Una sala de donaciones y trasplantes de un inusual hospital es el centro dramático de «Muero Contento», la última puesta en escena de Teatro Icarón de conjunto con la agrupación Teatro D’Sur.

Desde el escenario, una enfermera poco convencional y delirante recibe a un deambulante voluntario. A partir de ahí y con altas dosis de humor criollo, la obra pone en contexto varias aristas de la sociedad mediante una sátira cotidiana de lo absurdo sin caer en la banalidad.

Dirigida por el actor Wilfredo Mesa en su debut en estas faenas, «Muero Contento» fue estrenada en la ciudad de Matanzas gracias a una versión del texto escrito por el dramaturgo chileno Jorge Díaz.

«Usamos un método de dirección participativo donde todos colegiamos el guion para enriquecer la puesta. Es una obra traída a lo cubano, sin caer en el arte grotesco y con varias líneas de mensaje, lo que la hace aún más disfrutable», dijo el director Mesa.

La llegada de Ramón, un hombre despersonalizado por la vida y sus veleidades, encuentra un ambiente tragicómico. Golpeado por las circunstancias, el visitante halla la forma más fácil y millonaria de ganar dinero por medio de la donación de órganos. Sin más opción médica disponible, el personaje principal contrata su propia muerte.

«Muero Contento» entreteje puntos causales a través de la ficha clínica de un donante, historias que se encauzan por una decisión mortal.

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