El 26 de febrero de 1962 comenzó en Cuba la primera campaña nacional de vacunación contra la poliomielitis. Más de seis décadas después, la erradicación de esta enfermedad es un logro indiscutible de la medicina cubana.
La poliomielitis o parálisis infantil, es una enfermedad viral que afecta la médula espinal, causando debilidad muscular, parálisis y discapacidad permanente. Se transmite de persona a persona y puede adquirirse a cualquier edad, pero sus efectos principales se producen en niños menores de 3 años.
Las epidemias producidas por la poliomielitis se conocieron desde 1890 y llegaron a ser un problema de salud en muchos países del mundo. Por ejemplo, a principios de la década de 1950 en Estados Unidos había más de veinte mil casos de poliomielitis al año.
En Cuba los primeros casos con secuelas de poliomielitis se detectaron en Caibarién, en 1898. Ese mismo año se observaron casos de la enfermedad en Isla de Pinos, lo cual ha hecho suponer que fue importada de Estados Unidos por colonos residentes en esa localidad.
La primera epidemia de poliomielitis en el país ocurrió en 1909, mientras que el último brote de la enfermedad se produjo en 1961, con 342 casos.
Un logro en Revolución
Antes del triunfo de la Revolución, en Cuba ocurrían unos 300 casos de parálisis poliomielítica como promedio anual. No existía, al igual que en otros países del mundo, una estrategia para el control de la enfermedad.
Desde 1959, como parte de las acciones contra la poliomielitis, se estableció la notificación obligatoria de la enfermedad y el control de los datos estadísticos. Se diseñó, además, una campaña masiva de vacunación sustentada en una alta cobertura, la vigilancia de casos sospechosos y el control de brotes.
Se decidió inmunizar a la población comprendida entre 1 mes y 15 años de edad. La vacuna aplicada fue la antipoliomielítica oral trivalente Sabin, considerada segura, de fácil administración y probada efectividad.
La primera Campaña Nacional de Vacunación Antipolio comenzó el 25 de febrero de 1962 con la aplicación de la primera dosis, que consistió en la administración de 2.5 mL de la suspensión oral a los niños menores de 2 años y mediante el caramelo vacuna a los niños entre 2 y 14 años. Después se aplicó una segunda dosis similar.
Este primer esfuerzo logró vacunar el 87.5% de la población seleccionada, con 5 millones de dosis. Tal logro fue posible por la estrecha coordinación entre las autoridades sanitarias y las organizaciones de masas. Fueron vitales para el éxito la participación de voluntarios y la amplia difusión masiva de sus objetivos.
Desde esa fecha en Cuba se han realizado campañas anuales, que han sido apoyadas por organizaciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud, la Organización Mundial de la Salud, la UNICEF y el Club Rotario Internacional.
Entre 1962, primer año de vacunación masiva, y 1994, se aplicaron en Cuba 62.544.458 dosis de vacuna. Esto ha garantizado que toda la población cubana menor de 49 años, tenga una cobertura superior al 90% con la vacuna antipolio.
El 7 de noviembre de 1994 la Oficina Panamericana de la Salud certificó oficialmente la erradicación de la poliomielitis como enfermedad en Cuba. Era la confirmación del éxito alcanzado por el pueblo cubano en su batalla contra una terrible enfermedad.
Uno de los primeros logros de la salud en el periodo revolucionario.