En la historia de la filosofía en Cuba, el matancero Antonio Angulo y Heredia tiene un lugar destacado como defensor de la influencia del krausismo en las ideas cubanas.
Matanzas fue la cuna donde nació Antonio Angulo y Heredia, el 4 de agosto de 1837. Procedía de una ilustre familia. Su padre, José Miguel Angulo y Heredia, fue un intelectual y político que sobresalió como abanderado del reformismo. Su madre, María Ignacia Heredia y Heredia, era hermana del conocido poeta José María.
Se educó en el afamado Colegio La Empresa, de los hermanos Guiteras. Allí, en esa fragua de espíritus, comenzó a destacarse por su inteligencia natural. También estudió en el colegio habanero El Plantel.
Después ingresó en el Colegio El Salvador, dirigido por José de la Luz y Caballero, con quien llegó a establecer una relación entrañable. Luz lo consideró su discípulo más aventajado y lo amó como a un hijo. Angulo, por su parte, llegó a sentir una verdadera veneración por su maestro.
El 16 de diciembre de 1858 sustituyó a Luz, quien se encontraba enfermo, en la lectura del tradicional discurso al finalizar los exámenes generales. Antes de empezar a leer, expresó estas palabras de homenaje: “Si encontráis en mis palabras defectos e incorrecciones de estilo, atribuidlos a mi ignorancia e insuficiencia: si halláis en ellas por el contrario provechosas verdades, ideas y sentimientos apreciables, sabed que son los del venerable maestro de la juventud cubana, que por mi boca os habla…”.
Realizó un breve viaje por Alemania en 1860. En este país conoció la vida y obra del filósofo Karl Christian Friedrich Krause. Dos años después se estableció en España y en 1863 se graduó de abogado en Madrid. Se dedicó entonces a estudiar y defender la filosofía krausista, así como la adaptación de sus ideas al ámbito español por Julián Sanz del Río.
Para Angulo, algunas ideas del krausismo como la tolerancia académica y la libertad de cátedra, en oposición al dogmatismo, debían ser tomadas en cuenta, pues se correspondían con los postulados del liberalismo. Además, consideró muy positiva la laicidad que propugnaba, así como la creencia en un dios ajeno a reglamentaciones de ningún tipo.
En 1863 publicó en la revista Revista Ibérica de Ciencias, Política, Literatura, Artes e Instrucción Pública, varias “Cartas de un joven cubano dirigidas a D. Jesús B. Gálvez y dedicadas a la juventud de Cuba y España, sobre el movimiento científico y literario de esta última y las principales naciones de Europa”. Estas cartas también aparecieron en el periódico matancero Aurora del Yumurí.
En 1864 fundó la Revista Hispano Americana. Desde las páginas de esta publicación, en la cual estaba encargado de redactar la crónica política, defendió la necesidad de reformas para Cuba y Puerto Rico. Además, publicó las conferencias que impartió en el Ateneo de Madrid sobre los Estados Unidos de América, que después dio a conocer en forma de libro.
En el Ateneo de Madrid ofreció unas célebres lecciones sobre literatura alemana y las figuras de Goethe y Schiller. En ellas sostuvo la influencia del krausismo en el pensamiento filosófico de Luz y Caballero, lo cual desató una polémica que aún está latente. Fiel a la obra del maestro Luz, lo defendió en 1863 ante las calumnias del periódico católico madrileño El Pensamiento Español.
Publicó los libros Goethe y Schiller. Su vida, sus obras y su influencia en Alemania (1863), El Pensamiento Español, periódico neocatólico de Madrid, y la instrucción pública en la Isla de Cuba (1863) y Estudios sobre los Estados Unidos de América. La democracia y el self-governement (1865). Dio a conocer la traducción París en América, de Eduardo Laboulaye (1867).
Antonio Angulo y Heredia falleció en Valladolid, España, el 5 de septiembre de 1875, a los 38 años. A pesar de su juventud, se había ganado un puesto relevante en la historia de la filosofía en Cuba. (ALH)