A Norberto Delgado Medina y Adilén Mendoza García, más allá de su amor como pareja, los unió su pasión por las diferentes manifestaciones artísticas.
Con la máxima martiana de que hacer es la mejor manera de decir, ambos instructores de arte, junto a sus 3 hijos, conformaron desde hace 4 años el proyecto familiar Galería Corazones.
“Cuando en 2020 declararon como pandemia mundial el nuevo coronavirus y se tomaron todas las medidas restrictivas para evitar los contagios, representó un giro drástico en nuestras vidas. Comenzamos a pensar desde casa qué podíamos hacer como padres, para que nuestros tres niños liberaran un poco el estrés tan grande que estaban viviendo.

“A nuestros hijos les encanta dibujar. Buscamos periódico, cajas de cartón, pegamento y algunas pinturas y empezamos a hacer unas casitas que se pegaban al refrigerador. En esa etapa mediante las redes sociales tratamos de concientizar a las personas sobre la importancia de quedarse en casa para evitar los contagios”, asegura Adilén.
“Poco a poco y sin darnos cuenta nació el proyecto y la idea de regalar esas manualidades que hacíamos, a los médicos y enfermeros, quienes realizaban una labor tan compleja al riesgo de sus propias vidas”, enfatiza Nolberto, quien estuvo hospitalizado por esos días y conoció del esfuerzo incalculable del personal sanitario.

De las manos y el talento de los hacedores de Galería Corazones comenzaron como aliciente para el alma pequeños regalos a base de materiales como cuero, cartulina, papel y las más conocidas soportadas en tejas de barro.
“El nombre del proyecto surge pensando en la manera de llegarle a las personas de una manera diferente. El mayor anhelo de una artista de la plástica quizás sea exponer en una galería, nosotros teníamos la misma necesidad, pero queríamos hacerlo en el corazón de las personas”, cuenta Nolberto.

“Tocar los sentimientos de las personas no es tarea difícil si se pinta con amor. El arte tiene el poder del cambio y la trasformación cuando es verdadero y se hace de corazón, fue así que después de varias propuestas escogimos el nombre de Galería Corazones”, comenta conmovida Adilén.
Un espacio para la creación deviene el taller del Negro, como conocen a Norberto. Sus hijos Jairon, Antony y Jeison colaboran en la realización de las piezas que luego son entregadas como reconocimiento a la labor de diferentes actores de la sociedad.
“Trabajar en familia es maravilloso. Somos un gran equipo. Los niños disfrutan muchísimo creando, cada taller es una nueva experiencia, donde ellos son los principales artistas”, asegura entusiasmada Adilén.
Actualmente el la iniciativa la integran además el instructor de arte Liudys Mantill Molina, niños, adolescentes y jóvenes de la comunidad.
Galería Corazones dona su obra casi completa, a pesar de costosos gastos en insumos como la pintura. Sentir el agradecimiento resulta el mayor incentivo para crear.
“Del 28 de junio al 3 de julio Matanzas será la sede del III Intercambio del Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias de Mesoamérica y el Caribe en el que vamos a participar tanto en la organización del evento como en los murales, exposiciones, intercambios, talleres presenciales y online que se realizarán”, explica Delgado Medina.
Actualmente el líder del proyecto trabaja junto al artista matancero Jesús Alberto Mederos en la ejecución de un mural alegórico al lamentable hecho ocurrido en la base de Supertanqueros. También colaboran con el Proyecto Sociocultural Maravillas de la Infancia, donde imparten talleres de artes plásticas a los niños.

Sus obras presentadas en diferentes espacios tienen gran aceptación por lo novedoso de utilizar la teja como soporte para la obra, entre las más recientes destaca «Martianos Hoy» en la Fragua Martiana.
Para esta familia el arte florece a diario. Ellos imprimen su sello de amor a cada trabajo con el que pretenden tocar los corazones.