Desde hace 37 años María Esther Alfonso Muñoz tiene dos casas. En una de ellas pasa la mayor parte del tiempo. Se le ve llegar temprano y casi siempre es de las últimas en irse muchas veces cuando ya la jornada laboral ha terminado hace horas.

Con agilidad recorre los pasillos de la Fiscalía Provincial de Matanzas, visita los departamentos, solicita estadísticas, vuelve a rectificar, llama a los municipios, realiza auditorías; para ella lo fundamental es que los datos solicitados sirvan para el análisis, evaluación y la toma de decisiones certeras.

Graduada de Derecho en la Universidad Central de Las Villas Marta Abreu, en 1986, desde su ingreso a la Fiscalía ha transitado por casi todas las esferas de este órgano: primero como fiscal municipal en Placetas y Camajuaní, en Villa Clara, y luego como fiscal municipal y fiscal jefa municipal en Pedro Betancourt, en Matanzas, alrededor de una década.

Igualmente guarda gratos recuerdos de su paso por el antiguo departamento General de Control y se regocija de haber sido fundadora del Departamento de Información y Análisis desde su creación.

Entre sus múltiples pasiones se encuentran la investigación sobre temáticas relacionadas con la maternidad, derechos y garantías que ofrece el Estado cubano; el adulto mayor y su protección legal en Cuba; y la comunicación como derecho humano de especial protección en niños y niñas, ponencias que fueron presentadas en eventos como el Encuentro Internacional sobre protección jurídica de la familia y el menor y en el Tercer Encuentro Internacional sobre Protección Jurídica del Menor.

Sin dudas, este interés por temas de gran sensibilidad para las familias cubanas, la han llevado no solo a investigarlos desde el punto de vista profesional, sino también a insertarse dentro de la labor de la Federación de Mujeres Cubanas para ayudar, desde sus conocimientos, a mejorar las vidas de quienes pasan por conflictos similares.

Por eso una de las funciones que más disfruta es el vínculo con la FMC. “Desde niña conocía sobre sus actividades pues mi abuela, mi mamá y mis tías mantenían un trabajo activo en esta organización, creada por su eterna presidenta Vilma Espín y a la que las mujeres cubanas debemos tanto. 

“Luego, cuando cumplí los 14 años y tuve edad para integrar sus filas lo hice. Sin embargo, los lazos se acrecentaron cuando en 1986 comencé a trabajar como fiscal en Placetas y en ese propio año se crearon las comisiones de prevención y asistencia social, de la que fue vicepresidenta en ese territorio del centro del país y luego formé parte de ellas en Camajuaní y Pedro Betancourt”. 

Una vez creadas las Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia en 1990 fue colaboradora de la Casa en Pedro Betancourt y luego en el municipio de Matanzas, a partir de ahí no se ha desvinculado de esta institución. “Las Casas son un espacio donde se brinda orientación y atención especializada a aquellas personas y familias que se acerquen a la FMC solicitando ayuda o que sean detectadas en el quehacer cotidiano en las comunidades”, comenta.

“Dentro de este escenario tratamos de crear conciencia acerca del rol de la mujer y el hombre en la familia, para lo cual trabajamos con diferentes sectores, segmentos poblacionales y grupos específicos de mujeres”.

“El fiscal se enfoca en desarrollar acciones de prevención, atención, orientación y seguimiento a familias que manifiestan conductas socialmente negativas que afectan el desarrollo de sus miembros. Orientamos a los múltiples casos que llegan de conflictos intrafamiliares para prevenir que caigan en conductas agravadas o, incluso, delitos”, agrega.

“En la Casa se orientan jurídicamente las problemáticas que llegan tanto de hombres como mujeres que tienen que ver en su mayoría con conflictos familiares con adolescentes, entre padres o con hijos, también con los derechos de comunicación, de relaciones familiares, violencia y agresiones familiares”.

Vasta es la experiencia que acumula en este tipo de acciones, en la que, sin dudas, ser Especialista en Derecho Civil y Patrimonial de Familia le da una mayor preparación y una visión más amplia para tratar este tipo de temas.

“He sido moderadora de diferentes talleres interactivos sobre género, de igual forma impartimos conferencias, talleres y encuentros con jóvenes, trabajadores de distintos sectores, con las mujeres en barrios y comunidades, donde se les habla sobre la historia de la FMC, los aportes, derechos y garantías de esta organización en favor de la mujer y de la familia. También participamos en los análisis durante la discusión del Código de las Familias”. 

Además de su responsabilidad como fiscal del Departamento de Información y Análisis, colaboradora voluntaria de la Casa y miembro del Comité Provincial de la FMC, es secretaria de una delegación de base de la FMC.

Sus aportes a esta organización han sido destacados con su participación en eventos nacionales de las Casas de Orientación a la Mujer y a la Familia, con reconocimientos de la secretaria general de la FMC por la entrega y compromiso como colaborador voluntario de las Casas y con la distinción 23 de agosto.

Así transcurre su vida, entre dos casas, siempre con la justicia como bandera y el compromiso de seguir haciendo por los derechos y la plena integración de las mujeres cubanas. (ALH)

Jessica Acevedo Alfonso

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