Descomunal tragedia comienza tras cada accidente de tránsito: el dolor de las familias por la pérdida de uno o más de sus seres queridos, irreparables huellas en los lesionados y el estrés postraumático sufrido por los ilesos.

A los daños psicológicos y físicos se suma el perjuicio material. Sin embargo, persisten las imprudencias en la vía y aún se observan, por ejemplo, automovilistas que irrespetan el derecho de vía o desatienden el control del vehículo.

Precisamente fueron dichas causas, unidas a desperfectos técnicos, exceso de velocidad y la conducción bajo la ingestión de bebidas alcohólicas, las que más influyeron en los más de 3 000 accidentes ocurridos en Cuba durante el primer cuatrimestre de 2023.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que cada año mueren por estos lamentables sucesos aproximadamente 1,3 millones de personas y 50 millones se lesionan.

Constituyen la principal causa de mortalidad entre los niños y los jóvenes de cinco a 29 años y una de cada cuatro defunciones por dicha índole afecta a peatones, ciclistas y motociclistas.

Las cifras resultan alarmantes. De ahí que la OMS, en colaboración con sus asociados, organice periódicamente semanas mundiales de las Naciones Unidas para la seguridad vial y haya trazado un Plan Mundial para, de aquí a 2030, reducir en un 50 % las muertes y los traumatismos causados por el tránsito.

En la vía corren igual riesgo peatones, ciclistas y conductores. Por eso resulta tan importante siempre andar con precaución. Cierto es que los accidentes no son tan inevitables ni tan impredecibles.

Cuando se maneja con cuidado y se cumple estrictamente con las disposiciones del tránsito manteniendo el máximo de atención al circular, no tienen por qué ocurrir. La solución depende solo de nosotros.

En los meses de verano, suelen trasladarse pasajeros de manera masiva a la playa u otros sitios de recreación, ya sea en camionetas, camiones… Por eso vale verificar algunos requerimientos como la adecuada altura de la baranda y no exceder la cantidad de personal permisible acorde con las condiciones del medio de transporte.

Las administraciones, los inspectores del transporte público, y los agentes de Tránsito deben tener los ojos bien abiertos, pues, también en esta etapa no faltan los aventurados a manejar con unos tragos de más.

Todas las medidas que se adopten serán muy bien recibidas por una sociedad donde existe una sensibilidad especial hacia esta problemática. Solo falta que todos ganemos conciencia de cuánto significa quebrantar lo establecido. Una metedura de pata, como decimos los cubanos, puede poner en juego la vida propia o la de otras personas. (ALH)

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