Prácticamente no podía conversar con él entre hierros que mueven de un lado a otro en la etapa de desarme y conservación del central “Jesús Saplón Moreno” (Rabí) de Calimete.
Por un momento lo logro sacar del área de los molinos donde labora desde hace más de 50 años en el sector azucarero. Es Roberto Linares Cardenal el mecánico al que todos conocen y confían en su experiencia porque lleva más de 40 en el mismo ingenio.
Roberto llegó del antiguo central “Reynold García” y estuvo un mínimo de tiempo en ” Australia” , pero este es su vida.
Desde el corazón del central está convencido de que, según planifican, el ingenio sonará el pito de arrancada y aunque resta mucho por hacer las brigadas de jóvenes que allí laboran garantizan el futuro del Rabí.
Ya están “fajados con los hierros”, me aclara Linares Cardenal, “aunque ahora los apagones y la falta de piezas les detengan el ritmo de trabajo diario, ellos alargan el horario hasta las 6 de la tarde.
Nada más elocuente con el esfuerzo diario del mecánico que ver sus manos. Ni me las quería mostrar porque “(…) y si encuentro alguna novia y no quiere que la acaricie si ve estas manos”.
La verdad es que de quién está enamorado casi con ocho décadas de vida es de ese andamiaje de hierros. El azucarero trabaja para que el central suene bien. Linares retoma su lugar y sigue trajinando, esa gente sencilla y trabajadora, héroes anónimos; pero reales.
Por Iris Quintero Zulueta