En 1860 se publicó en Francia el libro Colección de Escritos sobre agricultura, industria, ciencias y otros ramos de interés para la isla de Cuba.

En 1878, de recorrido por Centroamérica, José Martí escribió en una carta:

“Anteanoche me cayó en las manos un libro del Conde de Pozos Dulces, Colección de Estudios sobre Agricultura, y no pude en toda la noche apartar los ojos de él. Tiene muchas cosas que yo había pensado, y otras que no hubiera sido capaz de pensar nunca. ¿Quiere usted prestármelo para mi viaje, a condición de honrada devolución en Cuba?”.

¿Qué libro era ese, capaz de provocar semejante elogio? ¿Por qué el contenido de ese libro motivó tanto a José Martí?

El libro y su autor

Colección de Escritos sobre agricultura, industria, ciencias y otros ramos de interés para la isla de Cuba, se publicó en París, Francia, en 1860. Contiene las cartas enviadas por su autor, Francisco de Frías y Jacott (1809-1877), conocido como Conde de Pozos Dulces, al periódico habanero El Correo de la Tarde, entre 1857 y 1858. Las compiló Domingo G. de Arozarena, director de ese diario, con la intención de conformar el primer tomo de las obras del Conde. Al respecto, escribió en el “Prólogo”:

“Los escritos del Conde de Pozos-Dulces, sea cual fuere el mérito literario de que estén revestidos—y muchos y buenos jueces se lo conceden muy cumplido— se distinguen principalmente como partes, todos, de una concepción única y superior que los enlaza, armoniza y completa. El progreso, la civilización y la estabilidad de Cuba, realizados y consolidados por medio de una reforma fundamental de su agricultura, es la idea predominante de la mayor parte de esos escritos, y lo que no pierde nunca de vista su autor, ya sea que descienda a los detalles técnicos de una simple operación rural, ya sea que se eleve a los más arduos problemas del trabajo y de la población de su país. Este enlace y solidaridad de las diferentes partes, esta unidad de principios y de objeto que forman, por decirlo así, la trama y la significación especial de estos trabajos, los colocan muy por encimade esas colecciones vulgares, en que las más veces lo único que es lícito admirar es la estéril fecundidad de sus autores”.

La Colección de Escritos… está compuesta por 55 cartas. Los temas tratados se vincularon con los problemas de la agricultura cubana y los modos de solucionarlos. Pozos Dulces abordó aspectos de la ganadería, la pequeña propiedad, la inmigración blanca y la promoción de determinados cultivos. Además, reflexionó acerca de la enseñanza de la agricultura, nuevas máquinas, métodos y aplicaciones novedosas, abonos y exposiciones agrícolas. Cabe destacar que todos los aspectos sobre los que el Conde de Pozos Dulces reflexionó y propuso soluciones, eran problemáticas que enfrentaba en ese momento la agricultura cubana. Algunas, incluso, lo siguen siendo.

Francisco de Frías y Jacott (1809-1877). Archivo del autor.

Francisco de Frías y Jacott (1809-1877), fue un destacado político cubano, que también dedicó espacio en su obra a la reflexión sobre la agricultura cubana. Sostuvo ideas relacionadas con la necesidad de la aplicación de la ciencia y la técnica en Cuba, derivadas de sus experiencias por Europa y los Estados Unidos. Desempeñó cargos y comisiones en instituciones cubanas como el Instituto de Investigaciones Químicas, la Sociedad Económica de Amigos del País y el Liceo Artístico y Literario de La Habana. Estuvo implicado en las conspiraciones anexionistas y después fue uno de los defensores de las reformas que propiciaron la convocatoria a la Junta Información.

Entre las obras que publicó sobresalió la memoria ¿Descansa sobre bases científicas la opinión de que la destrucción del reino animal lleva consigo la del vegetal y viceversa? (1858. También fue autor de La cuestión del trabajo agrícola y de la población de la isla de Cuba, teórica y prácticamente examinadas (1860) y Atraso de la agricultura española y necesidad de mejorarla (1861). Escribió el prólogo del libro de Álvaro Reynoso, Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar (1862). Fue director y redactor del periódico El Siglo, donde expuso buena parte de su ideario. Al morir se encontraba exiliado en Francia.

Contenidos

Entre los contenidos que Conde de Pozos Dulces abordó en Colección de Escritos… estuvo la ganadería. Lo motivó “…el lamentable estado de nuestra industria pecuaria…”, según valoró. Resaltó los adelantos de esta rama en varios países, sobre todo del mejoramiento genético en Inglaterra, describió exposiciones ganaderas que visitó y describió razas vacunas con lujo de detalles. Defendió que se establecieran en Cuba fuertes vínculos entre la agricultura y la ganadería. También se refirió a la necesidad de crear prados artificiales como alimento del ganado y como parte de la rotación de cultivos.

Presentó algunas soluciones, como la especialización del ganado en carne, leche y trabajo. La creación de nuevas razas a partir de cruzamientos que permitan la selección de zaras y ejemplares más productivos. También propuso la intervención del gobierno o de sociedades anónimas en apoyo de la rama pecuaria. En todo esto influyeron los conocimientos que adquirió en un curso de zootecnia que recibió en el Conservatorio de París.

Portada del libro Colección de Escritos sobre agricultura, industria, ciencias y otros ramos de interés para la isla de Cuba (1860). Archivo del autor.

Otro aspecto fue el relacionado con nuevas máquinas agrícolas. Describió un molino de maíz construido en Francia, sobre el cual señaló las ventajas que proporcionaba a los agricultores su utilización en Cuba. Resaltó un arado de vapor, también francés, del cual elogió los beneficios que aportaba, así como su uso variado. Sobre esta novedosa máquina, declaró:

“El que no lo ha visto no puede formarse una idea de la exactitud y precisión con que todo está combinado en este aparato, y de la regularidad y perfección del trabajo que ejecuta”.

Lo que más se destacó en Colección de Escritos…, fueron las críticas a la situación en que se encontraba la agricultura cubana. Censuró con fuerza el cultivo extensivo empleado en Cuba, que consideró una locura. Una de sus propuestas más atrevidas fue la separación de los aspectos fabril y agrícola de la industria azucarera. Se opuso fuertemente a las grandes haciendas, siendo un precursor de la lucha contra el latifundio. Comentó las ventajas del sistema intensivo y fue un abanderado contra el monocultivo y la monoproducción. Algunas de sus frases son paradigmáticas:

“Si comparamos nuestra agricultura con la de otros pueblos menos favorecidos por la naturaleza, nos avergonzaremos de nuestra impotencia y esterilidad…”.

“En Cuba se estudia todo menos la agricultura, y sin embargo Cuba todo se lo debe a la agricultura”.

Fue, en este libro, un abanderado de la agricultura científica cubana. Estimó necesario aplicar la ciencia y, sobre todo, estudiar los avances científicos del mundo para después aplicarlos creadoramente en Cuba. Pidió la creación de campos experimentales, de acuerdo a los que había conocido en Francia. Propuso el envío de jóvenes cubanos a estudiar agricultura a Europa. También consideró necesario crear una vega-modelo y un “ingenio-escuela”, pues

“…Cuba es acaso por su industria azucarera el país más importante de la tierra”.

Defendió, con especial ahínco, la promoción de la pequeña propiedad agrícola. Para Pozos Dulces esta era una de las principales medidas a implementar en la agricultura del país. Su visión al respeto, un tanto idílica, fue la siguiente:

“¿Quién pudiera no entusiasmarse con la idea de ver el territorio de Cuba poblado de pequeñas heredades, en que, si los cañaverales no formarían horizontes como hoy, alternarían admirablemente con el primoroso verde de nuestras vegas de tabaco y con la frondosidad de nuestros plátanos, animándose el paisaje con la infinita variedad de otras labranzas y cultivos, y más que todo, con el movimiento de una población compacta, laboriosa y feliz?”.

En otro momento añadió:

“No hay noticia de invento, ni adopción de algún nuevo sistema de cultivo, que puedan equivaler en importancia para nuestro país, a la aclimatación allí de la pequeña propiedad rural…”.

Entre los temas “…de inmediata aplicación a nuestro sistema de producción agrícola”, que comentó Pozos Dulces en Colección de Escritos…, estuvo la fabricación de azúcar bruto y de cañas para exportar. También el estudio de los derivados de la yuca y la conservación de legumbres y hortalizas. Abogó por el uso del fosfato de cal y del guano de murciélago como abonos. Comentó sobre la utilización del azufre contra las plagas, entre otros temas de interés.

Inicio de la primera carta publicada en Colección de Escritos…. Archivo del autor.

Además, presentó nuevas experiencias en la enseñanza de la agricultura, pero también consideró necesario estimular la divulgación científica. Por esta razón, valoró de forma positiva los concursos y las exposiciones agrícolas. También mencionó algunos libros sobre química y revistas especializadas en esos temas. Reconoció como muy positiva la creación en La Habana de la cátedra de química aplicada a la agricultura, así como la designación de Álvaro Reynoso para desempeñarla.

No puede desconocerse que Colección de Escritos… fue un reflejo de las concepciones clasistas de su autor. Opuesto a la esclavitud, criticó con fuerza al campesinado cubano, que consideró un “…cuerpo inerte y degenerado”. Defendió la inmigración blanca y puso las esperanzas de salvación de la agricultura cubana en la juventud urbana, lo cual era totalmente utópico. Se ha considerado, por otra parte, que sus ideas condenaban a Cuba a ser eternamente exportadora de materias primas, lo cual no es totalmente cierto.

Final

El saldo de cualquier análisis o valoración en relación con el contenido de Colección de Escritos… es positivo. Gracias a las cartas compiladas en este libro, según Ricardo del Monte, Pozos Dulces se convirtió en “…el verdadero iniciador en Cuba de la agricultura científica…” y en “…incansable defensor de la reforma agrícola…”. Para Rafael Montoro, en ellas “…dio a conocer una parte no pequeña de sus ideas de reforma económica y, sobre todo, agrícolas, que habían de hacer su nombre tan célebre entre nosotros”.

José Martí coincidió con estas valoraciones en su carta de 1878, donde reconoció los aspectos valiosos que contenía este libro. Tres años después, en 1881, añadió este criterio:

“Un cubano hubo, muy bien reputa do luego, que comenzó a asentar su fama con las correspondencias que sobre agricultura y cría de animales escribía desde París a un periódico de La Habana. Este cubano, cuya obra es muy estimada entre los bibliófilos por lo escasa y entre los agricultores y ganaderos por lo útil, fue el Conde de Pozos Dulces…”.

Con Colección de Escritos sobre agricultura, industria, ciencias y otros ramos de interés para la isla de Cuba, Francisco de Frías, Conde de Pozos Dulces, se ganó un puesto en la historia de la ciencia cubana. Este fue un lugar de privilegio. Aún hoy, 165 años después, algunas de las problemáticas que abordó nos afectan y varias de las soluciones que planteó todavía esperan por ser implementadas. (ALH)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *