Con el triunfo revolucionario de 1959, muchos himnos, marchas y canciones patrióticas, devenidos en canto de lucha y de victoria, se radiaban o amplificaban en los mítines y actos convocados para celebrar las distintas fechas históricas.

Así ocurría con La Internacional, canción de gesta compuesta en Francia durante los días de la Comuna de París, devenida en himno de los trabajadores del mundo y los movimientos de izquierda.

Tras la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana, La Internacional ocupó un espacio importante entre los temas que acompañaron las masivas campañas revolucionarias. Aún suele cantarse de pie, con las manos tomadas en alto mientras se agitan al compás de las emotivas notas.

Concluía el año 1961, cursaba entonces el sexto grado en  la Escuela Pública No.8 en el barrio de Pueblo Nuevo y muchos alumnos nos hacíamos preguntas sobre la significación de aquellas estrofas revolucionarias. Entonces, un maestro atento a nuestras inquietudes, nos explicaba a su modo como sería ese mundo construido por los trabajadores donde “ni esclavos ni dueños habrá” sin el concurso de supremos salvadores, “ni cesar, ni burgués, ni dios”.

El vertiginoso desempeño de nuestro pueblo, sus batallas económicas, políticas y en defensa de la soberanía nacional, nos ofrecieron las respuestas más acabadas.

La letra de La Internacional fue escrita en 1971 por Eugenio Pottier, dirigente de la comuna proletaria que tomara el cielo por asalto. Pasarían 17 años, para que Pierre Degeyter, director del coro de trabajadores de la ciudad francesa de Lille, musicalizara los versos de Pottier. y presentara el nuevo himno durante una festividad obrera.

Degeyter, belga establecido en Francia que también luchó en la Comuna de París, presentó su obra en la citada fiesta proletaria que tuvo lugar el 23 de junio de 1888, de la que este lunes se cumplen 137 años.

El texto combativo del himno y su música movilizadora, fueron entonados por los trabajadores en su enfrentamiento a las clases explotadoras.

En 1900 durante la Segunda Internacional Comunista, la organización revolucionaria hizo suyo el himno que presidiría las luchas del proletariado mundial.

Luego del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre, los soviéticos adoptaron La Internacional como Himno Nacional, devenido  símbolo de la nación hasta 1944, en que fuera aprobado un nuevo himno para la victoriosa Unión Soviética.  Desde entonces constituye el himno del proletariado mundial.

Por sus méritos y valor históricos La Internacional es interpretada en diversos filmes de distintas nacionalidades.  También figuró en numerosos conciertos, ejecutado por disímiles instrumentos y formatos musicales. Destaca entre estos últimos la ejecución de la Orquesta Sinfónica de la NBC en 1944, bajo la batuta de Arturo Toscanini, considerado uno de los mayores directores del pasado siglo.

La primera interpretación de La Internacional en Cuba ocurrió durante la celebración del Primero de Mayo de 1925. El grandioso desfile obrero de aquel año, presidido por Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y Alfredo López, anunciaba la lucha del proletariado cubano, frente al desgobierno y la injerencia norteamericana. La celebración tenía lugar en víspera de la toma de posesión como Presidente de la República de Gerardo Machado, bautizado por el joven Mella como Mussolini Tropical.

Años más tarde, derrotados el desgobierno, la malversación y la tiranía, la Revolución Cubana colocó en manos de los trabajadores cubanos los medios fundamentales de producción y consagró la igualdad y la justicia social para todos los cubanos. Desde entonces La Internacional constituye un canto de lucha y de victoria.

 

 

 

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