La dieta de la madre durante el embarazo podría influir en los rasgos faciales de su bebé debido a la actividad que ejercen los niveles de proteínas con los genes en el vientre materno.
Según publica la revista Nature Communications en la formación del cráneo y los rasgos faciales de los embriones intervienen los genes mTORC1 los cuales varían acorde a las proteínas que consuma la gestante. El estudio refiere además que una alimentación con abundantes proteínas propiciará rasgos más pronunciados y una dieta baja en proteínas provocará facciones finas y más puntiagudas.
Los científicos basaron su investigación en estudios con ratones y peces cebras donde probaban diferentes niveles de nutrición y por tanto la presencia de mTORC1 sufría modificaciones al igual que las características faciales de las crías.
Aspectos como la forma de la mejilla, ancho y largo de la nariz así como la forma de la mandíbula son modificados sutilmente por la activación de genes a través de la nutrición.
Con información de Rusia Today
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