Desde cualquier punto de la ciudad se divisa la bandera cubana emplazada en uno de los edificios más altos de la urbe yumurina.
En la cima de la construcción los olores de la gastronomía matancera captan la atención de los clientes.
Las vistas que enamoran, la coctelería y la comida genérica constituyen atractivos del restaurante el Polinesio que luego de dos años sin brindar servicios reabre sus puertas.
Muy temprano llegaron al lugar Amanda Domínguez Piedra y su mamá Ivis Nancy Piedra Naranjo. Ya les habían recomendado la visita, solo faltaba concretarla. Allí esperaron su turno para la entrada al restaurante y el buen sabor les sorprendió. Según comentan las clientes la presentación, elaboración y asistencia del personal son muy buenas.
«Despues de degustar la paella, reafirmamos la calidad de los platos que aquí se expenden», alegan.
La inversión con un costo total de 18 millones de pesos abarcó las áreas del bar, restaurante, terraza y salón reservado. La actividad constructiva estuvo a cargo de la Cooperativa No agropecuaria SANCOF, con participación y protagonismo del Fondo Cubano de Bienes Culturales, Gráfica Roca y artistas independientes matanceros.
Según nos cuenta Pedro Estévez García, Jefe de la unidad, en un inicio el proyecto incluía una reparación del local por mantenimientos y después devino una inversión capital a partir de los propósitos y ambisiones de obsequiar a los yumurinos un lugar distintivo en la gastronomía de esta ciudad.
«Es un espacio único, con valores agregados que en ningún otro lugar de la urbe los encontramos. El restaurante «El Polisenio» estaba marcado por el deterioro en todas sus áreas. Al iniciar la pandemia de la COVID-19 cerramos y nos dimos a la tarea de renovar un polinesio matancero y lo hicimos a partir de investigaciones alrededor de su nombre.»
En el Tiki Bar, Dayanys Leyva Alonso, una de sus bartenders asegura que todas las áreas recibieron una renovación en la imagen. «Aquí los visitantes pueden degustar varios tragos cubanos y a precios asequibles», comentó.
Controlar la calidad de la elaboración de los alimentos constituye una premisa para el colectivo. Con capacidad para 180 clientes la unidad comparte los olores y sabores de la comida genérica.
Desde el 31 de diciembre el restaurante El Polinesio reabrió sus puertas y apuesta por continuar en la preferencia de los matanceros. Garantizar elaboraciones de platos y tragos con calidad unido al ambiente de las islas polinesias constituye atractivo para captar la atención de los clientes.
El lema con el cual abrimos es que ésta sea una gastronomía de altura, parafraseando un poco el lugar donde nos encontramos. A nuestro Polinesio lo distingue el valor agregado de estar en la mejor vista urbana y de mar que tiene la ciudad de Matanzas y además de caracterizarlo por la familiaridad y la buena prestancia del servicio, sentenció Estévez García, jefe de la unidad.