Matancero ilustre, Juan Santos Fernández Hernández puso bien en alto el prestigio de la medicina cubana. Se le considera nuestro más grande oftalmólogo de todos los tiempos.

Hijo insigne de Matanzas, vio la luz en el Ingenio Atrevido, Alacranes, el 22 de julio de 1849. Cursó sus primeros estudios en la escuela rural del Ingenio El Feliz, en Bolondrón, y a los 13 años se trasladó a La Habana, donde cursó la segunda enseñanza en el Colegio de Belén.

Inició los estudios de medicina en la Universidad de La Habana y los concluyó en el Colegio de Medicina de San Carlos, Madrid, en 1872. Después se entrenó como cirujano oftalmólogo en París hasta 1875. Fue alumno del polaco Xavier Galezowski, el más notable especialista de aquella época.

Ejerció por primera vez como médico en Castillo de Bayuela, Toledo, España. Después regresó a Cuba y se estableció en La Habana, donde se dedicó a la oftalmología. Se le considera el primer médico cubano que ejerció una especialidad sin practicar otra rama de la medicina.

Fue electo miembro de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana el 12 de diciembre de 1875 y miembro de mérito en 1897. En esta institución ejerció el cargo de presidente de 1897 a 1899 y de 1901 a 1922.

En 1875 fundó la revista Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, donde agrupó a médicos relevantes. Estuvo entre los promotores de la fundación de la Sociedad Antropológica de Cuba en 1877.

En 1887 creó el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica de La Habana, primero de ese tipo en América. En él se obtuvieron, por primera vez en América Latina, el suero antirrábico (1887) y el suero antidiftérico (1894-1895).

Fue vocal de la Junta Superior de Instrucción Pública de la Isla de Cuba (1881) y fundador de la Liga contra la Tuberculosis (1901). Creó el Comité de la Prensa Médica en 1903, de la cual fue su primer presidente.

Se le consideró Presidente de Honor del Congreso Médico Nacional de 1905. También fue socio fundador de la Sociedad de Medicina Tropical de la República de Cuba (1908) y presidente del Primer Congreso de la Prensa Médica (1911).

Colaboró con los Annals of Ophtalmology, de Chicago y los Anales de Oftalmología, de México. Estuvo entre los fundadores de la Sociedad de Oftalmología Hispanoamericana, con sede en Madrid (1906).

Fue vocal del Comité Ejecutivo en La Habana del XVI Congreso Internacional de Medicina, que tuvo lugar en Budapest (1907), miembro de honor de la Sociedad Oftalmológica de Filadelfia (1916) y miembro corresponsal de la Sociedad Médico-Quirúrgica de Amazonas, en Brasil (1921).

Fundó en 1919 la Revista Cubana de Oftalmología. Realizó, por primera vez en Cuba, operaciones oftálmicas de alta complejidad.

Es considerado uno de los más prolíficos autores cubanos del siglo XIX. Fue autor de un gran número de artículos e informes científicos. Estos trataron, principalmente, sobre oftalmología, pero también sobre enfermedades como el muermo, la tuberculosis y fiebre amarilla.

Entre sus obras están: Higiene de la vista (1875) y Consideraciones sobre las enfermedades de los ojos, observadas en la isla de Cuba durante el año de 1875 (1876).

Otros trabajos suyos fueron: De la ambliopía alcohólica en la isla de Cuba (1876) y Sobre las enfermedades de los ojos en las diversas razas que habitan la isla de Cuba (1878) y La pérdida de la vista en la fiebre amarilla (1881).

También publicó: Clínica de las enfermedades de los ojos (1887), Influencia de la bacteriología en el estudio de las enfermedades de los ojos (1888) y Del uso de los anteojos para conservar y mejorar la vista (1895).

En 1918 dio a conocer, en dos tomos, el libro de memorias Recuerdos de mi vida, donde ofreció datos interesantes acerca de la medicina en Cuba. Murió cuatro años después, el 6 de agosto de 1922.

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