El gobierno de Cuba, a través de su canciller, Bruno Rodríguez Parrilla, condenó el martes en sus cuentas en redes sociales los ataques desatados por la aviación militar de Israel contra la ciudad palestina de Rafah, situada en el sur de la Franja de Gaza.
“Cuba condena en términos más enérgicos los bombardeos indiscriminados de Israel contra el pueblo palestino en Rafah, los que pueden desencadenar un desastre humanitario sin precedentes en Oriente Medio. Llamamos al cese al fuego y a permitir la entrada sin obstáculos de ayuda humanitaria», subrayó el diplomático cubano a través de redes sociales.
Por su parte, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel también se unió a la denuncia contra la masacre que diezma a la población civil de estos territorios: “Cuando creímos haberlo visto y sufrido todo, el estado genocida de Israel ataca con saña el lugar donde más de un millón de palestinos había encontrado refugio. Son dantescas las imágenes”, sentenció el jefe de Estado cubano.
Es preciso destacar que el pasado 7 de octubre, el movimiento insurgente palestino Hamás atacó territorio israelí desde la Franja de Gaza, causando unos 1.200 muertos, cerca de 5.500 heridos y capturando a unos 250 rehenes. En represalia, Tel Aviv declaró la guerra a Hamás e inició ataques masivos contra las instalaciones civiles y otras en Gaza, al tiempo que imponía un bloqueo total con la premisa exterminar a los palestinos estén o no vinculados a Hamás.
Los ataques israelíes han dejado hasta el momento más de 28.500 palestinos muertos, entre ellos 12.300 niños y unas 8.400 mujeres, y 67.900 heridos. Además, el bloqueo impuesto ha cortado el suministro de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible tras la incursión terrestre a gran escala de las fuerzas sionistas en la Franja de Gaza.
A esto se le suman los distintos crímenes de guerra que realizan las tropas israelíes en su avanzada por territorio palestino y en el mismo territorio ocupado de Cisjordania.
Rusia y otros países instan a Israel y a Hamás a pactar un alto al fuego y abogan por una solución de dos Estados, aprobada por la ONU en 1947, como la única vía posible para lograr una paz duradera en la región.
Sin embargo, Israel sostiene que tiene «derecho a defenderse», aunque su defensa sea contra los propios ciudadanos indefensos que apenas pueden sobrevivir al terrorismo impuesto por el Estado sionista.