Entre la adolescencia y el embarazo

A sus 14 años Dayana acaricia con celo su barriga. Con 32 semanas de embarazo, se encuentra desde hace más de dos meses en el Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane, de Matanzas, pues su bebé tiene restricción del crecimiento.

Ella apenas cursaba el octavo grado cuando supo que sería madre. Lloró mucho, pero ya era demasiado tarde para realizar una interrupción.

El embarazo adolescente mantiene altas tasas en Cuba. Al cierre de 2019, alrededor del 16 por ciento de los nacimientos del país lo aportaron madres menores de 20 años. La provincia de Matanzas en los últimos años muestra también un aumento de este indicador.

La adolescencia: ¿etapa para la reproducción?

Tradicionalmente la adolescencia se enmarca en una edad biológica que comprende a los más jóvenes y está declarada entre los 10 y 19 años de edad. Ese grupo etario por lo general posee condiciones óptimas de salud, con índices muy bajos de morbilidad y mortalidad específica, por lo que es una etapa esencial para el progreso a una vida adulta saludable.

Especialistas consideran que entre los 25 y hasta los 35 años las mujeres tienen mejores capacidades reproductivas; sin embargo, la realidad muestra que cada día son más las adolescentes en quedar embarazadas.

María del Carmen Limonta Jaca, embarazada de 16 años

El embarazo precoz constituye un problema con múltiples causas al cual es necesario prestar suma atención.

“Existe un grupo importante de factores que inciden, entre ellos toda la situación económica del país que, aunque lo vemos de forma general, influye en este y otros problemas de salud. La llegada de la COVID-19, con la consiguiente desvinculación de los centros educativos, así como la escasez de métodos anticonceptivos presentada en los dos últimos años, también han favorecido el aumento de adolescentes embarazadas”, expresa la Dra. Yenisey Soca Rodríguez, del Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane, de Matanzas.

·Actualmente los municipios ubicados al sur de la provincia de Matanzas presentan mayor incidencia. Sus determinantes se vinculan con las desigualdades de género, las condiciones de vida, el nivel cultural e incluso con la migración interna.

“A pesar de su amplia divulgación existe un poco de desconocimiento, incluso tabúes para hablar al respecto en el seno familiar. El inicio precoz de las relaciones sexuales y la negativa a emplear el condón como método de anticoncepción representan otras causas también a tener en cuenta”, refiere la Dra. Yenisey Soca Rodríguez.

El aborto como método de anticoncepción

El embarazo en la adolescencia requiere de un cuidado especial por parte de la familia y los médicos. Foto: Lino del Solar

En Cuba está establecido el derecho de las féminas a abortar. Garantizarles una interrupción segura sin grandes complicaciones para sus vidas deviene máxima del sistema de salud. A pesar de ello, el aborto en la adolescencia no debe funcionar como método anticonceptivo, ni tampoco como paliativo a esta problemática.

“Si bien es cierto que en los últimos años y en este último, fundamentalmente, se nota un aumento de las embarazadas en edad de la adolescencia, también crece el número de muchachas de esa edad que acuden a la consulta de interrupción de embarazo”, explica la Dra. Visleidys Vizcaíno de la Cruz, subdirectora docente del Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane.

Practicar un aborto siempre supone un riesgo. Entre las consecuencias biológicas se destacan hemorragias, infecciones, dolor pélvico crónico y hasta infertilidad.

“Desde el punto de vista psicológico puede generar a las adolescentes baja autoestima, ansiedad, irritabilidad y depresión. La sociedad puede ser dura con muchachas que hayan transitado por este tipo de situaciones. El aislamiento y la estigmatización son frecuentes en estos casos”, refiere Vizcaíno de la Cruz.

El seguimiento a la embarazada ante el riesgo para su salud y la del bebé constituye prioridad en la atención a las adolescentes. Foto: Lino del Solar

Concientizar que abortar supone un alto riesgo para la salud sexual y reproductiva también debe ser tenido en cuenta por los padres o tutores legales, a fin de que brinden su asesoramiento, apoyo, comprensión y atención desde el inicio de las relaciones sexuales de sus hijas.

“Nosotros consideramos un embarazo con once o doce años como un embarazo demasiado precoz. En esos casos tenemos que notificarlo al Ministerio del Interior, para que se investigue a fondo sus causas. En el caso de las de 13 años en adelante, con el acompañamiento del padre o tutor legal se realizan las pruebas pertinentes y se firma un consentimiento legal donde se les informa todos los riesgos y posibles complicaciones del proceder. Si aceptan entonces se da paso a la interrupción del embarazo”, comenta Soca Rodríguez.

Ser madre adolescente: Riesgos y desafíos

Tener un bebé en edad adolescente tiene múltiples consecuencias para la madre y el niño. Foto: Lino García del Solar.

Los niños hijos de madres adolescentes tienen más riesgos a presentar problemas de salud debido a la falta de control prenatal temprano y la inmadurez y la estructura ósea de la pelvis.

Dra. Visleidys Vizcaíno de la Cruz, subdirectora docente del Hospital Ginecobstétrico José Ramón López Tabrane

El embarazo en adolescentes es más frecuente de lo que podemos pensar. Desde el punto de vista psicológico trae consigo afecciones, pues estas muchachas deben asumir a muy temprana edad roles para los que todavía no están preparadas, y espiritualmente son forzadas a asumir responsabilidades de adultos como la maternidad, para la cual aún no son maduras psicológicamente.

Dra. Lisvel Morales Muñoz, directora del Hogar Materno de Matanzas

La gestación precoz deviene un tema muy complejo en la sociedad actual. Sin dudas, requiere planes educativos e instructivos más completos y que en ellos sean planificados recursos educativos ineludibles y efectivos que permitan prevenir este tipo de desenlace.

Perfeccionar y fortalecer los servicios diferenciados de salud integral para los adolescentes, suministrarles de manera gratuita métodos anticonceptivos modernos, garantizarles la distribución del anticonceptivo oral de emergencia y trabajar desde el hogar en la reducción del número de matrimonios celebrados antes de los 18 años, resultan algunas de las acciones a las que se necesita prestar especial atención.

Influir en los más jóvenes mediante espacios amigables de educación sexual, desde la escuela y la comunidad, así como brindarles la confianza y atención necesarias en el seno familiar, será vital para reducir los índices de embarazo en edades tempranas y posibilitará que adolescentes como Dayana disfruten de la maternidad en edades más maduras. (ALH)

Acerca Niulys Rodríguez Esquijerosa

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