La situación de los accidentes de tránsito en este inicio de 2025 se torna alarmante. Casi todos los días las redes sociales, u otros medios de comunicación reflejan la ocurrencia de alguno.
Para mayor fatalidad, los accidentes masivos enlutan a muchas familias o, mejor dicho, nos han enlutado a todos los cubanos que sentimos y lloramos como si se tratase de parientes cercanos.
Uno de los más recientes, el ocurrido en Ciego de Ávila, conmovió a la Isla entera. Justo ese día se desarrolló, en el Ministerio de Transporte, la primera reunión de la Comisión de Seguridad Vial en el presente año.
Allí se informaron las principales causas que provocan los accidentes de tránsito en el país: no prestar la debida atención al control del vehículo, el irrespeto al derecho de vía y el exceso de velocidad.
Las tres tienen que ver con errores humanos, esos que suelen cometerse muchas veces por exceso de confianza frente al volante.
El pésimo estado de muchas vías y los desperfectos técnicos de los automóviles constituyen factores determinantes, pero corresponde a los conductores extremar las precauciones.
Me sumo a lo escrito por un internauta en su perfil de Facebook: «Tienen que intentar a toda costa llegar a su casa sanos y salvos a darles el abrazo a sus seres queridos y garantizar que los pasajeros hagan lo mismo.»
Por más que intenten justificarse las causas, los accidentes siempre se pueden evitar. Toca a los conductores, a los pasajeros que deben exigir por su cuidado, a los peatones, a los motociclistas y a todo el que transite por la vía.
La accidentalidad en Cuba resulta un tema que demanda mayor atención por parte de toda la sociedad, más aún si se tiene en cuenta la cantidad de vehículos estatales involucrados en tan lamentables sucesos.
El dolor por la pérdida de un ser querido no se compara con nada. A ello se suman las secuelas físicas y psicológicas que perduran tras sufrir un accidente.
La vida es el tesoro más valioso que tenemos. Para conservarla toda precaución es poca.(LLOLL)