Los Cuadernos de Cultura, publicados entre 1934 y 1952, formaron parte de un conjunto de acciones dirigidas a elevar la educación del pueblo cubano.
La idea de publicar los Cuadernos de Cultura se debió al escritor Jorge Mañach, tras ser nombrado al frente de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1934. Esta acción cultural se unió a la fundación de la Dirección de Cultura. Ese mismo año fue nombrado director de cultura el intelectual José María Chacón y Calvo, quien ejerció la responsabilidad hasta 1944. Raúl Roa fue continuador de esa obra, pues ocupó el mismo cargo entre 1948 y 1952.
Génesis de un proyecto
En la introducción al primer volumen de la colección Cuadernos de Cultura, Mañach comentó los objetivos previstos a partir de su publicación:
“La Secretaría de Educación se propone estimular en el futuro la actividad cultural libre, es decir, aquella que no depende exclusivamente de los servicios educacionales del Estado.
Parte de este plan consistirá en la edición, por la Secretaría de libros y folletos que sea exponentes genuinos de nuestra cultura pretérita y presente o que contribuyan al enriquecimiento de la conciencia cubana. Algunas de estas ediciones, necesariamente modestas, aspirarán a tener un alcance popular en forma de folletos de distribución gratuita.
Ninguna ocasión mejor para inicia estas ediciones que el aniversario de José Martí, bajo cuya inspiración patricia se concibe este proyecto”.
En esta introducción informó, además, que el 19 de mayo de 1934 era la fecha que marcaba el inicio de los Cuadernos de Cultura. Da a conocer que desde ese día se ofrecía el primer volumen “…gratuitamente a cuantas personas visiten la casa de Paula 102 en que nació el Apóstol”.
Esta declaración explica por qué fue José Martí el autor más publicado en los Cuadernos de Cultura. El primero de toda la colección fue La lengua de Martí (1934), que contenía la célebre conferencia de la escritora chilena Gabriela Mistral. También en la primera serie se incluyó la compilación titulada Educación (1935), con variados textos pedagógicos martianos.
Además, de José Martí se publicaron Hombres de Cuba (segunda serie, 1936) y Espíritu de América (tercera serie, 1937). A su vez, fue incluido Apuntes de un viaje (cuarta serie, 1938), prologado y anotado por Manuel Isidro Méndez. También fueron editados Versos sencillos (quinta serie, 1939) y Antología familiar (quinta serie, 1941). Se dio a conocer Granos de oro (sexta serie, 1942), con frases seleccionadas por Rafael G. Argilagos. El último de los Cuadernos de Cultura dedicado a José Martí fue Ideario separatista (séptima serie, 1947).
Ideas, poesía y prosa
La historia de las ideas políticas en Cuba estuvo presente en varios Cuadernos de Cultura. Fue el caso de Ideario reformista (primera serie, 1935) de José Antonio Saco e Ideario autonomista (cuarta serie, 1938), por Rafael Montoro. Lo mismo sucedió con las ideas sociales y económicas en De la factoría a la colonia (segunda serie, 1936), textos de Francisco de Arango y Parreño; Humanismo y humanitarismo (tercera serie, 1936), escritos de Domingo del Monte y el célebre ensayo La vagancia en Cuba (séptima serie, 1946), de José Antonio Saco.
Fueron incluidas compilaciones de textos de las grandes figuras de las guerras de independencia. Así sucedió con Máximo Gómez en Recuerdos y previsiones (primera serie, 1935) y Antonio Maceo en Disciplina y dignidad (segunda serie, 1926). También estuvieron Patria y mujer (quinta serie, 1942), de Ignacio Agramonte; Palabras de tres guerras (sexta serie, 1942), de Calixto García, y De Bayamo a San Lorenzo (sexta serie, 1944), de Carlos Manuel de Céspedes. A estos se sumó Breve antología del 10 de octubre (cuarta serie, 1938), compendio de discursos alegóricos a esta fecha patriótica.
Numerosos Cuadernos de Cultura se dedicaron a la poesía cubana. Desde autores como Silvestre de Balboa con el precursor Espejo de paciencia (quinta serie, 1942), hasta el más cercano José Manuel Poveda con Proemios de cenáculo (octava serie, 1948), casi todos los grandes poetas cubanos, ya fallecidos, estuvieron representados.
Fueron editados Selección poética (segunda serie, 1936), de Gertrudis Gómez de Avellaneda y Prédicas de libertad (segunda serie, 1936), de José María Heredia. También Poesías (tercera serie, 1936) del bayamés Juan Clemente Zenea, Elegías familiares (tercera serie, 1937) de la santiaguera Luisa Pérez de Zambrana y Poesías completas (séptima serie, 1945) del habanero Julián del Casal.
Además, se incluyeron Úrsula Céspedes de Escanaverino, con el volumen Poesías (octava serie, 1948), José Fornaris con la compilación Poesías de la patria (novena serie, 1951), y José Joaquín Palma, en este caso con Poesías (novena serie, 1951). Dos poetas matanceros, José Jacinto Milanés con Algunas poesías (tercera serie, 1937) y Bonifacio Byrne con Selección poética (quinta serie, 1942), también formaron parte de la colección.
En relación con la prosa hubo representantes destacados en la colección. No faltaron las reflexiones de Enrique José Varona en Páginas cubanas (segunda serie, 1936). Tampoco las arengas de Manuel Sanguily en Discursos y conferencias (octava serie, 1948). Sobre crítica literaria fueron incluidos escritos de Enrique Piñeyro en Notas críticas (séptima serie, 1947) y de Manuel de la Cruz en Pasión de Cuba (séptima serie, 1947).
Lectura de pascuas (cuarta serie, 1937), incluyó tres cuentos de Esteban Borrero Echeverría y Artículos de costumbres (quinta serie, 1941), textos de José Victoriano Betancourt. Acerca de Cervantes y el Quijote (séptima serie, 1945) trató el volumen de José de Armas y Cárdenas. Sobre Plácido como poeta cubano (sexta serie, 1944), disertó el ensayo biográfico crítico del matancero Jorge Casals. El epistolario de José Z. González del Valle conformó el volumen La vida literaria en Cuba (1836-1840) (cuarta serie, 1938). La única novela que figuró en Cuadernos de Cultura fue Francisco (octava serie, 1947), de Anselmo Suárez y Romero.
Presencia de la ciencia
Textos de carácter científico también formaron parte de los Cuadernos de Cultura. Así sucedió con las compilaciones Educación y patriotismo (primera serie, 1935), de Félix Varela y Filosofía y pedagogía (primera serie, 1935), de José de la Luz y Caballero. En ambos casos fueron reunidos textos de carácter filosófico y pedagógico.
De Francisco Javier Balmaseda se publicó Confinamiento y agronomía (tercera serie, 1937), con escritos educativos y relativos a cultivos cubanos. La agropecuaria sería temática dominante en Reformismo agrario (cuarta serie, 1937). Su autor, Francisco de Frías, conocido como Conde de Pozos Dulces, defendió, en el siglo XIX, el carácter científico de la agricultura cubana.
Valioso fue el cuaderno sobre la obra de Carlos J. Finlay, titulado Estudios sobre la fiebre amarilla (sexta serie, 1945). Los cinco textos compilados muestran la solidez del quehacer científico de Finlay y su papel en la erradicación de la cruel enfermedad. De Manuel Vilanova se publicó Economía y civismo (sexta serie, 1945), con escritos sobre ciencias económicas.
Al historiador Vidal Morales fue dedicado el volumen 3 Biografías (octava serie, 1949), que trae las historias de vida de Anselmo Suárez y Romero, José Silverio Jorrín y Antonio Bachiller y Morales. En Apuntes biográficos y discursos (octava serie, 1950), de Tomás Romay, se rindió homenaje al fundador de la ciencia cubana.
La novena y última serie de los Cuadernos de cultura fue la que más tributó a la ciencia. En El maestro y la educación popular (novena serie, 1950), se reprodujo parte de la obra pedagógica del matancero Manuel Valdés Rodríguez. Del químico y botánico José Estévez se publicó Trabajos (novena serie, 1951), mientras que de José Manuel Mestre se dio a conocer nuevamente el célebre ensayo De la filosofía en La Habana (novena serie, 1952).
Se publicaron nueve series de los Cuadernos de Cultura, para un total de 53 cuadernos. Todas contenían seis volúmenes, excepto la novena serie que sólo tuvo cinco. Dejaron de publicarse tras los acontecimientos de marzo de 1952. El balance de este esfuerzo cultural demuestra que fue una empresa digna de elogios: un tesoro de cubanía. (LLOLL)