No sé quedarme, es el título del concierto homenaje que tendrá lugar este viernes a las 17:00, hora local, en el teatro Armando Hart de la Biblioteca Nacional José Martí, en esta capital, dedicado al destacado trovador y a los 50 años del Movimiento de la Nueva Trova.
Feliú falleció el 17 de diciembre del pasado año a causa de un infarto que lo sorprendió en pleno concierto en una peña trovadoresca en La Habana que tanto amó.
Autor de canciones emblemáticas como Créeme, Al sur de mi mochila, ¿A dónde irán a parar mis Alas?, La felicidad, Donde habita el corazón, Coloquio En Che Mayor, Los Seguidores, Cincuenta Son, No sé quedarme, Desmayo, el músico era conocido por su entrega en cuerpo y alma a cada canción.
En vida, El Tinto, como lo llamaban sus amigos, trascendió por su obra vinculada a la Revolución Cubana y dentro del Movimiento de la Nueva Trova, del cual fue uno de sus fundadores junto a Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola.
Desde su muerte, músicos y artistas comprometidos con la llamada canción inteligente honran su impronta en el pentagrama latinoamericano.
Un concierto homenaje online el pasado 14 de septiembre convidó a músicos de Perú, Argentina, Venezuela, Bolivia, Chile, Brasil y Cuba a evocar el Encuentro Iberoamericano de la Canción Canto de Todos que sesionó hace 22 años en La Habana, del cual Feliú fue uno de los principales promotores.
Artistas e intelectuales argentinos y cubanos le rindieron tributo el pasado 10 de mayo durante la 46 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, momento en que destacaron la importancia de su obra y su papel en el proceso de transformación cultural iniciado con el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959 en la isla.
Durante su carrera, el trovador compartió escenario con relevantes músicos de América Latina, entre ellos, el español Luis Eduardo Aute, los chilenos Isabel Parra e Inti Illimani, los argentinos León Gieco y Mercedes Sosa, los norteamericanos Jackson Browne y Pete Seeger, los uruguayos Daniel Viglietti y Alfredo Zitarrosa.
Asimismo, impulsó el trabajo del Centro Pablo de la Torriente Brau -institución de referencia para los trovadores cubanos— y dirigió el centro cultural Canto de Todos, que promueve encuentros e intercambios, desde la canción, en los países de Iberoamérica.
El artista cubano fue distinguido con el Premio de Honor Cubadisco (2012), que otorga la industria fonográfica cubana a instituciones y personalidades que han realizado aportes significativos a la cultura musical de nuestro tiempo, así como el premio “Por la cultura de la Patria Grande”, por sus aportes a la música latinoamericana. (ALH)
Recordando a Vicente Feliú.
Días después de su desaparición física, al pie de otro artículo, este firmado por uno de sus amigos más íntimos, aseveré: A mi pesar, no puedo afirmar que fui tu amigo en el sentido de la cercanía física, no puedo llamarte «El Tinto», como aquellos que gozaron de tu amistad presencial. Pero si defiendo y reclamo el derecho de compartir tu amistad como he compartido tus ideales, como he compartido tus canciones. Cuando muere alguien, siempre decimos, en paz descanse, ofrecemos condolencias y solidaridad a la familia y amigos. Pero, no nos dejó una persona cualquiera, no. Nos dejó físicamente alguien que hizo de su vida una canción y de su canción un compromiso con la Revolución en el más alto grado. Nos dicen que murió, como los buenos guerreros, con las botas puestas, feliz de abrir – y seguir luchando – en la trinchera. Como muchos que se acercaron a la guitarra y a tus obras, sin tu permiso, más bien maltraté que toqué, entre las primeras canciones que toqué, tu Créeme, como hice con otras de la Nueva Trova, sin saber tocarlas como se debía, ni mucho menos cantarlas bien, pero con la total seguridad de comprender y participar del mensaje. Entonces, Vicente, descansa, sí, pero sigue alumbrándonos el camino, como esa bala feroz al centro del combate.