcado por importantes acontecimientos históricos. Ese mes unas 500 000 personas, protestaron en Washinstong contra la criminal guerra norteamericana en Viet Nam. A su vez se creaba la primera red para la conexión de máquinas computadoras, inaugurando la era de internet y Edson Arantes Do Nascimento, el Rey Pelé, arribaba a su gol número mil.
Iniciado el último mes del año el día 4 de diciembre se fundaba el tren de la música cubana, la emblemática orquesta cubana Van Van. Ese propio mes el escritor italoamericano Mario Puzo, publica su famosa novela El padrino.
Los tiempos que vendrán
Pasa el tiempo, 2025 se abre como un año desafiante y yo concluyo mi recorrido por 1969 no sin antes recordarles que no será el último. Difícilmente logren librarse de mis letanías. También estaré atento a lo que me cuenten los más jóvenes. Son ellos los que construyen el futuro, que ha de ser más bello y grandioso.
Por más que perturben los días que corren siempre existirá una obra grande a la que ofrendar nuestras mayores fuerzas y son los más jóvenes los llamados a preservar y acrecentar como un tesoro de luz la gloria que se ha vivido. (LLOLL)