La costa norte de Matanzas guarda un lugar especial, lleno de autenticidad, sencillez y encanto: Boca de Camarioca. Más que un simple pueblo de pescadores, es un lienzo vivo donde la tradición marítima se entrelaza con la vida cotidiana de sus habitantes. Aquí, el sonido de las olas compite con las conversaciones animadas, el aroma a sal se mezcla con el del café recién colado, y cada rostro cuenta una historia.
Sus playas más conocidas, como «Los Caletones», «Burén» y «Los Pinos», aunque pequeñas, son sin duda el mayor atractivo que este destino ofrece a sus visitantes. No hay palabras para describir lo hermoso que se siente estar ahí. El mar se luce con tonalidades verdes y azules; además, las olas son casi imperceptibles. Es simplemente el majestuoso Caribe cubano.
María, residente desde su juventud, recuerda:
“Era muy joven cuando comenzaron a llegar los yates y la gente empezó a salir por el puerto en 1965. Recuerdo el bullicio, los rumores y cómo muchos vecinos se preparaban para partir hacia un futuro incierto. Mi familia decidió quedarse; mi padre era miliciano y apoyaba la Revolución. Pero con el tiempo entendimos que quienes se fueron también tenían razones válidas. Hoy Boca de Camarioca es muy distinto, ya no llegan tantos turistas, pero el pueblo sigue siendo mi hogar y guardo en la memoria esos tiempos que marcaron nuestra historia.”
Boca de Camarioca ya no es la misma que la de la “Fiesta del Pargo”, celebrada cada mes de junio. Hoy, las largas horas de apagones afectan su vida diaria. La economía se ha debilitado, el turismo casi ha desaparecido y la pesca enfrenta grandes retos. Nada es igual a la situación que vivió hasta el año 2019. El pueblo, antes vibrante y lleno de esperanza, ahora lucha por mantener su esencia y sobrevivir a la incertidumbre.
Cada imagen captura un instante de vida que, aunque parezca cotidiano, revela la riqueza emocional de este lugar: su paisaje, el silencio, los habitantes, la resiliencia. No es solo un punto geográfico, sino un testimonio vivo de una historia que aún se escribe. (ALH)
Lauren Quirós Alonso/Estudiante de Periodismo