En 1965 se celebró, por primera vez en Cuba, un evento científico sobre neurociencias.
Del 23 al 28 de febrero de 1965 la ciudad de La Habana acogió el Simposio “Relaciones Córtico-Subcorticales en la Regulación Sensorial”. Este evento reunió neurofisiólogos de 14 países. Estuvieron representados Chile, Estados Unidos, Canadá, Japón, República Popular China, Italia, Francia, Checoslovaquia, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Unión Soviética, Reino Unido y Cuba. Todos los delegados eran figuras destacadas en las investigaciones sobre el funcionamiento del sistema nervioso.

Este Simposio puso de manifiesto la excelencia de la labor científica desarrollada en el Instituto de Investigaciones de la Actividad Nerviosa Superior. Fundado en 1962 en la Universidad de La Habana, se convirtió más tarde en Instituto de Neurofisiología y Psicología y finalmente en Instituto de Investigaciones Fundamentales del Cerebro.
El evento fue reseñado en la revista Cuba por el doctor Augusto Fernández Guardiola, en un artículo publicado en el número 36, de abril de 1965, que se tituló “El cerebro en discusión”. Gracias a su reporte se conocen los detalles de este acontecimiento, del cual hoy apenas existe información. Contiene, además de la crónica elaborada por Fernández Guardiola, gran cantidad de fotografías que le confieren un alto valor histórico.
Los delegados por Cuba
La delegación cubana estuvo integrada por 10 miembros del Instituto de Investigaciones de la Actividad Nerviosa Superior. En el Comité Organizador estuvieron el Dr. José Ángel Bustamante O’leary, como presidente; el Dr. Leopoldo E. Araujo, como vicepresidente, y el Dr. Augusto Fernández Guardiola como secretario. También participaron por Cuba los doctores Bjorn Holmgren Nilson, Diego González Martín, José Aquino Cías y Miguel Sorín, así como el Ing. Alfredo Toro. Además, asistieron los jóvenes investigadores Emilio Gumá y Carmen Losada.
Por su actividad científica previa, los más destacados representantes de la ciencia cubana en el Simposio fueron:
José Ángel Bustamante O’Leary (1911-1987), eminente psiquiatra y psicólogo cubano. Profesor de la Universidad de La Habana desde 1941, hizo estudios de psicoterapia y psiquiatría. Durante 21 años fue director del Instituto de Investigaciones Fundamentales del Cerebro y de su Centro para el Estudio de la Neurosis.

Augusto Fernández Guardiola (1921-2004), nacido en España, se radicó en México en 1939, donde se especializó en neurofisiología y neuropsiquiatría. Estuvo varios años trabajando en Cuba. Gran amigo de Gabriel García Márquez, se plantea que fue quien lo inspiró para el personaje de Melquíades en la novela Cien años de soledad.

Björn Holmgren Nilson (1922-2010) era chileno, hijo de inmigrantes suecos. Se formó como fisiólogo en Estados Unidos, Gran Bretaña y Suecia. Trabajó en Cuba, junto a su esposa Ruth Urbá Muñoz, de 1961 a 1967. Viajó de nuevo a Cuba tras el golpe de estado contra Salvador Allende y años después se establecieron en México. Ambos realizaron investigaciones sobre neurotransmisores cerebrales.
Diego González Martín (1913-¿?), nació en España, pero se radicó en Cuba desde muy joven con su familia. Estudió medicina y se especializó en psiquiatría. Seguidor de la psicología marxista, fue un destacado divulgador de la obra de Iván Pávlov y fervoroso crítico de Sigmund Freud. Estuvo entre los fundadores de la Escuela de Psicología de la Universidad de La Habana, donde fue profesor de neurofisiología durante 25 años.
Relatoría de un evento
El Simposio tuvo seis sesiones de trabajo y fueron presentadas 32 comunicaciones. Cada día se trabajó de 9 de la mañana a 6 de la tarde. Aunque el idioma oficial fue el inglés, se garantizó la traducción simultánea al español para el público asistente, que alcanzó la cifra de 200 personas. Todos los trabajos fueron mecanografiados en tres días.
Ante las interrogantes “¿Por qué se realizó este Simposio en Cuba? ¿Qué quiere decir esto de «Relaciones Córtico-Subcorticales en la Regulación Sensorial?”, Augusto Fernández Guardiola respondió:
“El estudio de las funciones del Sistema Nervioso mediante técnicas biofísicas ha abierto un nuevo campo que consiste en el análisis riguroso de las funciones superiores del hombre y de los animales. Esta tendencia comenzó a desarrollarse a partir de los trabajos de I. P. Pavlov, investigador que desarrolló un método que permitió realizar medidas objetivas de los procesos internos cerebrales de un animal en el transcurso del aprendizaje”.
Más adelante destacó los diferentes enfoques existentes en el estudio del cerebro humano y su funcionamiento. Sobre la posición asumida en el Simposio y la significación del evento, destacó:
“En este Simposio se ha tratado precisamente de las funciones de regulación del cerebro a partir de las relaciones entre la corteza y las regiones más profundas. Su realización en Cuba marca una etapa importante de nuestro desarrollo científico y señala a nuestro país como lugar de reunión de científicos que provienen de las regiones más apartadas del mundo”.
Augusto Fernández Guardiola comentó, además, las ponencias más relevantes presentadas en el Simposio:
“Es difícil relatar las aportaciones científicas del Simposio. Fueron muy notables los trabajos que describen los cambios en la actividad eléctrica del cerebro relacionados con estados de «expectación», tanto en el hombre como en los animales. También aquéllos dirigidos al fenómeno de la «motivación» demostrando las diferencias bioeléctricas en las reacciones de huida o de búsqueda de placer. Se demostró cómo se establecen las huellas de memoria y la naturaleza del proceso de acostumbramiento o habituación a los estímulos externos. Otros interesantes trabajos sobre epilepsia experimental mostraron cómo un estímulo epileptógeno puede dejar de serlo si se asocia repetidamente a una acción de gratificación. A nivel celular se reportaron importantes experiencias en las que se registraba la actividad del interior mismo de una célula nerviosa viva. En fin, varios trabajos trataron del problema del sueño y la vigilia”.

De acuerdo a la reseña de Augusto Fernández Guardiola, los delegados tuvieron un amplio programa de actividades. Visitaron la comandancia del Segundo Frente en Mayarí Arriba y varios hospitales rurales de la zona. Estuvieron en la Central Temoeléctrica de Renté, Varadero, Santiago de Cuba y el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Fueron recibidos por Osvaldo Dorticós, presidente de la República y por el capitán Dr. Antonio Núñez Jiménez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, junto al Dr. José López Sánchez, médico e investigador cubano.
Los delegados extranjeros en el Simposio fueron Mancia (Italia), Chang (República Popular China), Atzev (Bulgaria) y Wada (Canadá). Los checoslovacos Chocholova, Bures, Viklicky, Freund, Buresova y Servit. Por Hungría Szentagothai y Lissak; Yoshii de Japón; Tyc-Dumont de Francia; Lifschitz y Palestini de Chile, así como Purpura y Roy John de Estados Unidos. La delegación de la URSS estuvo integrada por Asratyan, Kogan, Roitbak, Narikashvili, Okujava y Graschenko.
Una vez cumplido el exigente programa del Simposio, Augusto Fernández Guardiola resaltó las conclusiones que se derivaron del intercambio realizado:
“Acuerdo general de todos los participantes del Simposio de La Habana fue el que el único camino en la lucha contra los errores ancestrales en las motivaciones humanas es el de la investigación científica y la libre intercomunicación. Los científicos norteamericanos y latinoamericanos que asistieron afirmaron rotundamente su decisión de regresar a Cuba cuantas veces sea necesario y de impedir que por razones de índole política. se les prive de la oportunidad de reunirse con sus colegas de otros países”.
El Simposio “Relaciones Córtico-Subcorticales en la Regulación Sensorial”, realizado en La Habana en febrero de 1965, fue un hito en el desarrollo de las neurociencias en Cuba. Así debe ser recordado en la historia de la ciencia cubana. (LLOLL)
Saludos, muy hermosa está información. La ciencia de esos años debe darse a conocer. Mientras paseas tiempo, adquiere más belleza, por las condiciones en que se realizó.