Nacido en Alemania, Juan Cristóbal Gundlach realizó la mayor parte de su obra en Cuba. Enamorado de la fauna del archipiélago, en especial de sus aves, legó un ejemplo enaltecedor de dedicación a la investigación científica en el campo de la zoología.
En los inicios del año 1839 tres jóvenes alemanes arribaron a Cuba. Dos de ellos, Eduardo Otto, después reconocido botánico, y Luis Pfeiffer, quien se destacaría como malacólogo, estuvieron poco tiempo. El tercero, Juan Cristóbal Gundlach, dedicó el resto de su vida a conocer la naturaleza cubana.
Los primeros años
Realizó las primeras observaciones en territorio matancero, sobre todo en la zona de Canímar y Punta de Maya. Desde 1841 se estableció cerca de Cárdenas, donde poco tiempo después creó un museo zoológico que se hizo célebre. Este museo fue trasladado por Gundlach al ingenio Fermina, en Jovellanos, donde radicó hasta 1892.
Entre sus hallazgos más relevantes estuvo la colecta, en 1844, del zunzuncito o pájaro mosca, especie endémica considerada el ave más pequeña del mundo. Este ejemplar aún se conserva, como parte de las valiosas colecciones del Museo Oscar María de Rojas, en Cárdenas.
Viajó a Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud, en 1853, con el objetivo de estudiar su fauna. Lo mismo hizo entre 1855 y 1858, al explorar la ciénaga de Zapata y otras regiones cubanas. También visitó Puerto Rico en varias oportunidades con la misma intención.
Una obra gigantesca
Consagrado a la ciencia, Gunldach se dedicó a estudiar la fauna cubana. Aunque sus esfuerzos investigativos se dedicaron sobre todo a las aves, realizó valiosas contribuciones en la investigación de las especies de anfibios, reptiles y mamíferos existentes en el país.
Fiel a su espíritu de hombre de ciencia, también describió moluscos, insectos y crustáceos cubanos. Además, recopiló notas sobre especies de plantas que observó en sus exploraciones, de las cuales recogió sus nombres vulgares y aplicaciones.
Fue uno de los primeros científicos en Cuba que alertó acerca de la necesidad de proteger la fauna, en particular las especies endémicas.
Su obra mayor fue Ornitología cubana ó Catálogo descriptivo de todas las especies de aves tanto indígenas como de paso anual o accidental observadas en 53 años, que publicó en 1893 y es considerada un clásico.
Fue miembro de mérito de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana desde 1861. También integró, como socio corresponsal, la Sección de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales del Liceo de Matanzas, primera institución científica en el territorio yumurino.
Integró además la Sociedad Económica de Amigos del País de La Habana y las sociedades de Historia Natural de Madrid, Boston y Montreal.
Legado de ciencia
En 1892, con el objetivo de ayudar a la familia que lo había acogido en Cuba, vendió su extensa colección zoológica al gobierno español. Esta pasó al Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y Gundlach fue nombrado su conservador. En este puesto, con un prestigio bien ganado y hasta muy avanzada edad, continuó sus investigaciones.
Los ejemplares colectados y conservados por Gundlach constituyen una de las colecciones históricas más importantes del país. Se conservan en el Instituto de Ecología y Sistemática, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Entre las piezas más significativas aparece el único ejemplar en el mundo del extinto guacamayo cubano.
Juan Cristóbal Gundlach había nacido el 17 de julio de 1810 y falleció en La Habana el 15 de marzo de 1896. Legó a la posteridad un ejemplo de ciencia comprometida con el país que lo acogió como a un hijo. Al respecto escribió en 1861: “Esta tierra de Cuba me abrió sus brazos: y mis afecciones y mi agradecimiento se identifican con ella”. (ALH)