El segundo mes de año llega para colmar a las personas de alegrías, de amor, de amistad. Justo el 14 de febrero las redes sociales y los diferentes espacios se llenan de mensajes hermosos hacia la pareja, las madres, los hijos, los abuelos, las mascotas y hacia uno mismo.
Los que defienden a ultranza el amor y la amistad abogan por ser constantes en los sentimientos, con demostraciones del día a día, con afectos y cariños sinceros.
El amor y la amistad se basan en el respeto y la confianza que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos. Los sentimientos hacia personas queridas y cercanas debemos celebrarlos los trescientos sesenta y cinco días del año.
El amor como sentimiento, como afecto, como pasión o placer siempre se ha experimentado y vivido. Desde los más antiguos seres humanos las diversas culturas de distinta manera lo han expresado.
Hay quienes prefieren decir que el amor está perdido. Los tiempos han cambiado y es cierto. Pero, también en cierto en gran medida que a muchas personas les cuesta decir te quiero y hasta un te amo.
El amor se construye a diario con pequeños detalles. Tal vez un beso inesperado, una cena juntos fuera de casa para romper la monotonía, una película, hablar de planes, de proyectos y de la vida misma entre abrazos y besos significan afectos importantes del amor.
El poeta, dramaturgo y novelista romántico francés, Víctor Hugo expresó que amar es saber decir te amo sin hablar.
Por tal razón, resulta esencial una mirada por dentro para percatarnos de cuántas formas se puede demostrar el amor que sentimos hacia las otras personas, el detalle que faltó o el beso que por pensar en lo cursi se dejó de repartir a alguien especial.
El día del amor y la amistad es una fecha especial. Pongamos en práctica los sentimientos que tenemos, demostremos a diario cuán importantes son las personas que nos rodean, que conviven con nosotros. Seamos realistas y vivamos intensamente los días con la persona que nos haga placentera la vida. (ALH)