Por Roxana Valdés Isasi 
Con casi cinco años Christian Daniel González Fajardo descubrió el ajedrez. En Cárdenas vivió durante un tiempo y su abuelo, Daniel Fajardo Delgado, para animar al pequeño colocaba el tablero y comenzaban con el juego.
De pequeño Chris aprendió cada movimiento y función. Lo ilusionaba las partidas y la nobleza de un deporte tan fascinante como el ajedrez.
Desde ese entonces desarrolla habilidades cognitivas, mejora la concentración, la memoria y la capacidad de análisis. Además, fomenta el pensamiento crítico y la toma de decisiones, habilidades valiosas en la vida cotidiana.
LOS INICIOS CON OSCARITO
Después de comenzar a practicar el deporte en la sala de ajedrez en Unión de Reyes, el niño empezó a destacarse en el nivel sub ocho.
El profesor Oscar Fernández empezó a entrenarlo con más detalles, de tal forma que comenzó a aumentar su calidad. Con esta preparación logró participar en diferentes torneos municipales y provinciales hasta asistir al primer Capablanca en el año 2018. A partir de ahí, Christian Daniel González Fajardo comenzó a desarrollarse en el mundo del ajedrez con más nivel, y participó en torneos provinciales, donde alcanzó medallas, y llegó a los Juegos Nacionales Pioneriles para obtener medalla de oro.
El abuelo aconseja a su nieto acerca del juego milenario que cautiva a personas de todas las edades y culturas.
POR EL JUEGO CIENCIA
En la Categoría Sub-12 se coronó como campeón de Cuba en la ciudad de Santa Clara. Su constancia y su esmero demuestran el progreso de esta promesa del ajedrez.
¿Qué sensación te dejó ese evento?
«El entrenamiento que hice para ese torneo fue muy duro y obtuve resultados. Esa mentalidad la debo repetir en los demás a los que me enfrente.»
¿Cuánto te aportó entrenar con Oscar?
«Mucho: todo mi repertorio de apertura, mis jugadas, las aprendí de él.»
Recientemente te impusiste en solitario en la Edición 2024 de la Copa Giraldilla de Ajedrez. ¿Cuánto te benefició este resultado?
«Nos pareció un buen resultado, porque muchas aperturas en las que hemos estado arreglando los errores las jugué con mejor calidad. Al igual que el nacional, el entrenamiento fuerte que realizamos obtuvo resultados y estamos muy contentos con eso.»
A través de Internet, Christian practica con su entrenador el juego ciencia. ¿Cuán complejo te resulta prepararte en esas condiciones?
¿Cómo combinas la vida en un tablero con la personal ¿Crees que son similares?
«Sí, porque la forma en la que uno juega ajedrez es parecida a como actúas. Si lo haces agresivamente entonces eres una persona que toma riesgos, decisiones, y alguien defensivo es porque tiene un estilo de vida más lento, más seguro.»
¿Cuáles son los principales retos, los desafíos de ahora en adelante?
«Seguir mejorando todo lo que esté mal. En este torneo seguro hice cosas mal que hay que arreglarlas, aunque no me haya dado cuenta, y participar en los nacionales de nuevo a ver si consigo repetir lo del 2022.»
¿Con qué jugada de apertura te sientes mejor?
«Con todas las aperturas me siento igual de cómodo. Cada una tiene sus cosas y en todas tengo mucho que mejorar.»
A Tsunami Fajardo Padrón, madre de Christian, le emociona y satisface que su hijo practique el ajedrez. “Cuando yo era una niña también practiqué ajedrez y no seguí, lo dejé en la primaria”.
Ella observa el amor y empeño de su hijo al practicar este deporte milenario.
“Desde hace ocho años practica, y en todo este tiempo el ajedrez le aporta beneficios a su vida personal, a sus estudios. Quien no vive dentro de este mundo no se imagina las posibilidades, las ventaja que brinda a los practicantes.”
Como una abuela exigente, se caracteriza Dinorah Padrón Martínez, quien siente un orgullo enorme por los resultados del pequeño ajedrecista.
Dinoritah recuerda que su esposo un buen día llevó al niño a la sala de ajedrez y desde ese entonces la familia considera parte indispensable a este juego ciencia.
La abuela de Cristian resalta el apoyo de Educación y las facilidades que brindan al estudiante de Secundaria Básica para su entrenamiento.
“Por ejemplo, en las tardes el niño entrena cuando termina las clases de la mañana, llega a la casa, almuerza y se pone a entrenar ajedrez desde la una de la tarde hasta casi las ocho de la noche.”
Cuando participa en los torneos, comenta Dinorah que facilitan la licencia deportiva y las ausencias en la escuela durante ese período.
Para Christian Daniel el tablero de 64 casillas es mucho más que un simple juego: es una forma de arte y ciencia que desafía la mente y une a las personas. Su rica historia y su relevancia contemporánea continúan inspirando a nuevas generaciones de jugadores a explorar sus profundidades estratégicas y disfrutar de su belleza atemporal. (ALH)