Lanzar vaticinios o esgrimir pronósticos suele aportarle mucha sazón futbolística al deporte de las multitudes. En materia deportiva, los expertos pululan por doquier. Especialistas, con licencia o no, dejan el asueto por estos días y convierten a la Copa Mundial de Catar en un verdadera zona de gol y criterios, algunos más apresurados que otros.

Por ejemplo, muchos enterraron antes de tiempo a Alemania porque perdió en su primera salida ante Japón. No obstante, la tetracampeona del orbe salió a la cancha contra España y defendió con uñas y dientes sus opciones, les arrancaron un punto y mantienen vivas las esperanzas de avanzar en el veleidoso organigrama. De conseguir el ansiado cupo, habrá que incluirla entre las favoritas.

Alemania sigue en competencia. Foto: Marca.

De un partido a otro, hemos visto cambios radicales en equipos con doble rostro. Han sido cara y cruz, la antítesis del talento y el estandarte de este. Primero, Japón en disertación balompédica para el recuerdo, tumbaron a los temidos “Tanques Teutones” y luego, con la posibilidad de asegurar su clasificación a octavos de final contra todo pronóstico, perdieron frente a la enclenque Costa Rica.

Zona de Gol: bolas de cristal para un campeón

Catar 2022 ha sido un Mundial de extremos. Los colosos cataríes se han preñado de jornadas con empates a cero y otras, diametralmente opuestas, de goles, festejos y horrores defensivos. Casi todas las fechas han desprendido una altísima dosis de entretenimiento, teína para calmar la ansiedad de tantos fanáticos ávidos de fútbol de selecciones al más alto nivel.

La Copa siempre tendrá sorpresas, algunas más gratas que otras. Foto: EFE/ José Méndez

Selecciones que sin lucir ni hacer demasiado ruido, están por encima, como la Holanda de Louis Van Gaal, opacada por la velocidad y el empuje de Ecuador. Esta ya no es la Naranja Mecánica de antaño y funciona sustentada en el muro defensivo de tres centrales y dos carrileros que parecen difícil de derrumbar.

Pero el fútbol también remonta, avanza y perdura entre el pundonor de la derrota o las decepciones. Canadá llegó a suelo árabe sin nada que perder, y fútbol a raudales por demostrar. Los norteamericanos hincan su rodilla tras un proceso clasificatorio brillante que les devolvió a una Copa del Mundo más de 30 años después, y en las canchas de Catar asombraron por su capacidad para practicar un fútbol atractivo y sin temores zagueros, digno de un grande.

¿Favoritas?

Si de candidatas hablamos, dos gigantes asoman sus poderíos por entre los resquicios del balón. Brasil quiere olvidar aquellos fiascos mundialistas más recientes y redimir una historia que los tiene en la cumbre de un deporte capaz de despertar en muchas ocasiones el orgullo patrio de naciones que sin el fútbol no lo lograrían.

En ese saco también está la Francia de Didier Deschamps, dispuesta a desbaratar los martirios de lesiones o peroratas de convocatoria. A cuestas, el empuje de una generación joven, talentosa y de sobrado chaché, que incluso, ya desarticuló la maldición del campeón. ¿Hasta dónde pudiese llegar la selección blue?

El once galo vuelve a mostrar solidez para la consecución del título. Foto: Prensa Latina.

Quizás Inglaterra con los chicos dorados de los Tres Leones, la capitanía de Lionel Messi en Argentina, el empuje de los belgas con Kevin de Bruyne a la cabeza o el regreso de las ilusiones más pasionales a España puedan cercenar esos deseos galos por mantener la cúspide. El Mundial tampoco fuese Mundial sin el brillo de los países “chicos” futbolísticamente hablando, sin la osadía de los Marruecos, las Corea, los Ecuador…

Los Mundiales son enemigos acérrimos de lo previsto, rompen moldes y siempre guardan escenas para el asombro de los hinchas. Esperemos que a este, no le falte como hasta ahora la sempiterna mística alrededor de un balón de fútbol.(AGB)

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