Los libros de lectura que publicó Eusebio Guiteras fueron uno de los grandes aportes matanceros a la educación cubana.

La serie de libros de lectura del educador matancero Eusebio Guiteras Font (1823-1893), editada entre 1856 y 1868, fue utilizada en los colegios públicos y privados cubanos de la época por un buen número de años.

Libros para la patria

El Libro primero de lectura (1856), se publicó por primera vez en Filadelfia Estados Unidos, por la imprenta de J. K. y P.G. Collins. Esta misma editorial publicó el Libro segundo de lectura (1857) y el Libro tercero de lectura (1858). También hubo un Libro cuarto de lectura (1868), que fue el único de la serie que se publicó en Matanzas.

Estos textos fueron un gran éxito editorial. El Libro primero de lectura tuvo en 1898 su edición 30 y alcanzó un total de 37. En 1884 se hizo la tirada más amplia, con 18 000 ejemplares. A este éxito editorial contribuyó su contenido netamente cubano y la presencia en ellos de elementos considerados subversivos, como la inclusión en el cuarto tomo del escrito “Patriotismo”, de Félix Varela. Ya en 1868 las autoridades españolas habían prohibido su uso en las escuelas de la isla.

Portada de una de las ediciones del Libro segundo de lectura (1884). Archivo del autor.

Los libros de Eusebio Guiteras hicieron una perdurable contribución a la formación ética de la niñez cubana. Se destacó, en el Libro tercero de lectura, la Lección III, titulada El saber, donde aparecen pensamientos que se relacionan con la inteligencia infantil, las ansias de las niñas y los niños por conocer el mundo y la necesidad de tener en cuenta este aspecto en la labor educativa de los padres y maestros.

Es evidente la confianza en las potencialidades del ser humano, incluso desde su niñez, para conocer por sí mismo la naturaleza que le rodea, estudiar y desarrollar su inteligencia, así como para aprender nuevos conocimientos y al mismo tiempo crecer espiritualmente. Los siguientes fragmentos corroboran esta idea:

“No hay persona que no desee saber. Desde que estamos al pecho de nuestra madre, empezamos a aprender; y nuestra afición se aumenta a medida que la inteligencia va desarrollándose, y que vamos adquiriendo palabras con que expresarnos”.

“Un niño de cinco o seis años apenas abre la boca sin hacer alguna pregunta para que le den explicaciones sobre todo lo que ve u oye”.

“El estudio (luego que nos hallamos en la escuela) no solo aumenta nuestros conocimientos, sino que nos los hace adquirir con orden: esta es la gran ventaja que proporciona una buena educación; pues todo lo que se hace sin orden, queda mal, y puede destruirse con facilidad”.

En los Libros de lectura, Eusebio Guiteras reconoció el valor de la escuela y de los maestros y profesores. Destacó la importancia de los métodos de enseñanza, por lo que pueden aportar para que los escolares sean capaces de seguir aprendiendo por sí mismos el resto de la vida y por la influencia que ejercen en el aprendizaje de la cultura. Al respecto expuso ideas muy valiosas relacionadas con la lectura y la observación:

«Los libros enseñan; y la observación también enseña; pero para aprender, así leyendo como observando, es preciso que pongamos mucha atención. De nada vale que nos sepamos un libro de memoria, si no podemos dar cuenta de lo que contiene; y asimismo sirve para poco aquel que, viendo tantas cosas a su alrededor, no repara en ellas, ni trata de aprovecharse de ellas”.

“Todo lo que nos rodea forma un libro abierto para que estudiemos en él…”.

Para Eusebio Guiteras, el estudio debía ser asumido como un deber:

“El estudiar no es malo sino para el haragán. Para el muchacho activo y pundonoroso, no hay placer más grande que el de vencer las dificultades de una tarea, y saber que de ese modo cumple con un deber hermoso, obedeciendo a sus padres. Porque estos, al mandarle a la escuela, le manifiestan la necesidad en que está de trabajar para aprender”.

Consideró, y así lo hizo saber a los pequeños lectores de sus libros, que aprender debía ser un estímulo para ser mejores como seres humanos, en beneficio propio y de la patria:

“Las ventajas que sacamos del saber son grandísimas; y debemos tener el mayor cuidado en usarlas bien. El que emplea esas ventajas solo para su propio provecho, o para hacer daño a sus semejantes, es un malvado…”.

“El saber es como un arma: el que la emplea para quitarle a otro la vida es un asesino; pero el que la conserva prudentemente, y solo la saca para proteger al débil o en defensa de la patria, es un héroe”.

Junto a lo que aportaron a la formación ética de la infancia cubana, estuvo también la contribución de los libros de Eusebio Guiteras a la educación científica. Algunas de las lecturas relacionadas con las ciencias que aparecen en estos textos, son las siguientes:

Libro primero: oraciones sobre los usos del hierro, las palmas, las flores, hormigas, aves cubanas, animales domésticos y geografía de Cuba, entre otras.

Libro segundo: “Los árboles”, “Los reptiles”, “La aritmética”, “La geografía”, “Las nubes y el arco iris”, “Las aves” y “Los metales”.

Libro tercero: “El saber”, “Las abejas”, “De los mamíferos”, “La tierra, el aire, el agua”, “De los cuerpos”, “Ratas y ratones”, “De los climas y las razas”, “De las plantas” e “Invenciones y descubrimientos”.

Libro cuarto: agrupa escritos de diversos autores, hasta un total de 14. Algunas de ellas relacionadas con las ciencias. Tal fue el caso de: “Educación física en Inglaterra”, de José de la Luz y Cabalero; “El Vesubio”, de Eusebio Guiteras; y “Cómo construían sus casas los siboneyes”, de José María de la Torre.

Portada del Libro cuarto de lectura (1868). Archivo del autor.

La huella de unos libros

Varios intelectuales cubanos del siglo XIX destacaron la significación de los libros de lectura de Eusebio Guiteras.

Según José Martí, en ellos:

“…hemos aprendido los cubanos a leer: la misma página serena de ellos, y su letra esparcida, era como una muestra de su alma ordenada y límpida: sus versos sencillos, de nuestros pájaros y de nuestras flores, y sus cuentos sanos, de la casa y la niñez criollas, fueron, para mucho hijo de Cuba, la primera literatura y fantasía.” En otro momento declaró que a los Guiteras “…no los olvidaremos los cubanos, que en ellos aprendimos a leer, en sus libros de lectura, y en su Historia de Cuba, y en su traducción de la Eneida”.

El crítico Manuel de la Cruz escribió:

“Fue la delicia de la infancia, el último día de la adolescencia; dio luz para las primeras ideas que brotaron en la mente, emociones para los primeros afectos que habían de albergarse en los corazones y orientar las conciencias. Las primeras impresiones de la vida son las más duraderas. Eusebio Guiteras preside la primera comunión intelectual de la infancia cubana”.

Manuel Valdés Rodríguez, destacado pedagogo matancero, consideró lo siguiente:

“…ahí están sus libros de lectura, el mejor texto graduado escrito por cubanos, al compás de cuyas lecturas, se han formado millares de compatriotas, más o menos esclarecidos, y que tuvieron el privilegio, tan hermoso como envidiable, de dejar en el corazón de sus lectores el eco vago y melancólico de la felicidad lejana de la niñez”.

Para el escritor Raimundo Cabrera,

“…no está el mérito de la obra en el estilo en el artificio del maestro que deleita e instruye al educando mientras hace practicar la lectura sino en la sencilla moralidad en todas sus páginas reveladoras del alma generosa del autor. Los que aprendimos a leer en el Libro de Guiteras como generalmente se le denomina conservamos en la memoria muchos sus trozos selectos y versos tan fluidos y tiernos…”.

Anuncio sobre los Libros de lectura de Eusebio Guiteras. Fuente: Diario de Matanzas, 7 de agosto de 1880, p. 3.

De acuerdo con el maestro y escritor Ramón Meza:

«Nuestro autor maestro y sobre todo lleno de ese amor santo hacia la niñez supo interpretar los sentimientos del niño cubano hablarle de los más dulces y profundos afectos su madre, sus hermanos, sus paseos, el perro, la volanta, el caballo, las hormigas, los árboles, en lenguaje conocido, claro, transparente, correcto, sin incurrir en lo vulgar o demasiado pedestre. Quiso darse a entender del niño cubano y lo logró proporcionándole un incentivo poderoso a su natural y vivaz curiosidad. Lectura menos ligera, más sustanciosa o nutrida, no hubiera producido el efecto que en aquella época produjeron en nuestras escuelas».

En los libros de lectura de Eusebio Guiteras es evidente la intención de alcanzar una formación ética y ciudadana de las niñas y niños cubanos, mediante el conocimiento de la realidad, sobre todo de la naturaleza y las costumbres populares, para lo cual elogió su capacidad de aprender y conocer el mundo que los rodea.

Eusebio Guiteras puso su alma de educador en los cuatro Libros de lectura que publicó. Con ellos hizo un aporte perdurable a la educación cubana, que asombra por su trascendencia a través del tiempo. Estos textos fueron un tesoro matancero para la niñez cubana.

Para conocer más acerca de la obra de Eusebio Guiteras puede consultarse, en esta misma web, el siguiente enlace:

Eusebio Guiteras, el maestro que nos enseñó a leer

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