«Amor por la profesión, solo eso se necesita para ser un buen rescatista». Así lo asegura, José Antonio Esnard Viciedo, bombero profesional que labora como Técnico de Salvamento y Rescate en el Comando No. 1 de Matanzas.
En imágenes tomadas por diferentes lentes durante el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas observé por primera vez a este hombre de gran estatura, pero de corazón inmenso. En su rostro presencié dolor ante la fatídica noticia. En poco tiempo descubrí la pasión que siente por su trabajo; la misma que marcó un antes y un después en su vida.
“Escogí esa profesión porque la amo, me da un enorme placer ayudar a esas personas que están en apuros”, comenta Tony, como cariñosamente todos nombran.
¿Cuánto te aporta el salvamento y rescate?
«Me aporta mucho en cuanto al peligro, cómo actuar y no solo ahora que estoy activo, también en el futuro, para la vida».
Cuando se presenta la contingencia de un servicio se prepara psicológicamente para lo peor. Planifica con los compañeros de trabajo las principales acciones que deben realizar y de inmediato acuden al lugar de los hechos.
¿Cómo transcurren las guardias?
«Las guardias transcurren en dependencia de como estén los días. Hay veces que no se presentan tantos servicios, pero otras que no paramos en la unidad».
Tony, fue uno de los tantos hombres que estuvo en el fatídico incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas.
“Varias representan las anécdotas donde he arriesgado mi vida, pero con la satisfacción del deber cumplido. Solo te puedo decir que en un principio sentí mucho miedo cuando el Supertanqueros. Miedo de perder a alguno de mis hermanos. Todos entrábamos y salíamos juntos”.
«Al Grupo de Salvamento y Rescate de Matanzas lo nombraban El Pelotón. Esto lo digo sin dejar de mencionar la labor tan valiente que tuvieron mis compañeros del cuerpo de bomberos de Cuba y los que realmente tenemos sangre bomberil.»
La Cruz Roja jugó un papel importante en los momentos que necesitaron apoyo psicológico. La unidad, el valor y la entregan estuvieron presentes desde el inicio.
¿Un rescatista puede volverse insensible?
«No. Los rescatistas en cada servicio que vamos nos sumamos al dolor de los familiares de las víctimas, pero también nos concentramos en nuestro trabajo para minimizar los riesgos y cumplir con la misión encomendada».
Desde el año 2012 Tony trabaja en el Comando 1 de Matanzas y agradece a todos los que abrieron sus brazos y guiaron cada paso.
“Sin estas personas no fuese quien soy en la actualidad. Gracias a Michel Guerrero, José Luis, José Sosa que en aquel entonces era el jefe del cuerpo de bomberos de la provincia. También quisiera agradecer a los jefes de comando cuando comencé en el trabajo que confiaron mucho en mi”
Hay que tener coraje para no desmoronarse ante una fatídica noticia. ¿Cómo lo logras?
«Logro no desmoronarme con solo ver el valor de mis hermanos cuando salimos a enfrentar cada servicio».
Cuando realiza su trabajo Tony se siente útil porque ayuda a muchas personas.
“Cada vez que terminamos un servicio, así sea de salvamento o de rescate, regresamos con la satisfacción del deber cumplido. Saber que esa persona o familia que espera un resultado positivo de nosotros se va satisfecha y su agradecimiento hacia todo el equipo es mucho más que cualquier cosa material”
En todos los servicios el miedo se apodera de este hombre corpulento, de alta estatura y sonrisa amplia. Tony sabe controlarlo y el temor ante cualquier peligro lo mantiene alerta en todo momento. La vida de sus hermanos, -así nombra a sus compañeros de trabajo- y la suya preserva como un buen padre que cuida de sus hijos.
¿Qué cualidades debe tener un rescatista?
«Sobre todo valor, amor por el prójimo, buen corazón, sin dejar de enfocarse en la misión que le corresponde. El trabajo en equipo resulta fundamental porque para eso todos somos una familia dentro del equipo de salvamento y rescate».
¿Cómo son las relaciones de trabajo con los más jóvenes?
«Las relaciones magníficas. Me reconforta enseñarles mis conocimientos, aprender de ellos. Mis hermanos menores, así nombro a los jóvenes rescatistas. Mis hermanos pequeños tienen un valor tremendo ante cualquier situación. Ernesto Luis, Yadiel, Daniel, Dariel, Ernesto Moreno, Raymani son mi otra mitad, mis brazos derechos. No puedo dejar de mencionar a Yoamel, Yunior, José Luis y Michel Guerrero, ellos me aportaron mucho también en Rescate. A Gerardo Caballero, al frente de la Asociación de Bomberos, también agradezco por cada enseñanza».

Un compromiso grande posee Tony con el joven de tan solo 25 años Ernesto Luis Linares García que demuestra en su actuar diario que nació para ser rescatista.
“A toda la sangre nueva les tengo un enorme respeto y tremendísimo cariño. Quiero mucho a todos esos jóvenes que hoy integran el comando de rescate de Matanzas.
Una persona desconfiada se considera Tony, pero en estos bisoños encuentra responsabilidad, amor, entrega.
“Confío en ellos con los ojos cerrados y con el corazón en la mano. Por encima de ese traje les sale el valor. Los preparé como si fuese a mí mismo y ellos dan el paso al frente ante cualquier circunstancia”.
El tiempo para la familia resulta escaso. En ocasiones, las largas jornadas de trabajo le impiden el calor de casa y de los más cercanos a pesar de que hace menos de un año nacieron sus hijos jimaguas que cambiaron su vida para bien. Ahora, las razones se multiplican.
El rescatista de tan solo 38 años nació en el sureño municipio de Unión de Reyes, en la tierra natal de Juan Gualberto Gómez. Desde los cinco años radica en Matanzas, pero se siente un unionense más.
El humanismo, la pasión por su trabajo y la confianza en los más jóvenes distingue a este apasionado rescatista. Sus compañeros y amigos más cercanos bien lo saben. Los años pasarán, pero en la historia de los matanceros el nombre de Tony quedará impregnado en la memoria de muchos que laboran en el Cuerpo de Bomberos de Cuba.(LLOLL)