Considerado el Héroe Nacional de Cuba, para ningún hijo de esta tierra existe duda alguna de que José Martí es una de las figuras más influyentes y admiradas de la historia y la cultura latinoamericanas.
Reconocido como el más universal de los cubano, José Julián Martí y Pérez, fue, entre otras cosas, un relevante poeta y escritor, un excelso periodista, y un gran pensador y revolucionario. Dedicó su vida a la causa de la independencia de Cuba y a la integración de América Latina.

Nacido en La Habana en 1853, Martí vivió una época de grandes convulsiones políticas y sociales en nuestro país y en el continente. Desde muy joven, se involucró en los movimientos independentistas contra el dominio colonial español, lo que le valió la cárcel, el exilio, y la persecución.
Viajó por varios países de América y Europa, donde desarrolló una intensa y fructífera labor literaria, periodística y diplomática. Fundó el Partido Revolucionario Cubano y organizó la Guerra Necesaria, la última y definitiva guerra de independencia de Cuba, en la que murió en combate el 19 de mayo de 1895.
Pese a ello, Martí, con solo 42 años, dejó un importante legado en la literatura y en la política. Su obra literaria abarca diversos géneros, como la poesía, el ensayo, la crónica, la novela, el cuento y el teatro. Su estilo se caracteriza por su belleza, originalidad, modernidad y compromiso social. Entre sus obras más destacadas se encuentran «Versos sencillos», «Ismaelillo», la revista infantil «La edad de oro» y los ensayos «Mi raza» y «Nuestra América».
Su pensamiento político se basa en los principios de la libertad, la democracia, la justicia, la solidaridad y la dignidad humana. José Martí siempre defendió la soberanía de Cuba y de los pueblos latinoamericanos frente al imperialismo español y estadounidense.
Abogó por la unidad e integración de América Latina como una forma de preservar su identidad y su destino. Fue un precursor de la literatura y el pensamiento latinoamericanista, así como de los movimientos sociales y revolucionarios del siglo XX.
Martí nos dejó un valioso legado: la importancia de la educación, la lucha por la justicia social y la unidad latinoamericana.
Su ejemplo sigue siendo una guía para aquellos que buscan un mundo más justo y equitativo, donde todos los seres humanos puedan vivir en libertad y dignidad.